Terminó de trabajar más tarde de lo que le habría gustado pero, finalmente, acabó y tomó con cuidado a su pareja para llevarle a la alcoba a descansar. Se preguntaba cuanto le tomaría volver a ser su adorado ciervo, aunque no le molestaba tener a un precioso conejito en brazos, más sabiendo lo feliz que ese cambio le había hecho, acariciando suave sus orejas y yendo a meterse con él en el nido, dejándolo sobre su pecho para que siguiera durmiendo. [Dem0n]