NANA KOMATSU
El pueblo donde nací está rodeado de montañas, no es muy grande ni muy pequeño.
No es un pueblecito de campo pero tampoco es una cuidad.
Un lugar donde no se puede hacer turismo, porque no hay nada que ver.
Yo soy la mediana de tres hermanas...contando conmigo. En una familia ni muy rica ni tampoco somos pobres. Con unos padres que siempre me han dejado un poco de lado.
Ahora estoy a punto de graduarme en un instituto solo para chicas.
-¿A Vancouver?.
-Si, me marcho la semana que viene.
Habala como si no le importará dejarme y la noticia que acaba de soltarme mientras estamos los dos resguardados del frío y de la nieve que ahora esta cayendo, en su coche.
Acaba de romperme todas las ilusiones y sueños que tenía puestos en esta relación.
-¿Es otro viaje de negociones, verdad?.
-No, me van a trasladar. Me han informado esta misma mañana, que se le va hacer.
No quiero que se marche, ahora que lo pienso si cojo el tren bala solo serían dos horas de trayecto, podríamos seguir viéndonos sin tener que separarnos.
De todas formas, hasta ahora tampoco es que nos hayamos visto muy a menudo.
-Me sabe mal que ya no podremos seguir viéndonos. Pero el trabajo es el trabajo, que le vamos hacer.
Aquellas palabras no podía creer que estuvieran saliendo de sus labios.
-Lo siento Nana, ha sido divertido pero ya no volveremos a vernos. Gracias.
Ocurrió cuatro meses antes del septimo mes del año pasado, aún así solo podía sentir como el gran rey se cernía sobre mí.
En el fondo lo sabía, siempre lo supe. Una relación como esta, no podía durar mucho tiempo, pero no me imaginaba un final como aquel, tan de repente...fue tan rídiculo que no podía llorar.
Baño de chicas - segunda planta
Me encuentro sentada en la tapa de uno de los retretes con l puerta abierta, en clase hice un enorme esfuerzo por no derramar ni un sola lágrima, pero desde que entre no he podido parar de llorar y a mí lado tengo a la única amiga de verdad que hice cuándo empecé hacer el bachillerato.
-¡Para no poder llorar, bien que lo estás haciendo ahora!
De las lágrimas y lo mal que me siento al principio solo podía pronunciar el nombre de mi amiga, la cuál sabe toda mi historia con él.
-Yo ya te aconsejé que lo dejarás, no te merecías ser su amante.
-No era su amante, no es ningún culebrón.
-¿Y que erás una especie de Lolita?.
-Sabes perfectamente que yo jamás le pedí a él dinero ni que me comprará cosas caras.
Explicó lo bastante cerca de mi amiga, sin poder dejar de llorar a la vez que seguía sin poder creérmelo.
-¡Pues entonces eres tonta, habías podido sacar algo de provecho después de haber terminado!
-¡No seas tan cruel!
Respondo abrazada a mi mejor amiga, la cuál enseguida me abraza y acaricia suavemente mi largo cabello.
-Nana era una broma, te conozco muy bien y no eres de esa clase de mujeres. Tú nunca te habrías aprovechado, se perfectamente que incluso ahora lo sigues queriendo.
Pero él solo te veía como una diversión, es lo que piensan todos los viejos verdes.
-No es ningún viejo verde.
Mi amiga se dirige hasta una de las ventanas que esta medio abierta, se apoya en ella quedando detrás suya a una prudente distancia.
-Todas las adolescentes piensan lo mismo de los hombres más mayores.
-Todo me sale mal, estoy convencida de que estoy maldita.
-No digas tonterías.
En aquel momento pensé que un cambio de imagen era la solución, pero aunque cambie por fuera eso no ara que el problema desaparezca.
Si echo la mirada hacia atrás todos mis años de instituto me los pase enamorándome, desenamorándome y de nuevo volviendo a enamorarme.
Primero fue del profesor de dibujo que ese año iba a sustituir al profesor Wallace, se llamaba Oliver Smith (25)
Por él me apunté a las clases de arte donde también iba Junko, aunque en diferencia a ella siempre la ha apasionado el arte.
Para cuando saque valor para confesarle mis verdaderos sentimientos hacia él, ya se había marchado y regresó el profesor Wallace.
Después vino Nathaniel, el encargado que trabaja en la nueva tienda de zapatos que está situada en el mismo local donde antes estaba el videoclub al que mis padres nos llevaban a mis hermanas y a mí, cuándo éramos pequeñas.
Al principio iba muy a menudo en sus turnos, una tarde me atreví hablar con él para pedirle salir pero era tan frío y distante que me dio bastante miedo.
El siguiente se trató de mi supervisor Ángel, en el bar donde estuve trabajando como camarera.
Por úlimo fue Nacho, el guapo repartidor de pizzas pero con ninguno me salió bien.
Por lo cuál tomé la decisión de ponerme a dieta y esperar hasta que llegué el indicado.
Le conocí en verano antes de empezar el segundo año de bachillerato, una tarde que fui sola al cine y nuestros caminos se cruzaron.
James, fue él único que me ayudó cuando al salir de la sala me dio una bajada de azúcar y se ofreció ayudarme.
Hablamos un poco después de que me comprase un refresco, se aseguró en todo momento de que estaba bien. Como agradecimiento le dije el nombre del bar donde trabajaba para así invitarle, al principio creí que se había olvidado de mí.
Hasta la tercera semana, una noche al terminar mi jornada él estaba esperándome fuera apoyado en su coche.
Me había enamorado.
No era tonta, sabía que James esta casado pero fingí no saberlo. Lo confieso yo lo quería de verdad y pensaba que a él también me quería.
Solo me sabía su nombre de teléfono, desconocía como se llama su empresa y dónde vive.
Nos veíamos tres veces al mes, era la misma rutina: coche, hotel por horas y habitación.
Para mí era de verdad, sentí que me quiso.
Si hubiera seguido más tiempo con nuestra relación, habría echado a perder mi juventud.
Al principio me costó, pero me esforce mucho para olvidarme de él y seguir adelante.
Al año siguiente junto con mi mejor amiga ingresé en la escuela de arte del pueblo, al ser mixta sabía que conocería a alguien especial y esta vez lo lograré.
Este es mi discurso de graduación
Nana Komatsu
Una semana antes de que empezarán las clases decidí ir a la peluquería a que me cortaran el pelo. Empiezo una nueva etapa de mi vida y también quería verme de manera diferente, además el pelo corto también me favorece.
Junko se para justo en el medio del pasillo a poca distancia de la puerta de nuestra primera clase, automáticamente yo también me paro a su lado sin entender por qué no hemos entrado.
.Tengo que saberlo, confiesalo Nana. Te has apuntado solo para buscar novio.
A veces detesto que Junko me conozca también, pero esa no es la única razón.
-Estás equivocada. Quiero dedicarme enserio a la pintura.
-Entonces me dejas más tranquila, me alegro. Total con ese corte de pelo no ibas a conseguir gran cosa.
-¿Qué le pasa a mi pelo?.
Jun sigue caminando enseguida sigo caminando a su mismo ritmo, el peluquero me aseguró que era la última moda.
-Me he dado cuenta de que siempre me han gustado los hombres más mayores que yo.
-¿Y eso que tiene de importante?.
-Mis fracasos han sido por la diferencia de edad, pero en esta escuela son toos o casi todos de mi misma edad.
Conoceré a alguien de mí misma edad, hablaremos, nos conoceremos y nos acabaremos enamorando.
-¡Lo sabía!
Entramos las dos juntas a clase donde observó que hay ddentro algunos alumnos, entre ellos un chico muy guapo.
No...no puede ser.
Se esta acercando, ¿viene directo hacia mí?.
-¡JUNKO!
Estaba equivocada, resulta que Junko y él antes estudiaban juntos en la misma escuela.
-¿Es amiga tuya?.
-La he tenido que aguantar todo el bachillerato, con una persona hiperactiva como tú ya tenía bastante.
-Me has echado de menos.
-En absoluto.
-Soy Shoji, Shoji Endo.
Al principio quedé paralizada pero luego enseguida empecé hablar y ya no podía parar hasta que el aula se llenó del todo.
Después de las clases fui al apartamento de Junko, la cuál enseguida sea independizado de casa de sus padres. Ahora donde vive le pilla más cerca de donde estamos estudiando.
Más tarde para sorpresa de las dos, Shoji apareció con su amigo, los dos trajeron unas cervezas y unos paquetes de tabaco.
Esa misma noche, a parte de terminar borracha como los demás, les confesé sobre mis amores fallidos y también sobre él.
Fue el comienzo de una bonita amistad entre los cuarto, aunque a la mañana siguiente también comenzaron a salir Junko y Kyosuke.
Eramos inseparables, la verdad es que nunca había tenido amigos hombres y no era tan difícil la amistad entre un hombre y una mujer como había pensado al principio.
A casi finales de terminara el curso, una mañana mientras estabamos en clase haciendo el proyecto final tuve la mala suerte de cortarme con las tijeras. Por suerte Shoji me llevó hasta la enfermería, donde me curo la herida y mantuvimos una conversación que me hizo abrir los ojos, sobre James.
Finalmente llegaron las vacaciones de verano, en Julio los cuatro nos fuimos juntos a pasar unos días en California. Todos queríamos disfrutar de la playa, aunque la idea fue mía. Me compré para la ocasión varios biquinis muy monos que siendo sincera se ajustaban muy bien a mis caderas y me favorecián un montón.
Fue genial que todos pudiéramos ir a la playa.
El gran rey siempre está vigilando para cuando me va bien en la vida mover la balanza hacia el otro lado.
En esta ocasión, me había dado de lleno.
-Después de las vacaciones Junko se marchará a Vancouver, para hacer el examen de ingreso a la universidad de arte.
Y así fue como no solo mi mejor amiga y su novio se separaron de mí, Shoji también tenía el mismo plan. Durante todo ese año me esforcé muchísimo estudiando para aprobar el mismo examen y así yo también iría con ellos a la universidad.
No lo conseguí, todos mis esfuerzos fueron en vano ya que no aprobé ninguno de los exmenes.
Los cuatro fuimos después de navidad a Vancouver, pasaremos juntos el fin de semana aunque mi amiga en realidad tenía planes de madrugar para al día siguiente empezar a buscar piso.
Esa noche al principio el plan era ir con Shoji a dar un paseó antes de volver al hotel, pero como siempre me comporté como una niña pequeña y al final acabé haciendo que la persona que más quiero terminará agotando su paciencia.
Estoy sola, Shoji sea marchado (seguramente de regreso al hotel), yo también quería regresar. Pero como siempre no tengo ni idea de como volver, siempre que voy con alguno de mis amigos me dejo guiar por ellos, no me paro a mirar por dónde vamos.
Y eso no fue lo peor, terminé encontrándome con James.
Fui a tomar algo con él, la conversación que mantuvimos me hizo darme cuenta de una cosa. En su día lo había querido pero de ese amor ya no quedan ni las cenizas, debe ser que el gran rey movió sus hilos, para que volviera a encontrarme con él y cerrará para siempre nuestra historia.
Gracias a sus indicaciones ya estaba por el buen camino para volver al hotel, fue entonces cuando Shoji grito mi nombre y le vi corriendo hacia mí.
-Shoji...
Los dos estamos en la misma habitación, las camas son separadas, aunque desearía dormir a su lado.
.Me gustaría que nieras conmigo, pero no podría ayudarte a mantenernos a los dos.
Primero tengo que ahorrar lo suficiente, aparte de aprobar los exámenes.
Quedamos en que este año me quedaría en el pueblo trabajando, ahorrando y esperando a que Shoji aprobará.
Shoji es el primer hombre que me ha dicho y demostrado que me ama, el trato que hicimos que aún hoy los dos seguimos manteniendo.
Llevo trabajando todo este año en la tienda de zapatos Nancy´s, mientras continuó viviendo en mi pueblo.
Ahorrando todo lo necesario para poder independizarme.
Mientras estaba trabajando recibí un mensaje de mi novio, me escabullí para ir a la trastienda y leer su contenido.
¡LO HA CONSEGUIDO!
Dejé enseguida el trabajo en la tienda para ir corriendo hasta casa, esa misma tarde me puse hacer las maletas. Los muebles mis padres se encargarán de enviármelos, yo me llevé lo justo evidentemente les dejé una nota a mi familia.
Ellos ya sabían que yo quería marcharme de Vancouver, así que no les sorprendió.
Esta noche fui hasta la estación de tren, después de comprar el billete corrí enseguida hasta el tren que me va a llevar a mi nueva vida.
-¡Muy pronto llegaré a Vancouver!