Finalmente lo había conseguido, pero le había costado demasiado dejar esa forma de un pequeño pato tras mucho tiempo de espera.
Ahora tenía el aspecto de un simple humano, mirándose en el espejo y formando una sutil mueca pues no parecía que conservara del todo sus rasgos, aunque era la menor de sus preocupaciones... ¿Cómo iba a acercarse a su novio que siquiera lo recordaba? Como pato parecía agradarle, pero era peligroso estar tan pequeño y, más aún, impedido de poder cuidarle debidamente.
—Ahh... Supongo que...
La idea de conquistarlo pasó por su cabeza, pero no podía simplemente acercarse a empezar a coquetear, lo iba a asustar.
Lo que más le aterraba era la idea de que terminara rechazándolo, serían dos semanas terriblemente largas.
—Mierda... Lucifer, ponte los pantalones tu también... Es tu pareja... Es... puedes...
Se despeinó el cabello con algo de desesperación, tratando de tranquilizarse y no parecer un loco.
—Lucifer no... Ese no es un nombre humano. Ahh... ¿Samael? No, no... quiero que sea parecido, que me recuerde.
Lu... Lu... Lucian... ¡Lucian! Mierda, soy pésimo con nombres.
Ahora tenía el aspecto de un simple humano, mirándose en el espejo y formando una sutil mueca pues no parecía que conservara del todo sus rasgos, aunque era la menor de sus preocupaciones... ¿Cómo iba a acercarse a su novio que siquiera lo recordaba? Como pato parecía agradarle, pero era peligroso estar tan pequeño y, más aún, impedido de poder cuidarle debidamente.
—Ahh... Supongo que...
La idea de conquistarlo pasó por su cabeza, pero no podía simplemente acercarse a empezar a coquetear, lo iba a asustar.
Lo que más le aterraba era la idea de que terminara rechazándolo, serían dos semanas terriblemente largas.
—Mierda... Lucifer, ponte los pantalones tu también... Es tu pareja... Es... puedes...
Se despeinó el cabello con algo de desesperación, tratando de tranquilizarse y no parecer un loco.
—Lucifer no... Ese no es un nombre humano. Ahh... ¿Samael? No, no... quiero que sea parecido, que me recuerde.
Lu... Lu... Lucian... ¡Lucian! Mierda, soy pésimo con nombres.
Finalmente lo había conseguido, pero le había costado demasiado dejar esa forma de un pequeño pato tras mucho tiempo de espera.
Ahora tenía el aspecto de un simple humano, mirándose en el espejo y formando una sutil mueca pues no parecía que conservara del todo sus rasgos, aunque era la menor de sus preocupaciones... ¿Cómo iba a acercarse a su novio que siquiera lo recordaba? Como pato parecía agradarle, pero era peligroso estar tan pequeño y, más aún, impedido de poder cuidarle debidamente.
—Ahh... Supongo que...
La idea de conquistarlo pasó por su cabeza, pero no podía simplemente acercarse a empezar a coquetear, lo iba a asustar.
Lo que más le aterraba era la idea de que terminara rechazándolo, serían dos semanas terriblemente largas.
—Mierda... Lucifer, ponte los pantalones tu también... Es tu pareja... Es... puedes...
Se despeinó el cabello con algo de desesperación, tratando de tranquilizarse y no parecer un loco.
—Lucifer no... Ese no es un nombre humano. Ahh... ¿Samael? No, no... quiero que sea parecido, que me recuerde.
Lu... Lu... Lucian... ¡Lucian! Mierda, soy pésimo con nombres.
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