Se rasca tras la oreja, agitándolas un poco y suspirando.
No había tomado el aspecto de un cervatillo antes, sumado a que seguía algo débil, por lo que debería esperar un poco para volver a su aspecto normal.

Era curioso el instinto, pues buscó hacer un nido en su propia cama, acumulando mantas, sábanas y cuanto fuera suave y acolchado dejando un pequeño espacio en medio donde sentirse seguro.