ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ➫ ⅩⅪ :

ㅤ ㅤ ㅤ╰┈➤ En la vida nada pasa dos veces de la misma manera. Por eso prefiero los códigos.

Recuerdo las lágrimas rodando por la cara y cayendo en la camisa blanca, esa fuerza en la garganta reteniendo el sonido de un mar que desembocaba por mis ojos, la respiración agitada, casi pausada mientras me volvía invisible en la parte trasera de un taxi que compartía con otras personas, estaba observando por la ventana como las luces de la ciudad se transformaban en hilos de colores vibrando. Sin saber que hacer, me empujaba al campo frígido de mi mente que me obligaba a no llorar, pero en simultáneo me arrastraba con desespero a la fragilidad humana que me permitía sentir, (sentir casi en la piel) cuando fui interrumpido por una detonante pregunta del exterior: "¿estás bien?, ¿por qué lloras?." Y como saber si estoy bien cuando simplemente no estoy; me encuentro perdido en las latitudes extrañas de mi ser donde todo es vacío.

Hoy por fin encontré la palabra que se atravesó como daga en mi pecho esa noche: Vacío; como una ciudad sin gente o un jardín sin flores, tan deshabitado que mi dolor hacía eco en las paredes del corazón hasta que me desarmaba la acción de respirar. Quizá existe una explicación razonable al sentimiento de nostalgia (no lo sé), el estar físicamente circundado de elementos o individuos y aun así sentir que todo se derrumbaba sin treguas, sin poder gritar hasta que desapareciera la angustia.

11:30 PM El taxi se fue, continuo el recorrido con la finalidad de acercar a una última persona a su respectivo destino. Me aproxime y encendí las luces del apartamento, yo solo pensaba ahogarme, así que inunde de lágrimas la soledad, el silencio y posteriormente me lancé hasta difuminarme en un sueño donde se acomodaron nuevamente las piezas, todo volvió a ser como antes y desperté. Hoy no quiero volver a mi casa llorando y con un abismo en el pecho, no tiene sentido escribir cartas que nunca tendré el valor de enviar y terminaran por perderse entre las incontables notas que antes eran importantes y hoy optaron por esfumarse, quiero olvidar los días raros cuando cargo una maleta con todas las cosas que no quiero ser, pero involuntariamente siempre termino descendiendo a esos acantilados a darle vueltas a lo que siento y lo que me construye.

La maleta en algún punto se transformó en una mochila, luego en una pequeña bolsa, hoy en nada. No hay nada que ate mi existencia a otros, me he transformado en quien anhela algo real pero rehuyendo de ello en la constancia del cobarde.

Lo bueno de que nada pasa igual dos veces en la vida, es que espero no volver a escribir sobre mi cobardía y nostalgia, en un futuro, de la misma manera.
ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ➫ ⅩⅪ : ㅤ ㅤ ㅤ╰┈➤ En la vida nada pasa dos veces de la misma manera. Por eso prefiero los códigos. Recuerdo las lágrimas rodando por la cara y cayendo en la camisa blanca, esa fuerza en la garganta reteniendo el sonido de un mar que desembocaba por mis ojos, la respiración agitada, casi pausada mientras me volvía invisible en la parte trasera de un taxi que compartía con otras personas, estaba observando por la ventana como las luces de la ciudad se transformaban en hilos de colores vibrando. Sin saber que hacer, me empujaba al campo frígido de mi mente que me obligaba a no llorar, pero en simultáneo me arrastraba con desespero a la fragilidad humana que me permitía sentir, (sentir casi en la piel) cuando fui interrumpido por una detonante pregunta del exterior: "¿estás bien?, ¿por qué lloras?." Y como saber si estoy bien cuando simplemente no estoy; me encuentro perdido en las latitudes extrañas de mi ser donde todo es vacío. Hoy por fin encontré la palabra que se atravesó como daga en mi pecho esa noche: Vacío; como una ciudad sin gente o un jardín sin flores, tan deshabitado que mi dolor hacía eco en las paredes del corazón hasta que me desarmaba la acción de respirar. Quizá existe una explicación razonable al sentimiento de nostalgia (no lo sé), el estar físicamente circundado de elementos o individuos y aun así sentir que todo se derrumbaba sin treguas, sin poder gritar hasta que desapareciera la angustia. 11:30 PM El taxi se fue, continuo el recorrido con la finalidad de acercar a una última persona a su respectivo destino. Me aproxime y encendí las luces del apartamento, yo solo pensaba ahogarme, así que inunde de lágrimas la soledad, el silencio y posteriormente me lancé hasta difuminarme en un sueño donde se acomodaron nuevamente las piezas, todo volvió a ser como antes y desperté. Hoy no quiero volver a mi casa llorando y con un abismo en el pecho, no tiene sentido escribir cartas que nunca tendré el valor de enviar y terminaran por perderse entre las incontables notas que antes eran importantes y hoy optaron por esfumarse, quiero olvidar los días raros cuando cargo una maleta con todas las cosas que no quiero ser, pero involuntariamente siempre termino descendiendo a esos acantilados a darle vueltas a lo que siento y lo que me construye. La maleta en algún punto se transformó en una mochila, luego en una pequeña bolsa, hoy en nada. No hay nada que ate mi existencia a otros, me he transformado en quien anhela algo real pero rehuyendo de ello en la constancia del cobarde. Lo bueno de que nada pasa igual dos veces en la vida, es que espero no volver a escribir sobre mi cobardía y nostalgia, en un futuro, de la misma manera.
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