Sus oidos zumbaron. Al parecer alguien olvidaba que estuvo casado con una mujer, aunque ahora era fiel a ese cervatillo, le iba a demostrar que las mujeres no le daban miedo en absoluto.
¿Quién mejor para su prueba que una pobre angelita que rondaba sola siempre?

Sonrió de oreja a oreja, arreglándose como el caballero que era y saliendo en busca de ella.
Sus oidos zumbaron. Al parecer alguien olvidaba que estuvo casado con una mujer, aunque ahora era fiel a ese cervatillo, le iba a demostrar que las mujeres no le daban miedo en absoluto. ¿Quién mejor para su prueba que una pobre angelita que rondaba sola siempre? Sonrió de oreja a oreja, arreglándose como el caballero que era y saliendo en busca de ella.
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