Ivory vivía una vida tranquila aunque a la vez caótica. A pesar de tener solo 23 años, era padre de un niño de 3. Vivían felices, no les faltaba de nada y en general la vida era buena, hasta ese fatídico día.

Ivory estaba con su hijo, Theo, jugando en el parque, cuando dos bandas que tenían disputas entre si se abrieron fuego entre ellas ahí mismo, una bala perdida atravesando la cabeza del niño.

A partir de ese día, Ivory busco venganza contra todos los miembros de las dos bandas, y empezó una redada personal para acabar con todo tipo de criminales, eliminarlos de forma permanente, matarlos.