Cuando recibí la carta me emocioné mucho (en aquel entonces aún se usaban cartas, y los ordenadores no daban mucho de si) Había sido admitida en la facultad de informática gracias a la beca que me ofrecieron. Mis padres me compraron mi primer portátil para las clases, además de un bolso donde además de meter mis cosas podía meter el portátil.

Unos meses más adelante

El primer día había llegado, aún no tenía coche, así que me mude a la zona de apartamentos que tenía la universidad para los estudiantes que vivían lejos. Mi compañera de piso se llamaba Lucía, su relación conmigo era meramente de compañera de clase, puede que incluso menos. Yo le parecía un bicho raro por tener, en parte, algo de albinismo.

Mi pelo no era totalmente blanco, era un rubio claro, mi piel era pálida y mis ojos eran rojos.

Al menos no me hacía la vida imposible, simplemente se limitaba a responder a cualquier cosa que yo le dijera o preguntara, pero nunca salía de ella iniciar una conversación. Así que con el tiempo dejé de intentar socializar con ella, cosa que pareció agradecer.

A las 8 de la mañana empezó la primera clase. "Matemáticas discretas" Sinceramente, no me gustó nada, eran Matemáticas algo más difíciles, pero se me hizo fácil. Aunque mi compañera. Esta vez sí. Me pidió ayuda, y la muy tonta de mi, la ayudé cada vez que me preguntaba algo, ahí empezó a ser más sociable conmigo. Echando la vista atrás solo quería caerme bien para que la ayudara con las asignaturas. Pero en aquel momento no lo supe ver. Hasta que un día la escuché hablando por teléfono. Ella estaba en el salón y yo en mi habitación, pero ella se pensaba que yo estaba con auriculares. Decía que fue muy fácil engañarme y no sé qué más. Ahí perdí a mi primera "amiga" entre muchas comillas. Así que decidí dejar de ayudarla y nuevamente dejó de hablarme, pero esta vez me hizo la ley del hielo. Pensando que así me haría daño, pero no era así.

 

Fin de semana

Lucía aprovechaba los fines de semana para salir de fiesta con sus amigas, mientras que yo leía algún libro o escribía en mi diario. Dada mi personalidad Introvertida mi "batería social" se agotaba rápidamente en un ambiente social, así que pasaba el día haciendo actividades que no requiriesen socializar, como leer un libro.

Y así eran todos los días, entre semana estudiar, fin de semana leer o dibujar. Se me daba fatal por cierto. También participaba en grupos de rol en Facebook. Una actividad que aunque parecía social no me causaba ansiedad ni me agotaba. Así que solo hablaba con la otra persona para rolear y nada mas. Y los otros compañeros de clase tampoco hacían mucho por socializar con ella, solo cuando necesitaban ayuda con los trabajos o con alguna práctica. También estaban los típicos abusones que comparten dos neuronas, una está fundida y la otra de vacaciones en Luxemburgo. Me vieron como un objetivo débil y decidieron usarla como objetivo de bulling. Incluso se aliaron con Lucía para que investigaran sobre mi.

El diario

Mientras estaba en la ducha Lucía se metió en mi cuarto y se puso a cotillear en mi diario para contarle a los brabucones lo que hablaba con mi terapeuta. El día que llegué me acorralados y empezaron a burlarse de mis inseguridades. Desde el primer año hasta que me gradué, a pesar de todo eso me gradué con honores y acabé bloqueando a toda la clase para evitar burlas. Así que, si alguna vez recibes ciberbulling recuerda que la mejor solución es bloquear.