—Ahora... Mi mujer...—Empezó a reir sádicamente, volvidndo a su forma humana y corriendo a velocidades incalculables.

A los minutos, había quebrado a través de sistemas de seguridad, matado cantidad incalculable de gente, solo para estar a solas con Analis Winfred.

—Hah... Hah...—Su respiración era como la de un perro tras haber huido de su dueño maltratador, sus ojos y cabello regresando a sus colores "originales", rubio y azul. Sd dejó caer sobre la chica, mirándola a los ojos. La única diferencia con su anterior yo, era que el brillo, el alma, ya no estaba. Antes, Alex tenía un pequeño brillo, y las venas moradas en sus ojitos, pero ahora ya ni eso. Era como un no-muerto.

—Mi Analis...—Tomó el hombro de la chica, acurrucándose con ella como si fuera un parásito buscando meterse en la carne de su víctima, con una sonrisa en el rostro. Su brazo tenía un gran corte, y para variar su cuerpo, excepto por su cabeza, era una armadura. Osease, su cuerpo real. Era una combinación rara. Aunque este cuerpo era del color de su versión oscura, ni siquiera intentando ocultar la verdad.

—Mi mujer... Mi amada... Mi reina...—Mordió el cuello de la chica, perforandolo y lamiendo la herida, disfrutando de la sangre.—Ven a mí... Te llevaré al cielo...
—Ahora... Mi mujer...—Empezó a reir sádicamente, volvidndo a su forma humana y corriendo a velocidades incalculables. A los minutos, había quebrado a través de sistemas de seguridad, matado cantidad incalculable de gente, solo para estar a solas con [Analis29]. —Hah... Hah...—Su respiración era como la de un perro tras haber huido de su dueño maltratador, sus ojos y cabello regresando a sus colores "originales", rubio y azul. Sd dejó caer sobre la chica, mirándola a los ojos. La única diferencia con su anterior yo, era que el brillo, el alma, ya no estaba. Antes, Alex tenía un pequeño brillo, y las venas moradas en sus ojitos, pero ahora ya ni eso. Era como un no-muerto. —Mi Analis...—Tomó el hombro de la chica, acurrucándose con ella como si fuera un parásito buscando meterse en la carne de su víctima, con una sonrisa en el rostro. Su brazo tenía un gran corte, y para variar su cuerpo, excepto por su cabeza, era una armadura. Osease, su cuerpo real. Era una combinación rara. Aunque este cuerpo era del color de su versión oscura, ni siquiera intentando ocultar la verdad. —Mi mujer... Mi amada... Mi reina...—Mordió el cuello de la chica, perforandolo y lamiendo la herida, disfrutando de la sangre.—Ven a mí... Te llevaré al cielo...
Me encocora
Me shockea
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