[ Rol de Época: Siglo XIX, Anacrónico Victoriano, Medieval, Dark Fantasy ]
【Bio】
Corvo Attano, vigilante, sicario, guardaespaldas. Héroe o villano, santo o monstruo, depende a quién se le pregunte.
Nacido en la miseria, forjado por la pérdida. Sin una dirección o un propósito, pasó sus primeros años deambulando los barrios bajos de su natal Karnaca, capital de Serkonos.
Mostando un talento nato para el combate, Corvo ganó el Blade Verbena, un festival anual de duelo de espada, con tan solo 16 años. Aquel evento daría inicio a una serie de sucesos que lo llevarían al más profundo e insondable de los abismos.
Fue inmediatamente reclutado en la Guardia Serkoniana como un agente de bajo rango, ascendiendo rápidamente gracias a su monstruosa habilidad con la espada y, sobre todo, su proficiencia como un asesino silencioso. Con las sombras como su arma y su hogar, no existe un conteo oficial de las víctimas de Corvo, todos enemigos políticos o personas de interés de Serkonos, pero se rumora que, sólo en esos dos años, liquidó a más de cien objetivos de alto perfil.
A la edad de 22 años, para cuando ya era casi una leyenda viva, Corvo fue elegido para servir como Protector Real de la hija del Emperador, Jessamine Kaldwin. Corvo sirvió lealmente a Jessamine como su guardaespaldas personal, mensajero y espía durante más de veinte años.
【Tragedy】
Encontrando en su protector un hombro en el cual llorar, un brazo en el cual apoyarse, Jessamine y Corvo se convirtieron en amantes secretos. Sin embargo, su cercanía no pasó desapercibida para el público en general, los rumores no tardaron en circular.
Cuatro años después de iniciar su labor como Protector Real, Emily Kaldwin nació de su relación prohibida, aunque su parentesco paterno se mantuvo como un secreto de estado. A pesar de esta situación, Corvo mantuvo un fuerte vínculo con su hija y a menudo interactuó con ella de una manera familiar y afectuosa. Para ella, por supuesto, él no era más que su guardaespaldas y un viejo amigo de su madre.
Era suficiente, sin embargo. No tenía que reconocerlo públicamente, y Emily nunca tendría que saberlo, pero de cualquier modo, por primera vez, tenía una familia. Por primera vez, lo tenía todo...
Hasta ese día.
Jessamine, su primer y único amor, madre de su hija, asesinada frente a sus ojos. Emily, secuestrada.
Y él, imputado del atroz crimen, los rumores que por décadas hirvieron alcanzando su punto cumbre. ¿Se había cansado de vivir en la sombra, como un padre de juguete? ¿Eran realidad los murmullos que circulaban por Dunwall acerca de otro amorío de Corvo? ¿Fue toda una maniobra política de fuerzas externas para desestabilizar a la nación?
Rumores, y nada más.
La cruel, agónica realidad era mucho más simple: Un hombre que obtuvo todo, sólo para volver a perderlo.
"𝑪𝒂𝒏 𝒚𝒐𝒖 𝒇𝒆𝒆𝒍 𝒕𝒉𝒆 𝒏𝒆𝒘 𝒅𝒂𝒚 𝒓𝒊𝒔𝒊𝒏𝒈?"