Tanto Jamie como yo abandonamos a los dieciocho años Edimburgo para mudarnos a Estados Unidos, tuvimos suete ya que los dos fuimos aceptados en la misma universidad.

No estudiamos la misma carrera, solo yo termine la mía, Jamie se cambio siempre quiso dedicarse más a su rama de brujo y enseguida uno de sus profesores le dio la oportunidad de su vida.

Yo me dediqué a la medicina forense solo que a la hora de las prácticas no las acabe por un problema de salud que me llevo a dejarlas, a día de hoy logré acabarlas en uno de los mejores hospitales del país.

 

Llevo trabajando casi un mes en la comisaría de Salem, a la vez que también cuido y curro a los pocos miembros de la manada más cercana que hay.

Soy autónomo solo así puedo lograr conciliar mi forma de vida, no solo desaparezco en los días y noches de luna llena, siempre me cojo las dos primeras semanas de cada mes para cobijarme en la cabaña que tengo en las profundidades del bosque y así también conectar más con la naturaleza y alejarme de la civilización.

Abrazo mi forma de lobo con la cuál no siempre puedo conectar, al menos de la forma en la que me gustaría. 

Jamie y yo llevamos un año entero sin vernos sus prácticas lo han llevado a diferentes puntos del mundo, estoy feliz por él igual que él de mí.

Muy pronto vamos a volver a vivir juntos bajo el mismo techo en la cuidad donde tengo un oasís perfecto, no volveremos a compartir habitación, cada uno tendrá la suya propia.

Incluso estás navidades las celebraremos en Edimburgo, será como regresar juntos a nuestra niñez. 

 

La manada ahora se encuentra reunida, no pude asisitir para darles una charla sobre lo que sucedió en la última cacería.

No soy miembro oficial solo los ayudó, currándolos y ellos a cambio me regalan parte de todo lo que cazan, es recíproco.

Nos cuídamos mutuamente.

 

Esta semana regresé de vuelta a la cuidad por tanto significa que vuelvo a la rutina, este Halloween va a ser como un día más.

 

La llegada de mi gemelo lo ha cambiado todo.