ADVERTENCIA

Todo lo escrito aquí es ficción con fines de entretenimiento.

 

 

Una iglesia comun; bancas, luces, candelabros, pinturas y figuras de santos bien cuidados alrededor. Creyentes mostrándose fieles a la palabra del padre Emmanuel, con la boca llena de mentiras visibles para quien no se encuentra segado por la pena y que llevan consigo la fe ciega hacia dios. 

 

Howard nunca fue un gran creyente. Las salidas dominicales y la vida de agradecimientos eran una simple imitación para encajar dentro de su familia y sus abuelos lo sabían muy bien. Nunca fue un problema para el seguir la corriente, sin juzgar, pero con la vista siempre perdida entre el pasado y sus aspiraciones en lugar de rendir respeto a dios. 

 

No le costo mucho mostrarse interesado luego de pasar semanas en un estado lamentable, fingiendo ser un adicto que priorizaba su gusto antes que su necesidad. Para todos era el caso perdido que vivía mediocremente entre esquina y esquina, una victima del descuido de la ley y el prejuicio de la sociedad, el pobre Jack Brown sin rumbo.

Para Emmanuel, era el blanco perfecto. Lo llamo el bendecido por dios, guiado hasta su mano para poder darle un nuevo papel. 

"Con la capacidad de guiar a los corderos de dios hacia el paraiso" Era el monologo que siempre le daba cuando la 'abstinencia' lo dejaba en su peor momento y los golpes constantes lo despertaban durante la noche al intentar calmar la carne ardiendo en su interior, imaginándose todo tipo de cosas para aumentar su ansiedad.

En solo un mese Emmanuel se auto proclamo curandero de un nuevo seguidor, la primera presentación al oscuro mundo de "Los nuevos fundadores" el llamado nuevo aspirante a la grandeza. 

 

"Curado de todo mal. Ahora es hora de pagar por el servicio del gran señor" 

 

Con todo pareciendo tan normal frente a la figura de un dios, sin nombre, sin rostro, una entidad que el mismo Emmanuel describía como "Demasiado para que lo puedan imaginar" pero nunca para el quien era la viva palabra de sus pensamientos y deseos. 

Siempre se refirió a el como "EL gran señor" cuando estaba en misa, pero al mirar la figura del dios frente a el, sus ojos se tornaban vacíos y su sonrisa era facil de confundir con alegria pura desde la distancia. 

 

En solo tres meses, con invitaciones marcadas de mentiras y un aumento de los fieles de la iglesia le dieron un pase libre hacia "El paraiso", Jack (Howard) se hizo de un nombre, de una historia de redención y totalmente reformado al ganar parte del peso perdido como si nunca hubiera sido un adicto sin futuro. 

 

"Ahora dios dice que eres digno. Demostraste que puedes ser fiel a mi, ahora también puedes formar parte de la fidelidad a "Nuestro" dios" 

 

La primera noche de tributo fue la que marco mas la memoria de Howard. Cinco hombres de gran tamaño, sujetando a una mujer de estado lamentable desde cada una de sus extremidades mientras se mostraba sonriente ante la precencia de la luz bien montada en el techo de la iglesia. Con conciencia o sin ella, se mantenía fiel, absorta ante sus propios deseosm 

 

-"Dios me resivira" -Gritaba con desesperacion- "Mi carne servirá para alimentar a dios" 

 

Los rezos compulsivos de las personas cubiertas por mascaras medievales que no ocultaban la identidad de los que llego a conocer, miembros de la comunidad y algunos tantos que no tenían ningún rasgo distintivo. Un ritual más acercado a lo pagano y lo escalofriante, gritos, ruegos, la iglesia apenas iluminada por el brillo proveniente del techo. El silencio, fue tan pesado como piedras sobre los hombros, cuando la cabeza de la mujer se desprendió de su cuerpo, en solo un segundo, el hacha que hacia solo unos días se había dedicado personalmente a afilar, corto el cuello de la mujer con un golpe seco, sangre derramada sobre el altar de piedra, empapando las sabanas blancas mientras su cuerpo, por reflejo, convulsionaba. 

 

-"Así dios estará contento. -Emmanuel se le colgó por la espalda desde su alta posicion.- Así es como dios lo designo" 

 

No pudo decir nada, Howard jamas se había sentido tan vulnerable en su vida, tan frio frente a algo que no espero que pasara, esperando no caer de rodillas y sacar la poca comida que se permitía ingerir al día. 

Con la memoria fracturada, volvió al viejo dormitorio donde dormía a duras penas. Su mente se perdió entre el recuerdo y la imaginacion, como una pintura que se mueve en remolinos y olas que son imparables. 

 

"Si eso lo hace por su dios... no hay manera de que el pueda sea humano"