Ya habían pasado varios días desde que llegaron a Saillune. Gracias a Ameria les habían permitido alojarse en el Palacio Real pero, sin embargo, todos ellos, exceptuando a Ameria, siempre estaban vigilados y controlados.

No podían acceder a ninguna estancia del castillo sin que los guardias fueran previamente informados y estos les autorizaran a hacerlo y les acompañaran. Aún así muchas veces la respuesta era negativa.

Las razones eran lógicas: aún no se había descubierto cuál era la enfermedad que padecía el Príncipe Philionel, pero cada día parecía estar más débil.

Ni los mejores expertos en magia curativa habían logrado sanarle y aquello parecía indicar que había una magia oscura muy poderosa detrás de aquel estado. La magia de un hechicero oscuro muy avanzado o el poder de un demonio de muy alto rango.

Saillune, cuando fue fundada, fue construida con forma de hexagrama (estrella de seis puntas). Ese tipo de forma le confería una mayor fuerza a la Magia Blanca en detrimento de la Magia Negra, es decir, un mayor poder a los hechizos defensivos y curativos en detrimento de los hechizos ofensivos.

Aquello tenía una explicación simple: Saillune era uno de los reinos que más quería preservar la paz a toda costa.

Esa misma forma de hexagrama estaba dañando constantemente a [Xellos] pues él era puramente poder oscuro en sí mismo, por lo que su presencia en Saillune le debilitaba, le hería y causaba un constante dolor en su espíritu tanto en el plano físico como en el astral.

Reena todos los días se iba con Xellos de la ciudad para sacarle de aquel hexagrama y que pudiera volver a ser libre y no sentir dolor; pero, de igual modo, tenían que volver antes o después para descubrir qué le estaba pasando al padre de Ameria o, mejor dicho, quién le estaba haciendo daño.

Aquella mañana Reena se despertó antes del amanecer. Sin decirle nada a Xellos, le rodeó con sus brazos y le dejó un beso en la cabeza. Trataba de protegerle de la influencia que Saillune tenía sobre él, quería hacerle sentir mejor, pero mientras estuvieran allí, no había nada que hacer.








Imagen creada por IA y editada mayormente por mí. Si quieres usarla, por favor, pídeme permiso. Gracias :)
Ya habían pasado varios días desde que llegaron a Saillune. Gracias a Ameria les habían permitido alojarse en el Palacio Real pero, sin embargo, todos ellos, exceptuando a Ameria, siempre estaban vigilados y controlados. No podían acceder a ninguna estancia del castillo sin que los guardias fueran previamente informados y estos les autorizaran a hacerlo y les acompañaran. Aún así muchas veces la respuesta era negativa. Las razones eran lógicas: aún no se había descubierto cuál era la enfermedad que padecía el Príncipe Philionel, pero cada día parecía estar más débil. Ni los mejores expertos en magia curativa habían logrado sanarle y aquello parecía indicar que había una magia oscura muy poderosa detrás de aquel estado. La magia de un hechicero oscuro muy avanzado o el poder de un demonio de muy alto rango. Saillune, cuando fue fundada, fue construida con forma de hexagrama (estrella de seis puntas). Ese tipo de forma le confería una mayor fuerza a la Magia Blanca en detrimento de la Magia Negra, es decir, un mayor poder a los hechizos defensivos y curativos en detrimento de los hechizos ofensivos. Aquello tenía una explicación simple: Saillune era uno de los reinos que más quería preservar la paz a toda costa. Esa misma forma de hexagrama estaba dañando constantemente a [Xellos] pues él era puramente poder oscuro en sí mismo, por lo que su presencia en Saillune le debilitaba, le hería y causaba un constante dolor en su espíritu tanto en el plano físico como en el astral. Reena todos los días se iba con Xellos de la ciudad para sacarle de aquel hexagrama y que pudiera volver a ser libre y no sentir dolor; pero, de igual modo, tenían que volver antes o después para descubrir qué le estaba pasando al padre de Ameria o, mejor dicho, quién le estaba haciendo daño. Aquella mañana Reena se despertó antes del amanecer. Sin decirle nada a Xellos, le rodeó con sus brazos y le dejó un beso en la cabeza. Trataba de protegerle de la influencia que Saillune tenía sobre él, quería hacerle sentir mejor, pero mientras estuvieran allí, no había nada que hacer. Imagen creada por IA y editada mayormente por mí. Si quieres usarla, por favor, pídeme permiso. Gracias :)
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