Y ese era el rostro de un rey satisfecho que podría morir en cualquier momento, lo cual era muy probable en cuanto amaneciera, pero no se arrepentía de nada, estaba más que feliz, durmiendo con completa paz.
Y ese era el rostro de un rey satisfecho que podría morir en cualquier momento, lo cual era muy probable en cuanto amaneciera, pero no se arrepentía de nada, estaba más que feliz, durmiendo con completa paz.
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