Mi amada Miyabi:

Si estás leyendo estas palabras, entonces el destino ha seguido el camino que temía. No llores por mí, hija mía. Llora, si debes, por los días que no tendremos, por los amaneceres que no veremos juntas. Pero no por mi muerte. Luché como guerrera del Clan Loto Carmesí, y caí con honor.

El Fénix Negro mancha nuestras tierras con fuego y sombra. Pero no son invencibles. Tú llevas en tu sangre la llama justa del Loto Carmesí, y en tu espíritu, la determinación de nuestras ancestras. La katana que ahora portas fue forjada con el acero de las estrellas caídas, templada con mis propias manos el día en que juré protegerte. Es más que una espada. Es un legado. No busques venganza, hija mía. Busca justicia. Que cada golpe tuyo sea una oración por los caídos, y una advertencia para los que creen que la oscuridad puede reinar para siempre.

Te amo. Camina con fuerza, camina con honor.

– Ahkra.