Podría mentir y decir que se ha pasado treinta y seis horas en la cama con el maestro "aliviando tensiones".
Pero se ha pasado treinta y seis horas escondida en el recoveco más recóndito del castillo del señor feudal del País de los Campos de Arroz (pronto rebautizado como País del Sonido) únicamente para memorizar los itinerarios y cambios de guardia de los mercenarios que custodian la habitación del shōgun.
Al menos las ratas le hacían compañía.
Pero se ha pasado treinta y seis horas escondida en el recoveco más recóndito del castillo del señor feudal del País de los Campos de Arroz (pronto rebautizado como País del Sonido) únicamente para memorizar los itinerarios y cambios de guardia de los mercenarios que custodian la habitación del shōgun.
Al menos las ratas le hacían compañía.
Podría mentir y decir que se ha pasado treinta y seis horas en la cama con el maestro "aliviando tensiones".
Pero se ha pasado treinta y seis horas escondida en el recoveco más recóndito del castillo del señor feudal del País de los Campos de Arroz (pronto rebautizado como País del Sonido) únicamente para memorizar los itinerarios y cambios de guardia de los mercenarios que custodian la habitación del shōgun.
Al menos las ratas le hacían compañía.
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