Se quedó durante la noche revisando sus preparativos para la boda, ya casi tenía todo completamente listo y la ilusión que le hacía era inmensa, aunque cada vez veía más lejos ese día.
Rebuscó en su bolsillo, sacando un par de anillos, el de compromiso que logró recuperar para su cervatillo y aquel que Lute le dio tiempo atrás, sabiendo lo importante que era para su pareja al ser de su difunta madre.
Lo cuidaba con la vida, pues pasó a ser su propio tesoro a la vez y ansiaba el día de poder entregárselo, de finalmente unirse.
Suspiró, volviendo a guardarlos y yendo hacia su estante, tomando otra pequeña caja donde ya tenía las sortijas de matrimonio también, incluso el lazo nupcial, sonriendo ampliamente.
—Paciencia, Lucifer... Llegará el día. Pronto llegará...
Lo guardó con calma, tomando asiento en el borde de la ventana, observando el exterior.
Rebuscó en su bolsillo, sacando un par de anillos, el de compromiso que logró recuperar para su cervatillo y aquel que Lute le dio tiempo atrás, sabiendo lo importante que era para su pareja al ser de su difunta madre.
Lo cuidaba con la vida, pues pasó a ser su propio tesoro a la vez y ansiaba el día de poder entregárselo, de finalmente unirse.
Suspiró, volviendo a guardarlos y yendo hacia su estante, tomando otra pequeña caja donde ya tenía las sortijas de matrimonio también, incluso el lazo nupcial, sonriendo ampliamente.
—Paciencia, Lucifer... Llegará el día. Pronto llegará...
Lo guardó con calma, tomando asiento en el borde de la ventana, observando el exterior.
Se quedó durante la noche revisando sus preparativos para la boda, ya casi tenía todo completamente listo y la ilusión que le hacía era inmensa, aunque cada vez veía más lejos ese día.
Rebuscó en su bolsillo, sacando un par de anillos, el de compromiso que logró recuperar para su cervatillo y aquel que Lute le dio tiempo atrás, sabiendo lo importante que era para su pareja al ser de su difunta madre.
Lo cuidaba con la vida, pues pasó a ser su propio tesoro a la vez y ansiaba el día de poder entregárselo, de finalmente unirse.
Suspiró, volviendo a guardarlos y yendo hacia su estante, tomando otra pequeña caja donde ya tenía las sortijas de matrimonio también, incluso el lazo nupcial, sonriendo ampliamente.
—Paciencia, Lucifer... Llegará el día. Pronto llegará...
Lo guardó con calma, tomando asiento en el borde de la ventana, observando el exterior.