—Eso me lo decían cuando me preparaba en el Gremio, y creo que nunca llegó a calarme mucho—dijo, con una leve sonrisa. Se acercó a la chica, ofreciéndole su mano derecha—. Kharonn, para servirla.
—Eso me lo decían cuando me preparaba en el Gremio, y creo que nunca llegó a calarme mucho—dijo, con una leve sonrisa. Se acercó a la chica, ofreciéndole su mano derecha—. Kharonn, para servirla.
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