Desde temprano, se arreglaba con calma para poder aprovechar a retomar su trabajo, por lo menos con lo tranquilo que estaba todo durante las primeras horas.
Llevaba un pequeño ritmo semanal, no era muy constante pero el papeleo no se le acumulaba tanto como la primera vez y así podía entretenerse por un par de horas, revisando con calma cada documento.
Ahora que volvía a regularizar las cosas en el infierno y, con su labor de escribir nuevas leyes, parecía ir retomando el gusto no sólo por su trabajo, también por lo que ser un Rey significó tantos años antes de dejar todo a la deriva.
Llevaba un pequeño ritmo semanal, no era muy constante pero el papeleo no se le acumulaba tanto como la primera vez y así podía entretenerse por un par de horas, revisando con calma cada documento.
Ahora que volvía a regularizar las cosas en el infierno y, con su labor de escribir nuevas leyes, parecía ir retomando el gusto no sólo por su trabajo, también por lo que ser un Rey significó tantos años antes de dejar todo a la deriva.
Desde temprano, se arreglaba con calma para poder aprovechar a retomar su trabajo, por lo menos con lo tranquilo que estaba todo durante las primeras horas.
Llevaba un pequeño ritmo semanal, no era muy constante pero el papeleo no se le acumulaba tanto como la primera vez y así podía entretenerse por un par de horas, revisando con calma cada documento.
Ahora que volvía a regularizar las cosas en el infierno y, con su labor de escribir nuevas leyes, parecía ir retomando el gusto no sólo por su trabajo, también por lo que ser un Rey significó tantos años antes de dejar todo a la deriva.
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