Nombre:
Hades
Alias:
Señor del Inframundo
Edad:
Inmortal (aparenta unos 35 años)
Raza:
Dios Olímpico
Apariencia:
De porte regio y sombrío, su presencia es tan imponente que basta una mirada suya para infundir respeto y temor. Su cabello es oscuro, ligeramente ondulado, y enmarca un rostro serio y varonil de facciones afiladas. La barba recortada acentúa la dureza de su mirada, la cual parece contener el peso de las sombras eternas. Sus ojos, profundos y oscuros, reflejan tanto el frío del inframundo como la sabiduría de un dios milenario.
Viste siempre de negro, con túnicas o ropajes elegantes adornados con detalles metálicos que recuerdan a las puertas del Hades. La sobriedad de su atuendo refuerza la solemnidad de su figura, mostrando riqueza y autoridad sin necesidad de ostentación.
Personalidad:
Serio, reservado y calculador. Es un dios de pocas palabras, pero cada una de ellas carga con poder y sentencia. Aunque muchos lo temen, no es cruel por naturaleza, sino justo y severo con quienes desafían las leyes de la vida y la muerte. A diferencia de Zeus o Poseidón, no busca dominio sobre lo que no le corresponde, sino equilibrio y respeto sobre lo que gobierna. Su carácter melancólico lo hace parecer distante, aunque en el fondo conoce la importancia del amor y la lealtad, siendo Perséfone su mayor debilidad.
Poderes y habilidades:
• Dominio absoluto sobre el Inframundo: controla las almas y sus destinos.
• Señor de las sombras: puede invocar oscuridad, espectros y criaturas infernales.
• Inmortalidad y fuerza divina.
• Portal entre mundos: puede abrir el paso entre el mundo de los vivos y los muertos.
• Cancerbero: guarda leal que protege las puertas de su reino.
Debilidades:
• No puede alterar el destino escrito por las Moiras.
• Su unión con Perséfone lo ata a un lado vulnerable y más humano.
• Está limitado en sus intervenciones en el mundo de los vivos.
Historia:
Hijo de Cronos y Rea, hermano de Zeus, Poseidón, Hera, Hestia y Deméter, tras la victoria contra los Titanes recibió el inframundo como reino eterno. Temido por mortales y respetado por dioses, gobierna en un palacio de sombras y riquezas incalculables. Su rapto de Perséfone, hija de Deméter, selló un destino que une la vida y la muerte en un ciclo eterno de estaciones.
A pesar de la oscuridad que lo rodea, Hades no es malvado, sino un guardián del orden natural, cuyo deber es mantener el equilibrio entre los mundos.