Petites flammes.

La historia de los Feu es antigua, poco recuerda, pues su memoria no es tan buena como la de su hermano Elandré, pero siempre tendrá grabado el día en que su raza dejó de ser temida y se convirtió en temerosa.

Sus padres contaban grandes momentos de los dragones escondidos en mazmorras o montañas repletas de tesoros. Siempre existían algunos que buscaban riqueza, pero pocos se atrevían a desafiarlos.

No obstante, "alume le feu" el lugar de su familia, donde nacieron todos sus ancestros, fue asediado y destruido por cazadores de seres sobrenaturales. Equipados con armas capaces de destruir sus escamas, cubiertos con ropa ignifuga, y cadenas capaces de atarlos para recibir el golpe final.

Recuerda como sus padres fueron convertidos en trofeos, y como esa montaña de oro y joyas se iba repartiendo por manos extrañas.

Obligados a esconder su naturaleza, Elandré, Sephtálon y Serynthia, siendo unos pequeños fueron ocultados por quien era la nodriza de su hermana, y les enseñó que lo mejor sería esconderse entre los humanos.

Años pasaron, y la venganza ardía en el pecho de Sephtálon, quien destruía aldeas, ciudades, países, cual fenómeno natural.

Pero con el paso del tiempo, su ira se fue calmando, ayudó la inteligencia de Elandré y el cariño de Serynthia.

El llamado "terror naranja" se escondió, y decidió actuar plenamente como humano.

Ahora, en la época actual, se encarga de proteger a sus hermanos, es el escudo de la familia, y siempre pelea por ellos. 


Curiosidades.

 

  • Es un dragón de color naranja, de ahí viene el apodo "terror naranja", además de que solía lanzar una llamarada al surcar los cielos.
  • No está interesado en tener familia, además de que hay pocos dragones vivos y es muy difícil que fecunde a otra raza.
  • Toma pastillas para controlar su ira.
  • Le gustan los gatos, más los naranjas.