Nerón era un Wendigo diferente, su principal característica era su conciencia y la capacidad para razonar, gracias a la intervención de la reina demoniaca, ya que ella solía experimentar con las criaturas que lograba capturar y Nerón había sido el resultado de unos de sus experimentos más exitosos.

Nerón llegó a la ubicación de Briar y se acercó sigilosamente al infante, el cual no pudo darse cuenta de su presencia hasta que  el cráneo de la criatura tocó ligeramente sus cabellos despeinados. Para Briar, Nerón era como un perro, una mascota perfecta, la cual no moría porque ya estaba muerto. 

Briar quería jugar con Nerón inmediatamente, lo quería guiar una aldea de humanos, pero el Wendigo se negó y bloqueó el paso con una de sus grandes garras, posteriormente el primer general le transmitió una serie de pensamientos para hacerle saber que el tiempo de alimentarse y jugar con los humanos se había acabado, tenía que regresar al infierno con su madre, pero el pequeño híbrido insistió una vez más y al no convencer al wendigo aceptó regresar a su hogar.