— Qué raro, ¿soñé?, tenía siglos enteros que no sucedía eso, ni siquiera lograba pegar los ojos, por la simple razón de estar alerta, fue como volver al pasado, junto a Arceos, en nuestras batallas logramos ganar territorios de otras manadas, que solo deseaban un bien corrompido y he interesado, las montañas eran claras, a sus alrededores la fauna y la flora permanecían llenas de vida.*- Se dijo para sí misma, mientras veía el pueblo desde su pequeña casa, recargada en el marco de la puerta.* — Era en esa época, donde las calles eran construidas de empedrado, las casas altas y de bloques bastante grandes, los mortales le llaman época medieval, el sonido de mis botines sobre aquel suelo se apreciaban en cada paso dado, observe con detalle cada pieza del lugar, me percaté que nadie se encontraba en ese lugar solo el viento y mi ser.

*Anne seguía diciendo en su mente cada detalle de aquel sitio, recordando los colores, figuras y sonidos que presenció*— Saludé como lo haría cualquiera, un ¡Hola!, ¿Hay alguien aquí?, el eco de mi voz retumbaba en ese lugar, seguí caminando, viendo el espacio , algo llamó mi atención, una sombra tras de mí, fue captada por mi rabillo ocular, di media vuelta, volvía a saludar, pero, fue inútil, giré, sobre mis propios pies dando media vuelta, esa sensación de ser observada no me dejó en paz, a lo lejos, las voces de aldeanos gritando, el choque de metales entre sí se anunció, parecía ser una batalla. Me acerqué silenciosa, como un espectro entre las paredes, el sonido de los gritos se agudizó, provenían del bosque, me vi, luchando al lado de Arceos, su manada proclamaba la libertad de su pueblo, armaduras viejas detenían los golpes contrarios, claro eran los viejos tiempos o eso parecía ser. Yo... era la sombra de una Aradia que nunca sería, soy una vergüenza. *- Se expresó en voz alta, el viento comenzó a jugar con los hilos azabaches que brotaban de su cabeza. *

—Quise ayudar, pero, solo traspasaban mi cuerpo, en definitivo, era un fantasma, las espadas, flechas y más, atravesaban mi figura, me vi, combatiendo salvajemente, usando mis mejores conjuros, mi ejercitó inmortal renacía de los suelos, para luchar bajo mis órdenes; sin embargo, él llamó mi atención, varios metros a mi derecha, lo vi, era Adam, el pequeño niño que un día rescaté y junto al cazador entregamos a un orfanato y fue forjado por ese buen amigo hacer un hombre de bien, ¿Qué haces aquí?, le pregunte, era inútil no lograba escucharme, ni siquiera verme, sentía un dolor agudo en el vientre, un enemigo atravesó su espada brillosa en Adam, mi vientre se llenó de sangre, al igual que el de él, Adam se desplomó en la tierra muriendo boca abajo, y desperté.*- Los ojos verde esmeralda de la demoneza se rozaron de agua, al ver aquello, una época diferente a la de Adam.*— No he sabido de ti, Arceos y tú, siguen sin mandar una seña de vida. 

||Espero lo disfruten.
— Qué raro, ¿soñé?, tenía siglos enteros que no sucedía eso, ni siquiera lograba pegar los ojos, por la simple razón de estar alerta, fue como volver al pasado, junto a Arceos, en nuestras batallas logramos ganar territorios de otras manadas, que solo deseaban un bien corrompido y he interesado, las montañas eran claras, a sus alrededores la fauna y la flora permanecían llenas de vida.*- Se dijo para sí misma, mientras veía el pueblo desde su pequeña casa, recargada en el marco de la puerta.* — Era en esa época, donde las calles eran construidas de empedrado, las casas altas y de bloques bastante grandes, los mortales le llaman época medieval, el sonido de mis botines sobre aquel suelo se apreciaban en cada paso dado, observe con detalle cada pieza del lugar, me percaté que nadie se encontraba en ese lugar solo el viento y mi ser. *Anne seguía diciendo en su mente cada detalle de aquel sitio, recordando los colores, figuras y sonidos que presenció*— Saludé como lo haría cualquiera, un ¡Hola!, ¿Hay alguien aquí?, el eco de mi voz retumbaba en ese lugar, seguí caminando, viendo el espacio , algo llamó mi atención, una sombra tras de mí, fue captada por mi rabillo ocular, di media vuelta, volvía a saludar, pero, fue inútil, giré, sobre mis propios pies dando media vuelta, esa sensación de ser observada no me dejó en paz, a lo lejos, las voces de aldeanos gritando, el choque de metales entre sí se anunció, parecía ser una batalla. Me acerqué silenciosa, como un espectro entre las paredes, el sonido de los gritos se agudizó, provenían del bosque, me vi, luchando al lado de Arceos, su manada proclamaba la libertad de su pueblo, armaduras viejas detenían los golpes contrarios, claro eran los viejos tiempos o eso parecía ser. Yo... era la sombra de una Aradia que nunca sería, soy una vergüenza. *- Se expresó en voz alta, el viento comenzó a jugar con los hilos azabaches que brotaban de su cabeza. * —Quise ayudar, pero, solo traspasaban mi cuerpo, en definitivo, era un fantasma, las espadas, flechas y más, atravesaban mi figura, me vi, combatiendo salvajemente, usando mis mejores conjuros, mi ejercitó inmortal renacía de los suelos, para luchar bajo mis órdenes; sin embargo, él llamó mi atención, varios metros a mi derecha, lo vi, era Adam, el pequeño niño que un día rescaté y junto al cazador entregamos a un orfanato y fue forjado por ese buen amigo hacer un hombre de bien, ¿Qué haces aquí?, le pregunte, era inútil no lograba escucharme, ni siquiera verme, sentía un dolor agudo en el vientre, un enemigo atravesó su espada brillosa en Adam, mi vientre se llenó de sangre, al igual que el de él, Adam se desplomó en la tierra muriendo boca abajo, y desperté.*- Los ojos verde esmeralda de la demoneza se rozaron de agua, al ver aquello, una época diferente a la de Adam.*— No he sabido de ti, Arceos y tú, siguen sin mandar una seña de vida.  ||Espero lo disfruten.
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