Se había negado a salir de la cama por lo que restara el día, pensando en su cervatillo, en el gesto de llevarle el desayuno y, a la par, en lo extraño que era ser tan ajeno, como si fueran extraños.
No iba a negarlo, aún si aquella no era la comida que a él le hubiera gustado, hubo algo lindo en que se tomara dicha molestia, haciéndolo suspirar con profundidad, abrazando la almohada.
—Cervatillo...
Comenzaba a dudar de si mantenerse lejano o, por el contrario, ser él quien cediera una vez más, quien lo buscara y llenara de regalos y canciones como antes, pero las cosas no cambiarían si lo hacía, no quería que siguiera con la idea de que lo tenía seguro, quería ver su interés en verdad, que le demostrara el amor que tanto añoraba cada día de él.
No iba a negarlo, aún si aquella no era la comida que a él le hubiera gustado, hubo algo lindo en que se tomara dicha molestia, haciéndolo suspirar con profundidad, abrazando la almohada.
—Cervatillo...
Comenzaba a dudar de si mantenerse lejano o, por el contrario, ser él quien cediera una vez más, quien lo buscara y llenara de regalos y canciones como antes, pero las cosas no cambiarían si lo hacía, no quería que siguiera con la idea de que lo tenía seguro, quería ver su interés en verdad, que le demostrara el amor que tanto añoraba cada día de él.
Se había negado a salir de la cama por lo que restara el día, pensando en su cervatillo, en el gesto de llevarle el desayuno y, a la par, en lo extraño que era ser tan ajeno, como si fueran extraños.
No iba a negarlo, aún si aquella no era la comida que a él le hubiera gustado, hubo algo lindo en que se tomara dicha molestia, haciéndolo suspirar con profundidad, abrazando la almohada.
—Cervatillo...
Comenzaba a dudar de si mantenerse lejano o, por el contrario, ser él quien cediera una vez más, quien lo buscara y llenara de regalos y canciones como antes, pero las cosas no cambiarían si lo hacía, no quería que siguiera con la idea de que lo tenía seguro, quería ver su interés en verdad, que le demostrara el amor que tanto añoraba cada día de él.
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