Finalmente la noche se había cernido sobre el pequeño Valle Sereno.
Reena no había querido tener visitas en todo el día, en especial la de Zelgadiss o Ameria; pero se había esforzado en mantener la mente ocupada para no pensar demasiado, aunque sin demasiado éxito.
En la mañana pasó un rato entretenida con un cuervo que había estado en su ventana, después había tratado de leer un libro que había sobre su mesita de noche, aunque solo había leído una y otra vez el mismo párrafo intentando concentrarse. Más tarde había paseado por los jardines de aquel Templo y también había hablado con los médicos intentando convencerles de que se encontraba bien y que quería el alta, sin embargo se la habían negado hasta que no estuviera completamente recuperada. Reena sentía que, como estuviera mucho tiempo hospitalizada, se curaría físicamente pero se destruiría psicológicamente.
Aquella noche se encontraba sentada en el borde de su cama moviendo los pies sin que estos rozaran el suelo.
Sobre la mesita de noche había una bandeja con su cena, cena que no había probado y que ya se había quedado fría, y su mente empezaba a adentrarse peligrosamente en recuerdos que había intentado mantener a un margen durante todo el día.
Angel Dust
Reena no había querido tener visitas en todo el día, en especial la de Zelgadiss o Ameria; pero se había esforzado en mantener la mente ocupada para no pensar demasiado, aunque sin demasiado éxito.
En la mañana pasó un rato entretenida con un cuervo que había estado en su ventana, después había tratado de leer un libro que había sobre su mesita de noche, aunque solo había leído una y otra vez el mismo párrafo intentando concentrarse. Más tarde había paseado por los jardines de aquel Templo y también había hablado con los médicos intentando convencerles de que se encontraba bien y que quería el alta, sin embargo se la habían negado hasta que no estuviera completamente recuperada. Reena sentía que, como estuviera mucho tiempo hospitalizada, se curaría físicamente pero se destruiría psicológicamente.
Aquella noche se encontraba sentada en el borde de su cama moviendo los pies sin que estos rozaran el suelo.
Sobre la mesita de noche había una bandeja con su cena, cena que no había probado y que ya se había quedado fría, y su mente empezaba a adentrarse peligrosamente en recuerdos que había intentado mantener a un margen durante todo el día.
Angel Dust
🌸🌿 Finalmente la noche se había cernido sobre el pequeño Valle Sereno.
Reena no había querido tener visitas en todo el día, en especial la de Zelgadiss o Ameria; pero se había esforzado en mantener la mente ocupada para no pensar demasiado, aunque sin demasiado éxito.
En la mañana pasó un rato entretenida con un cuervo que había estado en su ventana, después había tratado de leer un libro que había sobre su mesita de noche, aunque solo había leído una y otra vez el mismo párrafo intentando concentrarse. Más tarde había paseado por los jardines de aquel Templo y también había hablado con los médicos intentando convencerles de que se encontraba bien y que quería el alta, sin embargo se la habían negado hasta que no estuviera completamente recuperada. Reena sentía que, como estuviera mucho tiempo hospitalizada, se curaría físicamente pero se destruiría psicológicamente.
Aquella noche se encontraba sentada en el borde de su cama moviendo los pies sin que estos rozaran el suelo.
Sobre la mesita de noche había una bandeja con su cena, cena que no había probado y que ya se había quedado fría, y su mente empezaba a adentrarse peligrosamente en recuerdos que había intentado mantener a un margen durante todo el día. 🌿🌸
👤 [Ange1Dust]