Nombre: Isabella Rossi.

Edad: Veintiséis años.

Ocupación: Médica por enseñanza directa, actualmente es una de las figuras de asistencia más importantes del grupo.

Red familiar: 

― Nombre. Alistair Rossi. Madelaine Rossi. Rose Fitzgerald. Anthony Grey.
― Edad. Cincuenta y dos años. Cuarenta y ocho años. Veintinueve años. Treinta y cuatro años.
― Vínculo. Padre. Madre. Mejor amiga. Ex pareja, amigo.
― Estatus. Vivo. Fallecida. Viva. Vivo.
― Relación. Estrecha. - Estrecha. Tensa.

 

Historia: La única hija de los Rossi tuvo una infancia estable, creciendo y criándose en el seno de una estructurada familia de médicos. Su madre, Madeleine, fue su primera y mejor amiga; tenían un vínculo amoroso, exigente en lo académico, permisivo en lo personal. Los últimos viernes del mes, luego de las clases, solían ir juntas a escoger algún libro que luego leerían antes de dormir, turnándose para escoger la novela. Su padre, por otro lado, fue una figura más distante. Su forma de demostrar cariño estaba en los pequeños detalles, en los silencios compartidos. 

Cuando el mundo comenzó a colapsar, Isabella apenas estaba cursando el segundo año de medicina, teniendo que abandonar la universidad para volver, sin ningún objeto personal, a su hogar. En medio del caos su madre falleció en una pérdida que no fue heróica ni extraña, sino abrupta e injusta, dejando a Isabella incapaz de procesar lo ocurrido, acarreando desde entonces una profunda culpa. 

Su padre, sobreviviente al igual que ella, se convirtió en su ancla personal. Juntos huyeron del foco de contagio, vagando durante meses hasta llegar al refugio donde hoy todavía viven. 

Poco a poco y contra todo pronóstico pudieron adaptarse a su nueva vida; Alistair empezó a encargarse de la sala médica, Isabella pronto se unió y comenzó a aprender desde la práctica, ayudando cada vez más, hasta conseguir uno de los turnos de guardia. 

Fue durante uno de los turnos rotativos que conoció a Anthony, un ex militar que acababa de llegar con el brazo atrozmente lastimado y, tras una intervención que llevó horas, consiguió estabilizarlo. Su relación no tardó demasiado en empezar, pasaban noches largas en compañía del otro, hasta que la formalización se hizo inevitable. A Alistair jamás le agradó del todo, y aunque ella pensaba que era por simples celos paternales, el tiempo acabó desmintiendo cada fantasía que le había prometido.