Nada como escuchar los bramidos afligidos de las almas que recién llegan a el infierno. Su eco retumba en mis oídos como una endulzante canción de cuna. Simplemente magnífico.
Nada como escuchar los bramidos afligidos de las almas que recién llegan a el infierno. Su eco retumba en mis oídos como una endulzante canción de cuna. Simplemente magnífico.