La carta
—Las dos semanas habían pasado prácticamente arrastrándose. Y aunque se había tranquilizado un poco seguía extrañando mucho a cierto felino borrachuzo y ludópata. Al menos, ya podía volver a “casa” o ni eso, por que ni siquiera vivía en ese hotel. En realidad no siquiera comprendía por que estaba yendo allí a tomar una copa, pudiendo ir a cualquier otro bar. Estaba claro qué Husk le gritaría, lo echaría o cualquier otra cosa. A fin de cuentas, la discusión fue bastante fea, más teniendo en cuenta los últimos acontecimientos entre ambos, esos recuerdos qué ahora tanto le dolían ¿No fueron nada para Husk? Suspiró, parecía qué no, tal y como escaló la discusión.
En cualquier caso, ya estaba delante del hotel así qué sencillamente entró y se extrañó. Husk no estaba en el bar.
—¿Husk?—llamó, obviamente sin obtener respuesta. Suspiró, tal vez era mejor así. De modo qué, sencillamente saltó la barra y se puso a rebuscar copas y botellas, haciendo qué un sobre cayera al suelo—¿Hmmm?— era una carta, a su nombre y parecía la letra de Husk. Con el corazón latiendo le con fuerza y temiéndose lo peor, alargó una temblorosa mano hasta atrapar la misiva, sin si quiera servirse la dichosa copa, volvió a saltar la barra y tras asegurarse qué no había nadie cerca abrió el sobre para empezar a leer—
En cualquier caso, ya estaba delante del hotel así qué sencillamente entró y se extrañó. Husk no estaba en el bar.
—¿Husk?—llamó, obviamente sin obtener respuesta. Suspiró, tal vez era mejor así. De modo qué, sencillamente saltó la barra y se puso a rebuscar copas y botellas, haciendo qué un sobre cayera al suelo—¿Hmmm?— era una carta, a su nombre y parecía la letra de Husk. Con el corazón latiendo le con fuerza y temiéndose lo peor, alargó una temblorosa mano hasta atrapar la misiva, sin si quiera servirse la dichosa copa, volvió a saltar la barra y tras asegurarse qué no había nadie cerca abrió el sobre para empezar a leer—
—Las dos semanas habían pasado prácticamente arrastrándose. Y aunque se había tranquilizado un poco seguía extrañando mucho a cierto felino borrachuzo y ludópata. Al menos, ya podía volver a “casa” o ni eso, por que ni siquiera vivía en ese hotel. En realidad no siquiera comprendía por que estaba yendo allí a tomar una copa, pudiendo ir a cualquier otro bar. Estaba claro qué Husk le gritaría, lo echaría o cualquier otra cosa. A fin de cuentas, la discusión fue bastante fea, más teniendo en cuenta los últimos acontecimientos entre ambos, esos recuerdos qué ahora tanto le dolían ¿No fueron nada para Husk? Suspiró, parecía qué no, tal y como escaló la discusión.
En cualquier caso, ya estaba delante del hotel así qué sencillamente entró y se extrañó. Husk no estaba en el bar.
—¿Husk?—llamó, obviamente sin obtener respuesta. Suspiró, tal vez era mejor así. De modo qué, sencillamente saltó la barra y se puso a rebuscar copas y botellas, haciendo qué un sobre cayera al suelo—¿Hmmm?— era una carta, a su nombre y parecía la letra de Husk. Con el corazón latiendo le con fuerza y temiéndose lo peor, alargó una temblorosa mano hasta atrapar la misiva, sin si quiera servirse la dichosa copa, volvió a saltar la barra y tras asegurarse qué no había nadie cerca abrió el sobre para empezar a leer—
Tipo
Individual
Líneas
Cualquier línea
Estado
Terminado