Durante una noche, el vampiro, había decidido dar un paso adelante y asumir el papel de cocinero, una tarea que normalmente no desempeñaba dado que su dieta no requería mucho alimento. Sin embargo, se sentía en deuda con Neill, quién no sólo le había permitido hospedarse en su casa, sino también le había tolerado durante un período considerable de tiempo. Como muestra de su gratitud, ¿qué mejor manera que preparar una de las delicias culinarias de su tierra natal? Con esa motivación, Rei decidió cocinar onigiris, una especialidad japonesa sencilla pero deliciosa.
El proceso fue sencillo, la receta era una que había hecho innumerables veces, y modeló las bolas de arroz con una precisión casi artística. Neill pareció disfrutar enormemente de este aperitivo, tanto que Rei no pudo resistir la tentación de capturar el momento, de manera casi imperceptible, sacó su teléfono y tomó una fotografía del rubio comiendo con gusto.
Sus ojos se iluminaron al ver la imagen, Neill parecía tan tierno que Rei no pudo evitar que una pequeña risa se escapara de sus labios. Decidió llevar la foto a revelar y una vez que tuvo la imagen impresa en sus manos, no pudo resistir la tentación de mostrársela a Neill. Con una sonrisa burlona, le mostró la foto. —¡Mira qué lindo te ves! —exclamó, su tono lleno de diversión—. Definitivamente, debería mandar a hacer un cuadro gigante con esta foto.
El proceso fue sencillo, la receta era una que había hecho innumerables veces, y modeló las bolas de arroz con una precisión casi artística. Neill pareció disfrutar enormemente de este aperitivo, tanto que Rei no pudo resistir la tentación de capturar el momento, de manera casi imperceptible, sacó su teléfono y tomó una fotografía del rubio comiendo con gusto.
Sus ojos se iluminaron al ver la imagen, Neill parecía tan tierno que Rei no pudo evitar que una pequeña risa se escapara de sus labios. Decidió llevar la foto a revelar y una vez que tuvo la imagen impresa en sus manos, no pudo resistir la tentación de mostrársela a Neill. Con una sonrisa burlona, le mostró la foto. —¡Mira qué lindo te ves! —exclamó, su tono lleno de diversión—. Definitivamente, debería mandar a hacer un cuadro gigante con esta foto.
Durante una noche, el vampiro, había decidido dar un paso adelante y asumir el papel de cocinero, una tarea que normalmente no desempeñaba dado que su dieta no requería mucho alimento. Sin embargo, se sentía en deuda con Neill, quién no sólo le había permitido hospedarse en su casa, sino también le había tolerado durante un período considerable de tiempo. Como muestra de su gratitud, ¿qué mejor manera que preparar una de las delicias culinarias de su tierra natal? Con esa motivación, Rei decidió cocinar onigiris, una especialidad japonesa sencilla pero deliciosa.
El proceso fue sencillo, la receta era una que había hecho innumerables veces, y modeló las bolas de arroz con una precisión casi artística. Neill pareció disfrutar enormemente de este aperitivo, tanto que Rei no pudo resistir la tentación de capturar el momento, de manera casi imperceptible, sacó su teléfono y tomó una fotografía del rubio comiendo con gusto.
Sus ojos se iluminaron al ver la imagen, Neill parecía tan tierno que Rei no pudo evitar que una pequeña risa se escapara de sus labios. Decidió llevar la foto a revelar y una vez que tuvo la imagen impresa en sus manos, no pudo resistir la tentación de mostrársela a Neill. Con una sonrisa burlona, le mostró la foto. —¡Mira qué lindo te ves! —exclamó, su tono lleno de diversión—. Definitivamente, debería mandar a hacer un cuadro gigante con esta foto.