Bostecito en kunoichi. El futón del onsen ryokan en el que se ha alojado estaba más duro que dormir sobre una lámima de piedra y eso la ha hecho estar incómoda y dormir peor de lo que por sí duerme. Dolerle como tal no le duele nada, ni siquiera una molestia, pero estar seis horas en duermevela le pasa factura.

—No sé yo si el té me va a despejar...—sacude la cabeza, mientras se cierra un poco más el nemaki.

Lo que tiene más claro que el agua es que, nada más ponga un pie "en casa", va a hacer "plof" sobre su cama. A menos que le cambien el futón, en cuyo caso, hará "plof" sobre el futón cuando vuelva de su misión secreta de reconocimiento.
Bostecito en kunoichi. El futón del onsen ryokan en el que se ha alojado estaba más duro que dormir sobre una lámima de piedra y eso la ha hecho estar incómoda y dormir peor de lo que por sí duerme. Dolerle como tal no le duele nada, ni siquiera una molestia, pero estar seis horas en duermevela le pasa factura. —No sé yo si el té me va a despejar...—sacude la cabeza, mientras se cierra un poco más el nemaki. Lo que tiene más claro que el agua es que, nada más ponga un pie "en casa", va a hacer "plof" sobre su cama. A menos que le cambien el futón, en cuyo caso, hará "plof" sobre el futón cuando vuelva de su misión secreta de reconocimiento.
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