—Valentino, hijo de... ¿¡De que demonios me bañaste!?

Estaba a nada, muy poco de darle una paliza pero se controló pues prometió que no sería agresivo con él, al menos no si se comportaba, pero al verse lleno de repente de aquel líquido fue extraño.
Supuestas feromonas de ciervo o algo similar, no lo sabía con certeza, pero él no podía sentirle aroma alguno, intentando limpiarse pues esa noche tendría su cita para cenar con su pareja y no quería llegar todo manchado o apestando raro.

—Mierda, espero que con un baño se quite...