[ Nos encontramos, 
Nos perdimos; ¿trágico? 
Ninguna, quizás. ] 

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Sei Sejima, conocido como "Falco" por sus numerosos amigos y sus contados enemigos, es un hombre viudo de 43 años, residente de Osaka, Japón.

Solía escribir. Dejó de hacerlo hace tiempo, como dejó de hacer muchas cosas desde que ella se fue. 

Tal vez, de haber seguido escrito, hubiese narrado la historia del mafioso que, herido de bala tras una noche que quisiera olvidar, buscó refugio en un templo antiguo, olvidado. Habría narrado sobre la encargada que decidió ocultarlo de sus perseguidores, y sin preguntar su nombre siquiera, quiso curar sus heridas.

Y sus heridas curó, pero no sólo las de su cuerpo.

Quizás, también, Falco habría podido escribir sobre el día, el momento exacto en el que se enamoró de ella. Sobre cómo su vida cambió gracias a ella, decidiendo volverse un civil, dejar atrás su vida de excesos y peligro.

Posiblemente habría escrito sobre su boda, su vida juntos, sobre el hijo que tuvieron... 

...

Hoy, Falco se desempeña como director de una preparatoria, dando clases de judo en su tiempo libre. Falco dejó de escribir, como dejó de hacer muchas cosas.

Pero lo que nunca ha dejado de hacer, es pensar en ella.