—Dios... ¿Qué pecado cometí para que me pongas este castigo? Es demasiada tentación...

Mira hacia abajo y recuerda entonces que fue lo que hizo.

—Olvídalo, ya recordé... ¡Pensé que el castigo sólo era el infierno, no tener que contener mi sexualidad!
—Dios... ¿Qué pecado cometí para que me pongas este castigo? Es demasiada tentación... Mira hacia abajo y recuerda entonces que fue lo que hizo. —Olvídalo, ya recordé... ¡Pensé que el castigo sólo era el infierno, no tener que contener mi sexualidad!
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