❤️: Rol privado con: [Val_Produx] ❤️: Anterior en MD —Había dejado pasar algunos días por prevención. Y las cosas eran cada vez más raras… La amabilidad de Valentino seguía perdurando (a base de calmantes, eso sí) y aunque en ocasiones Ángel podría jurar qué le parecía qué las venas del cuello le iban a estallar, aún no pasaba. Y cuanto más se aguantaba la ira aquel demonio más grande sería después la explosión. Solo esperaba no estar cerca cuando la tragedia sucediera, pese a saber qué de algún modo u otro la honda expansiva acabaría por darle. Además, si bien ya no era necesario ir escondiéndose por los rincones del estudio como… bueno… una araña, tampoco le había pasado nada sumamente horrible, como mucho algún intercambio de palabras incómodo o alguna escena qué tuviera qué rodar con él. Por lo demás… incluso comenzaba a ser agradable estar allí. Y eso era sin duda sospechoso, además también estaba aquella conversación tan extraña ¿Por que Val iba a alterarse tanto solo por decirle qué no tenía corazón? “Tú eras mi corazón” Esa respuesta resonó de nuevo en su cabeza en un doloroso eco qué la atravesaba una y otra vez. —Esta mintiendo, despierta de una vez…—susurró para sí mismo resoplando no debía de ceder—.Solo quiere tenerte atado a él, nada más… —se recordó pues al haberle plantado cara, era posible qué ahora su jefe quisiera de algún modo recuperar el control sobre él más allá qué en el trabajo. Sin duda era algo retorcido pero le conocía lo suficiente para saber que Val era así. Definitivamente, necesitaba hablar con alguien y la única persona en todo el infierno qué, conocía lo qué sucedió entre ellos dos, era Sherry. Así qué le escribió un mensaje y después rascó la pancita de Nuggets quien comenzó a mover las patitas de forma adorable, de tal forma qué Ángel no tuvo más remedio qué grabarlo y subirlo a toda red social disponible en el infierno. Ahora, gracias a qué el tocinete le había animado, se puso en pie y salió del hotel, simplemente a dar una vuelta. O esa era la idea por que, distraído como iba no tardó en chocar con la espalda de alguien —¡Eh!¡Mira por donde vas, jod..!—y se le cortó la respiración unos instantes—.Joder…—definitivamente, el día comenzaba fatal.