Mi nombre es Caleb, tengo 29 años, pertenezco a una rama secreta, en ningún lado en particular, una que pertenece en las sombras analizando y siendo los que se manchan las manos si así lo requieren, investigadores privados es la forma "bonita" de llamarnos.
Y hoy... hoy estoy aquí sabiendo la razon. No todos los días eres enviado a terapia psiquiátrica por las secuelas de una muerte.
- Bien, Caleb. -Dijo la mujer mayor mientras volvía a mover la pluma sobre su libreta. Observando por el rabillo de sus gafas con esos ojos que siempre juzgan.- Vamos a volver al principio ¿Sabes porque estamos aqui?
Los suspiros de mala gana siempre la ponían nerviosa, como si un animal le respirara en el cuello y estuviera a punto de morderla.
-Estoy aqui, porque mi compañero y mejor amigo fue asesinado a sangre fría por un psicópata sin corazon que le apuñaló la traquea hasta que le arranco la cabeza...
-Sabes que así no funciona. -Se revolvió en su asiento, incomoda con la grabadora que intentaba ocultar debajo de si. -Debes contar todo con detalle para que podamos saber si tus recuerdos estás claros. Si algo cambia sabes que tu declaración podría ser descartada...
Lo malo de ser de los buenos, era que si los buenos lo querian, uno podía pasar a ser reemplazable y ellos seguirían siendo los buenos, aun si uno era inocente.
- Hace cuatro meses, durante una de las inspecciones rutinarias a un domicilio aislado en Nuevo Mexico. Joseph y yo nos adentramos saltandonos todos los protocolos y fuimos demaciado arrogantes. Supusimos demaciado mientras recorriamos la casa mas limpia que hubieran visto, ni un olor, ni una sola mancha, era la tipica casa en venta que dejaba todo completamente impecable.
La recorrimos por unos 15 a 20 minutos buscando cualquier anomalia. Los oficiales que resivieron el reporte los insitaron a ir, despues de todo, quizas tendria que ver con la investigacion sobre trafico de personas con algún cartel.
Se tenso al recordar el comentario burlon de Joseph 'Quizás fue una broma... o creyeron que tu y yo llevamos demasiada tensión sexual entre nosotros.' Como un adolescente era capaz de hacer burla de su propia sexualidad, y como su amigo mas cercano, solo me podía burlar y hacerle señas vulgares en respuesta.
- Nos cansamos de no encontrar nada y salimos a revisar los alrededores. Llegamos a la parte trasera y miramos unos contenedores de basura tan limpios como paredes de hospital.
Joseph se separo y decidió mirar sobre una vieja lona llena de arena. Fue ahí cuando se resbalo, la lona servia de tapadera para un agujero recién hecho, no mas de 4 o cinco días por la falta de arena y la suavidad del concreto. Imaginamos que era un tipo de cuarto de pánico y el tuvo la mala suerte de levantar la lona del único punto abierto.
Se fracturó la pierna al golpear y enroscar su pierna contra las escaleras metálicas de la pared.
EL sonido del crujir de su pierna era demasiado incluso para el y el grito que vino después fue indescriptible.
-BAje a toda prisa para auxiliarlo. La habitación era demasiado oscura y cuando por fin logre adaptarme un poco el se movía freneticamente. Parecía que estaba combulsionando por un fuerte golpe en la cabeza pero... de pronto solo paro.
-¿Porque no lo ayudaste, Caleb?
El interés morboso con el que siempre preguntaba salio a relucir.
-Por el gorgoteo.
Aquella casa era un modelo de una casa suburbana comun, tenia todo como si fuera una maqueta bien hecha. Pero no habían tanques de agua, ni una gota de agua o purificador, solo una casa de muñecas.
-La casa no contaba con ningún suministro de agua. Si eso era un recolector de agua no habría forma de que estuviera vacío y por el tiempo nisiquiera había rastros de humedad.
-Al punto Caleb.
-Me di cuenta al momento que ese sonido venia de el. Saque el arma y apunte a ciegas...
-¿Estas seguro que no era una broma de Joseph?
¿El punto de un psicólogo no era ayudar? Ella era siempre una maldita maquina de exponerlo y tirar piedras hasta verlo hundido.
-¡Y una mierda! Pase 14 días metido en un agujero oscuro, privado sueño, alimentandome de gusanos y arañas, mientras trataba de entender como era que Joseph había perdido la cabeza. ¡Esos putos Psicópatas me dejaron inconsciente esperando que muriera, se llevaron el cuerpo y cuando por fin pude salir, supe que los putos maníacos lo habían ofrecido a su puto dios de mierda!
-Veo que hoy tampoco será posible completar la sesion...
La ira le movió las extremidades y arrojo la mesa a un lado, nisiquiera recordaba que estuviera ahi. La mujer se quedo petrificada y se dio cuenta de su error, pero aun así no se movio, no dijo nada solo se sujeto a su asiento mientras le observaba.
-Si... así parece.
Fue lo único que dijo antes de salir de la habitación con una escalofriante calma.