—Mierda, mi cabeza...
No había dormido más que una o dos horas, si bien le fue. Se quedó tumbado contra una de las mesas, sintiendo que el mundo se le venía encima de repente, en verdad cansado.
Tan pocos días y habían pasado tantas cosas que se sentía drenado.
No había dormido más que una o dos horas, si bien le fue. Se quedó tumbado contra una de las mesas, sintiendo que el mundo se le venía encima de repente, en verdad cansado.
Tan pocos días y habían pasado tantas cosas que se sentía drenado.
—Mierda, mi cabeza...
No había dormido más que una o dos horas, si bien le fue. Se quedó tumbado contra una de las mesas, sintiendo que el mundo se le venía encima de repente, en verdad cansado.
Tan pocos días y habían pasado tantas cosas que se sentía drenado.
