Odisea

Camino al filo de la pista moviéndome entre varios caballeros y señoras. Viendo bailar a Francesca con el caballero que previamente interrumpió nuestra conversación, llegó hasta una mesa repleta de un surtido de helados.
Donde cerca se encuentran dos desagradables señoritas que no dejan de mirarme mal. Sigo caminando hasta aquella mesa haciendo como si no las tuviera detrás.

Enseguida me arrepentí de haber comido una cucharada del helado de vainilla, acabo de congelarme la cabeza. En ese instante se acerca a mí Lord Debling, dejándome sorprendida y avergonzada a la vez.
⸻¿Está bien señorita Featherington?.
Ahora mismo solo ansió desaparecer, vuelvo a poner la copa de helado encima de la mesa.

Está más que claro que me acabó de poner en evidencia delante de un Lord, metí la pata hasta el fondo.

⸻Estoy bien. Solo ha sido el frío.
⸻¿Lo dice por el helado o por la agradable señorita desdeñosa?.
Ya había olvidado que detrás de mí siguen todavía aquellas dos señoritas que no dejaron de mirarme mal.
Lo cuál no le paso desapercibido a Lord Debling, vuelvo mi cabeza hacia las dos.
Las cuáles enseguida se marcharon ofendidas por el acertado comentario de Debling hacia ellas, la verdad es que me alegra no tenerlas cerca.
⸻No debe preocuparse. Me han dedicado innumerables miradas fulminantes. La suya ha sido mediocre.
Mis palabras fueron sinceras, Debling me transmite mucha paz. Su compañía es claramente agradable, no es en absoluto como la de los dos caballeros anteriores que me pusieron nerviosa.

⸻Lord Debling, ¿cierto?.
⸻Así es señorita Featherington.
⸻¿Y por qué presiento que usted puede ser fulminante si lo desea?.

Su pregunta me deja perpleja tanto que no me di cuenta que por detrás aparece Cressida Cowper y muy cerca suya, la sigue Eloise.

⸻¿Yo?.
⸻Sí, usted.
⸻Bueno, supongo que no.
Empiezo a reír cada vez más, es agradable mantener una conversación con un caballero amable y gentil como él.

Creessida ha estado todo el rato muy pendiente de nuestra conversación.


⸻Si me disculpa, yo…
Doy un paso hacia delante cuando Cressida se acerca, lo bastante como para rasgar una parte trasera de mi vestido.
⸻¡Qué vergüenza!. Soy muy torpe, no la vi.
Cojo el trozo de tela que acaba de rasgarme, empiezo a sentir como me falta el aire. Ni siquiera escucho las falsas disculpas de la odiosa y desagradable de Cressida.

⸻Cielos.

⸻Iré a pedir ayuda a una criada.
⸻Se lo agradecemos mucho Lord Debling.

Lord Debling se marcha dejándome con Cressida y ante la atenta mirada de Eloise.



⸻Qué pena que no eligieras algo más resistente. Si no hubieras comprado tela tan barata, no se habría roto.
Levanto la cabeza bien alta fulminando con la mirada a Cressida, ahora más que nunca desearía verla sufrir.

Ella se marcha alegre por haberme dejado mal, como en otras ocasiones hizo.

Eloise y yo nos aguantamos la mirada, ahora mismo no puedo estar a su lado. Ella siempre ha sabido la verdadera naturaleza de Cressida, sabe lo horrible que es y a presenciado lo que acaba de hacerme.


Empecé a caminar todo lo rápido que me permiten mis zapatos, durante mi ayuda escuchó la voz de mi antigua amiga.

⸻Pen, lo siento mucho.
Odisea Camino al filo de la pista moviéndome entre varios caballeros y señoras. Viendo bailar a Francesca con el caballero que previamente interrumpió nuestra conversación, llegó hasta una mesa repleta de un surtido de helados. Donde cerca se encuentran dos desagradables señoritas que no dejan de mirarme mal. Sigo caminando hasta aquella mesa haciendo como si no las tuviera detrás. Enseguida me arrepentí de haber comido una cucharada del helado de vainilla, acabo de congelarme la cabeza. En ese instante se acerca a mí Lord Debling, dejándome sorprendida y avergonzada a la vez. ⸻¿Está bien señorita Featherington?. Ahora mismo solo ansió desaparecer, vuelvo a poner la copa de helado encima de la mesa. Está más que claro que me acabó de poner en evidencia delante de un Lord, metí la pata hasta el fondo. ⸻Estoy bien. Solo ha sido el frío. ⸻¿Lo dice por el helado o por la agradable señorita desdeñosa?. Ya había olvidado que detrás de mí siguen todavía aquellas dos señoritas que no dejaron de mirarme mal. Lo cuál no le paso desapercibido a Lord Debling, vuelvo mi cabeza hacia las dos. Las cuáles enseguida se marcharon ofendidas por el acertado comentario de Debling hacia ellas, la verdad es que me alegra no tenerlas cerca. ⸻No debe preocuparse. Me han dedicado innumerables miradas fulminantes. La suya ha sido mediocre. Mis palabras fueron sinceras, Debling me transmite mucha paz. Su compañía es claramente agradable, no es en absoluto como la de los dos caballeros anteriores que me pusieron nerviosa. ⸻Lord Debling, ¿cierto?. ⸻Así es señorita Featherington. ⸻¿Y por qué presiento que usted puede ser fulminante si lo desea?. Su pregunta me deja perpleja tanto que no me di cuenta que por detrás aparece Cressida Cowper y muy cerca suya, la sigue Eloise. ⸻¿Yo?. ⸻Sí, usted. ⸻Bueno, supongo que no. Empiezo a reír cada vez más, es agradable mantener una conversación con un caballero amable y gentil como él. Creessida ha estado todo el rato muy pendiente de nuestra conversación. ⸻Si me disculpa, yo… Doy un paso hacia delante cuando Cressida se acerca, lo bastante como para rasgar una parte trasera de mi vestido. ⸻¡Qué vergüenza!. Soy muy torpe, no la vi. Cojo el trozo de tela que acaba de rasgarme, empiezo a sentir como me falta el aire. Ni siquiera escucho las falsas disculpas de la odiosa y desagradable de Cressida. ⸻Cielos. ⸻Iré a pedir ayuda a una criada. ⸻Se lo agradecemos mucho Lord Debling. Lord Debling se marcha dejándome con Cressida y ante la atenta mirada de Eloise. ⸻Qué pena que no eligieras algo más resistente. Si no hubieras comprado tela tan barata, no se habría roto. Levanto la cabeza bien alta fulminando con la mirada a Cressida, ahora más que nunca desearía verla sufrir. Ella se marcha alegre por haberme dejado mal, como en otras ocasiones hizo. Eloise y yo nos aguantamos la mirada, ahora mismo no puedo estar a su lado. Ella siempre ha sabido la verdadera naturaleza de Cressida, sabe lo horrible que es y a presenciado lo que acaba de hacerme. Empecé a caminar todo lo rápido que me permiten mis zapatos, durante mi ayuda escuchó la voz de mi antigua amiga. ⸻Pen, lo siento mucho.
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