⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀✦ ⠀𝐅𝐢𝐧𝐝𝐢𝐧𝐠 𝐚𝐧𝐬𝐰𝐞𝐫𝐬
⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀» #emmɑ´sɑdventure
Las pequeñas ciudades jamás habían sido lo suyo.
Emma jamás se había visto en un apuro de buscar la tranquilidad, al contrario, entre más caos y demonios hubiera era mejor para poder practicar cada maniobra que tuviera en mente. Pero en esa ocasión era casi un grito de auxilio lo que la obligo a abandonar su hogar en Los Ángeles y comenzar un viaje por Estados Unidos en busca de las respuestas que su hogar no pudo brindarle, mucho menos La Clave, quienes se esforzaban por mentirle y decir un montón de mentiras absurdas ocultando la realidad de lo que sea que hubiera pasado con sus padres.
Los trucos que aquel brujo del mercado de las sombras le había ayudado a poder ocultarse de cualquiera que intentase buscarla, incluso de su propio parabatai quien, hasta el momento, se había pasado su tiempo en Londres ignorándola por completo en algún tipo de “momento intimo solo para él” del que Emma ignoraba completamente el propósito, mientras sus escasas amistades se metían en esto y aquello sin dejarle más opciones que salir sola.
-¿Dónde mierda estoy? –Dijo observando el extraño mapa que no le había ayudado mucho los primeros 3 kilómetros mientras seguía avanzando junto a la carretera. Emma pensó que hubiera sido buena idea pedirle a Cristina que la acompañara, pero, seguramente, se opondría a cualquier cosa más peligrosa que meterse en asuntos de hadas, cosa que ya era de por si mala idea. –No hay ni un solo maldito cartel aquí. ¡Aggh! Y el maldito móvil del carajo.
⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀» #emmɑ´sɑdventure
Las pequeñas ciudades jamás habían sido lo suyo.
Emma jamás se había visto en un apuro de buscar la tranquilidad, al contrario, entre más caos y demonios hubiera era mejor para poder practicar cada maniobra que tuviera en mente. Pero en esa ocasión era casi un grito de auxilio lo que la obligo a abandonar su hogar en Los Ángeles y comenzar un viaje por Estados Unidos en busca de las respuestas que su hogar no pudo brindarle, mucho menos La Clave, quienes se esforzaban por mentirle y decir un montón de mentiras absurdas ocultando la realidad de lo que sea que hubiera pasado con sus padres.
Los trucos que aquel brujo del mercado de las sombras le había ayudado a poder ocultarse de cualquiera que intentase buscarla, incluso de su propio parabatai quien, hasta el momento, se había pasado su tiempo en Londres ignorándola por completo en algún tipo de “momento intimo solo para él” del que Emma ignoraba completamente el propósito, mientras sus escasas amistades se metían en esto y aquello sin dejarle más opciones que salir sola.
-¿Dónde mierda estoy? –Dijo observando el extraño mapa que no le había ayudado mucho los primeros 3 kilómetros mientras seguía avanzando junto a la carretera. Emma pensó que hubiera sido buena idea pedirle a Cristina que la acompañara, pero, seguramente, se opondría a cualquier cosa más peligrosa que meterse en asuntos de hadas, cosa que ya era de por si mala idea. –No hay ni un solo maldito cartel aquí. ¡Aggh! Y el maldito móvil del carajo.
⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀ ⠀⠀ ⠀✦ ⠀𝐅𝐢𝐧𝐝𝐢𝐧𝐠 𝐚𝐧𝐬𝐰𝐞𝐫𝐬
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Las pequeñas ciudades jamás habían sido lo suyo.
Emma jamás se había visto en un apuro de buscar la tranquilidad, al contrario, entre más caos y demonios hubiera era mejor para poder practicar cada maniobra que tuviera en mente. Pero en esa ocasión era casi un grito de auxilio lo que la obligo a abandonar su hogar en Los Ángeles y comenzar un viaje por Estados Unidos en busca de las respuestas que su hogar no pudo brindarle, mucho menos La Clave, quienes se esforzaban por mentirle y decir un montón de mentiras absurdas ocultando la realidad de lo que sea que hubiera pasado con sus padres.
Los trucos que aquel brujo del mercado de las sombras le había ayudado a poder ocultarse de cualquiera que intentase buscarla, incluso de su propio parabatai quien, hasta el momento, se había pasado su tiempo en Londres ignorándola por completo en algún tipo de “momento intimo solo para él” del que Emma ignoraba completamente el propósito, mientras sus escasas amistades se metían en esto y aquello sin dejarle más opciones que salir sola.
-¿Dónde mierda estoy? –Dijo observando el extraño mapa que no le había ayudado mucho los primeros 3 kilómetros mientras seguía avanzando junto a la carretera. Emma pensó que hubiera sido buena idea pedirle a Cristina que la acompañara, pero, seguramente, se opondría a cualquier cosa más peligrosa que meterse en asuntos de hadas, cosa que ya era de por si mala idea. –No hay ni un solo maldito cartel aquí. ¡Aggh! Y el maldito móvil del carajo.