Las manos del joven Grimes volaron hacia los costados de su cabeza, como si así pudiera contener la avalancha de pensamientos y emociones que lo sobrecogían. Su cuerpo temblaba ligeramente, una mezcla de miedo, pánico e incertidumbre que lo dejaba paralizado. El frío era implacable, se le pegaba hasta los huesos, y cada respiración era un recordatorio de la dureza de su situación. Sus ojos, de un tono azul profundo, se llenaban de lágrimas que amenazaban con deslizarse por sus mejillas en cualquier momento. En ese instante, se sentía increíblemente pequeño, insignificante frente a la inmensidad del peligro que los rodeaba.

No podía contar con el consuelo de su padre ni de su hermana; ambos estaban ausentes en ese crítico momento. Se enfrentaba solo a una realidad cruel y despiadada. La vieja choza en la que habían buscado refugio estaba ahora rodeada por caminantes, criaturas incansables y hambrientas. El caos que envolvió su intento de escape había dejado a Tae herido, y Carl no podía sacudirse el miedo que lo invadía ante la posibilidad de que su amigo hubiera sido mordido. El mero pensamiento le helaba la sangre.

Carl aguardaba fuera de la improvisada enfermería, con el corazón latiendo frenéticamente en su pecho y las palabras atoradas en su garganta. Quería decir tantas cosas, expresar sus miedos, sus esperanzas, y el cariño que sentía por su acompañante coreano, pero el miedo de no tener la ocasión para hacerlo lo abrumaba. Su mente estaba inundada de pensamientos, cada uno más desesperado que el anterior. En ese preciso instante, mientras las sombras de la noche y el peligro se cernían sobre ellos, Carl se daba cuenta de lo frágil y efímera que podía ser la vida.

⸻ Fragmento de rol junto a Tae Hyun Rhee
Las manos del joven Grimes volaron hacia los costados de su cabeza, como si así pudiera contener la avalancha de pensamientos y emociones que lo sobrecogían. Su cuerpo temblaba ligeramente, una mezcla de miedo, pánico e incertidumbre que lo dejaba paralizado. El frío era implacable, se le pegaba hasta los huesos, y cada respiración era un recordatorio de la dureza de su situación. Sus ojos, de un tono azul profundo, se llenaban de lágrimas que amenazaban con deslizarse por sus mejillas en cualquier momento. En ese instante, se sentía increíblemente pequeño, insignificante frente a la inmensidad del peligro que los rodeaba. No podía contar con el consuelo de su padre ni de su hermana; ambos estaban ausentes en ese crítico momento. Se enfrentaba solo a una realidad cruel y despiadada. La vieja choza en la que habían buscado refugio estaba ahora rodeada por caminantes, criaturas incansables y hambrientas. El caos que envolvió su intento de escape había dejado a Tae herido, y Carl no podía sacudirse el miedo que lo invadía ante la posibilidad de que su amigo hubiera sido mordido. El mero pensamiento le helaba la sangre. Carl aguardaba fuera de la improvisada enfermería, con el corazón latiendo frenéticamente en su pecho y las palabras atoradas en su garganta. Quería decir tantas cosas, expresar sus miedos, sus esperanzas, y el cariño que sentía por su acompañante coreano, pero el miedo de no tener la ocasión para hacerlo lo abrumaba. Su mente estaba inundada de pensamientos, cada uno más desesperado que el anterior. En ese preciso instante, mientras las sombras de la noche y el peligro se cernían sobre ellos, Carl se daba cuenta de lo frágil y efímera que podía ser la vida. ⸻ Fragmento de rol junto a [TxehyunRh33] ⸻
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