La madre que la...—que Velvette se le ha escapado. En fin... Al menos, sigue usando ese perfume de frambuesas tan escanadoloso de cuando era joven. Solo tiene que seguir su olfato, al igual que un tiburón sigue el hedor de la carne putrefacta.
Pero definitivamente, no tiene paciencia para críos —
La madre que la...—que Velvette se le ha escapado. En fin... Al menos, sigue usando ese perfume de frambuesas tan escanadoloso de cuando era joven. Solo tiene que seguir su olfato, al igual que un tiburón sigue el hedor de la carne putrefacta. Pero definitivamente, no tiene paciencia para críos —
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