Nombre Completo: Manon Call Blackbear
Apariencia física (Faceclaim: Doydly): Cabello: Ginger cobrizo intenso, largo, rebelde, a veces trenzado estilo tribal cuando quiere intimidar.
Piel: Trigueña, curtida por el sol, marcada por pequeñas cicatrices que no oculta. Cada una con historia.
Ojos: Rasgados, oscuros con pequeños destellos dorados, como si escondiera fuegos artificiales listos para explotar.
Cuerpo: Atlético, fuerte, de andar firme. No camina: Pisa. Toda su postura grita "No te metas conmigo."
Personalidad: Extrovertida, dominante, lengua filosa y sin filtro. Irónica y sarcástica como un escudo emocional, pero también como un arma cuando quiere dejar en ridículo a alguien. No soporta la falsa humildad ni la victimización. No cree en el romanticismo lastimero. Para ella, el amor no debe doler. Por eso, cuando su ex la dejó por su impronta... no lloró. Lo destruyó.
Historia en la Tribu
Manon nació como beta por línea directa, pero nunca aceptó el rol tradicional de obedecer. Su espíritu libre e impulsivo la alejaba del molde. Fue pareja de otro lobo, uno que acabó improntando con otra chica, y ahí es donde su historia se diferencia de Leah: Leah lloró... Manon peleó. Literalmente le rompió la cara a la impronta de su ex y al ex también. A puños limpios. Sin transformarse. Humillación pública, rabia real. Su madre y ella regresaron a Forks después de ese incidente.
Transformación: Sucedio la misma noche que el incidente. En luna nueva. Como si la naturaleza misma reconociera que el alfa que necesitaban nunca iba a nacer entre los sumisos.
Relación con Isabella Swan: La odia. Isabella es la encarnación de todo lo que está mal: Llora por todo. Manipula a los hombres a su alrededor sin asumir consecuencias. Se mete en un mundo que no entiende y lo trata como si fuera un escenario de drama adolescente. “No me sorprende que Edward la haya querido chupar… la energía, la dignidad y el amor propio.” —Manon, delante de todo el grupo. No la deja sentarse con ellos. No oculta su desprecio. Cada palabra dirigida a Isabella es una daga envenenada. Y aunque algunos intenten frenarla… nadie puede domar a una loba que aprendió a sangrar sin perder la sonrisa.
Choque con Jacob Black: Hubo una discusión. Jacob defendiendo a Isabella, Manon humillándolo con sus palabras… y al final, se transformaron ambos. Lucha brutal en el bosque. Ella no le ganó, pero tampoco perdió. Lo igualó. Desde entonces, Jacob la respeta y se vuelven cercanos.
Origen Japonés + Sangre Quileute
Manon no es solo una loba, es una anomalía viviente. Una bomba genética. Una promesa olvidada.
Creció en Japón, lejos de la reserva, entre templos y montañas, tal vez cerca de una comunidad con su propia conexión espiritual con la naturaleza, pero que nunca la hizo sentirse completa. La sangre lobo estaba dormida, enterrada bajo generaciones de mezcla, silencio, y desplazamiento. Todos creían que no se activaría nunca. Pero el dolor… fue más fuerte que el olvido.
La ruptura: Manon tenía un novio llamado Dae, también es un metaformo, Manon y Dae llevaban un año saliendo, cuando Dae se imprimo de una nueva compañera echo del cual Manon se entero semanas después cuando los miro dándose un beso, para ella eso fue la traición sin rostro. El abandono inexplicable. La renuncia al libre albedrío por un hechizo genético. Y en ese momento no lloro. No pregunrto. No suplico. Atacó . Con puños. Con furia. Con la rabia que le quemó la piel hasta que el lobo adentro dijo: “Ya basta. Ahora soy yo quien te protege.” Su transformación esa misma noche, como un acto de rabia sagrada.
El regreso a la Reserva
Su madre, que huyó para evitar el destino tribal, que intentó protegerla con distancia y cultura distinta, ahora se ve obligada a regresar con su hija loba a la tierra que tanto quiso dejar atrás. En ese regreso a la reserva, Manon y su madre están reconstruyendo una nueva vida.
Instinto Beta
Manon no nacio para seguir órdenes, su instinto beta no es solo un rango. Es un don psicológico y espiritual. Una capacidad de percibir, de leer la energía del grupo, de conectar emocionalmente con los miembros de la manada sin imponer, pero guiando. Es como una brújula empática que vibra más fuerte cuando hay desequilibrio. Y por eso ella siempre detecta cuando algo está mal:
Cuando Isabella cruza la línea.
Cuando Emily niega lo que siente.
Cuando Jacob se deja manipular.
Cuando Sam cree que todo está bien.