Confianza
Categoría Original
Jörmunganðr no estaba muy contento con las acciones de su esposa. Sabía que esa era su naturaleza y usaba sus encantos para lograr realizar sus planes. Pero la amaba tanto y sabía de sobra que Ate le era fiel. Por ello, respetaba las decisiones de ella. Ate procuraba no pasarse de sus líneas rojas y cuando un admirador le pedía algo "indecente" - ya sabéis que - ella rápidamente acudia a una ninfa para satisfacer las necesidades de ese admirador. No, Ate no sería infiel a su esposo, no lo traicionaría de ese modo. Ser hija de Zeus no era cosa fácil, pero ella siendo soltera si se podía permitir ciertas licencias, que ahora, estando casada, estaban descartadas. Así, ella sería comprensiva también si su esposo hiciera algo parecido con sus admiradoras. Por fortuna, no eran todos los admiradores de Ate los que le proponía ciertas cosas sexuales. Jörmunganðr supo de los últimos acontecimientos de su esposa, ya que fue ella misma quien se lo contó. No querían tener secretos entre ellos. Abrazados, Jormun besaba el rostro de su esposa y ella a él.

-No debo hacer este tipo de cosas. Procuro no pasarme, pero hay veces...

-Haces lo que crees que es debido. Mientras no te acuestes con ninguno.

-¡Eso jamás!

*Ate se sentía muy mal. Por ello, meditó largo tiempo como actuar a partir de ahora*

-Confío en ti, cariño.

*Añadió Jormun, sin dejar de abrazar a Ate, era su mayor tesoro junto con sus hijos*

-Siento que te he traicionado, mi amor. Me siento mal.

*No quería llorar, sabía que todo eso hacía daño a su esposo*

-Lo de la ninfa es una buena solución, pero deberías ponerle más freno.

-Lo sé, hay veces que me pilla por sorpresa. Pero actuo lo más pronto posible.

*Ate se aferró más a su esposo y él no la soltaba. Por ello, Jormun comenzó a cantar una canción en noruego antiguo y ella le hizo el coros. Así permanecieron un buen rato, el amor entre ellos era más fuerte de lo que podéis imaginar*
Jörmunganðr no estaba muy contento con las acciones de su esposa. Sabía que esa era su naturaleza y usaba sus encantos para lograr realizar sus planes. Pero la amaba tanto y sabía de sobra que Ate le era fiel. Por ello, respetaba las decisiones de ella. Ate procuraba no pasarse de sus líneas rojas y cuando un admirador le pedía algo "indecente" - ya sabéis que - ella rápidamente acudia a una ninfa para satisfacer las necesidades de ese admirador. No, Ate no sería infiel a su esposo, no lo traicionaría de ese modo. Ser hija de Zeus no era cosa fácil, pero ella siendo soltera si se podía permitir ciertas licencias, que ahora, estando casada, estaban descartadas. Así, ella sería comprensiva también si su esposo hiciera algo parecido con sus admiradoras. Por fortuna, no eran todos los admiradores de Ate los que le proponía ciertas cosas sexuales. Jörmunganðr supo de los últimos acontecimientos de su esposa, ya que fue ella misma quien se lo contó. No querían tener secretos entre ellos. Abrazados, Jormun besaba el rostro de su esposa y ella a él. -No debo hacer este tipo de cosas. Procuro no pasarme, pero hay veces... -Haces lo que crees que es debido. Mientras no te acuestes con ninguno. -¡Eso jamás! *Ate se sentía muy mal. Por ello, meditó largo tiempo como actuar a partir de ahora* -Confío en ti, cariño. *Añadió Jormun, sin dejar de abrazar a Ate, era su mayor tesoro junto con sus hijos* -Siento que te he traicionado, mi amor. Me siento mal. *No quería llorar, sabía que todo eso hacía daño a su esposo* -Lo de la ninfa es una buena solución, pero deberías ponerle más freno. -Lo sé, hay veces que me pilla por sorpresa. Pero actuo lo más pronto posible. *Ate se aferró más a su esposo y él no la soltaba. Por ello, Jormun comenzó a cantar una canción en noruego antiguo y ella le hizo el coros. Así permanecieron un buen rato, el amor entre ellos era más fuerte de lo que podéis imaginar*
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