THE PRINCE
AKIRA NISHIKIMURA
You're lonely rolling star! so face forward and let's go!
DATOS BÁSICOS
Les presento al gran príncipe de todos los cosmos: Mixxuchoo. Sí, su nombre verdadero es bastante complicado, ¿verdad? Por eso, en la Tierra se hace llamar Akira Nishikimura. Un nombre mucho más fácil de pronunciar y muchísimo más común. En la Tierra, Akira se hace pasar por un joven japonés, estudiante de arte, y un tipo aparentemente sabio. Sin embargo, esa actuación no siempre le sale bien, y cualquiera que pase algo de tiempo con él podría darse cuenta de inmediato que Akira no es, ni de cerca, un ser común.
Aunque parece tener unos 20 años, tal vez 25 como mucho, Akira en realidad tiene 150 años. Alcanzó la madurez en su planeta natal hace bastante tiempo. Para nosotros, sin embargo, sigue siendo bastante joven. Nació un 12 de enero, según el calendario humano, y a pesar de su vasta edad, todo es aún tan nuevo para él. Su sexualidad, por ejemplo, está en plena exploración, aunque tiene la sospecha de que le gustan los chicos. Su familia, de hecho, estaría más que feliz de que un humano masculino lo acompañara en una visita a su planeta algún día.
PERSONALIDAD
Es una persona extremadamente tímida, tanto que, cuando se encuentra en su forma katamariana, su voz es tan baja que casi nadie puede escucharla. Incluso en su forma humana, su timidez se mantiene, y aunque no le es tan complicado pedir ayuda o iniciar una conversación, siempre parece tener un pequeño temor de incomodar o hacer algo mal.
A menudo se muestra dependiente de los demás y, antes o después de hacer cualquier cosa, busca la aprobación ajena. Puede ser frustrante, pero su comportamiento está profundamente marcado por la influencia de su familia, que de alguna manera le ha transmitido inseguridades y dudas. (De verdad, ¡alguien debería llevarlo a un psicólogo ya!)
A pesar de su naturaleza reservada, es una persona genuinamente buena. Es difícil hacerlo enojar, y generalmente prefiere evitar los conflictos. Su paciencia es casi infinita, aunque tiene una sensibilidad tan grande que puede comenzar a llorar con facilidad si algo le duele o lo sobrepasa emocionalmente. Sin embargo, eso no significa que sea débil. Es, en realidad, un alma alegre, que siempre está tratando de ver lo bueno en cada situación y de encontrar un poco de luz incluso en los días más oscuros. A pesar de su dulzura, no dude en defenderse si siente que alguien le está imponiendo algo injusto o irracional. Tiene carácter cuando lo necesita.
A menudo, su falta de experiencia en muchas cosas se nota al interactuar con otras personas. Su ignorancia no es por falta de interés o esfuerzo, sino porque todo le resulta nuevo y fascinante. Las costumbres, la historia, las maneras en que otros piensan y viven... todo es un terreno desconocido para él, y, a pesar de la sobrecarga de información, está profundamente fascinado por el mundo. Le gustaría saber más, aprender más, pero muchas veces no sabe ni por dónde empezar. Los consejos que su familia le dio no han sido de mucha ayuda. En realidad, los consejos parecían más confundirlo que darle dirección, y es algo que se refleja en su forma un tanto peculiar de ver y actuar ante las situaciones. Sus comportamientos raros son, en gran parte, producto de esa crianza que no supo cómo orientarlo de manera adecuada.
Por otro lado, comparte con su familia una pasión por el jazz y sus variantes, así como por el shibuya kei. También le encanta dibujar, lo que le llevó a ingresar a la universidad de arte. Sin embargo, sus estudios no han ido demasiado bien, y aunque tiene una gran pasión por el arte, su habilidad no está a la altura de lo que se espera en un entorno tan competitivo. Lo que mejor sabe hacer es dibujar con crayones, y cómo mucho dibujar retratos. A pesar de esto, sigue siendo una persona de múltiples intereses. Le gustaría aprender a tocar un instrumento, explorar más sobre el mundo de los videojuegos o sumergirse en el estudio de la historia. No es un experto en nada, pero su curiosidad lo impulsa a buscar siempre nuevas áreas de conocimiento.
Una de sus habilidades más destacadas es la cocina. A pesar de ser un poco torpe en muchos aspectos de su vida, es un excelente cocinero y se especializa en hacer galletas. De hecho, sus galletas son tan buenas que se rumorea que son las mejores de toda la galaxia. ¡Y eso no es una exageración! Quien haya probado una de sus creaciones sabe que es algo digno de recordar.
DATOS FÍSICOS
En su forma Katamarinense, el príncipe es una pequeña criatura que mide apenas 5 cm, lo que la hace casi invisible en el mundo humano, como si fuera un juguete en miniatura. Tiene una antena diminuta en la cabeza y una sorprendente fuerza, algo poco común para un ser tan pequeño. Su tamaño es, sin duda, algo que llama la atención. Sus padres, por ejemplo, ya eran increíblemente altos a su edad, y ahora ellos miden lo mismo que el edificio más grande de la Tierra. Sin embargo, el príncipe se mantuvo pequeño...
En su forma humana, podría considerarse una persona "linda", tal vez. Su cabello rubio y despeinado, su piel pálida y sus ojos marrones captan algo de atención, aunque quizá solo un poco. Tiene un peso saludable, pero la maldición de su tamaño sigue persiguiéndolo. A pesar de no ser muy bajo, con 1,63 cm está por debajo del promedio, lo que lo hace parecer más joven de lo que realmente es.
HISTORIA
Hablar sobre la historia de su familia y cómo llegaron a ser los reyes de todos los cosmos sería intentar condensar millones y millones de años en un simple relato, ¡y eso sería realmente complicado!
Así que mejor hablemos de nuestro querido príncipe, quien nació hace 150 años. En ese entonces, su familia no era tan grande; solo estaban su madre, su padre y algunos tíos lejanos con los que no tenía mucho contacto. Su infancia fue relativamente normal, aunque sus padres eran increíblemente despreocupados... ¡demasiado! Su madre rara vez prestaba atención a sus problemas, y su padre, aunque amoroso, a veces se volvía demasiado exigente, incluso cuando aún era un niño.
Un día, tras una borrachera descomunal, su padre se elevó al cielo y, en un impulso, destruyó todas las estrellas. ¡Las eliminó una por una! Incluso algunos planetas desaparecieron. ¡Ay! ¿Y quién fue el encargado de restaurarlas? Nuestro querido príncipe. Pasó cien años reconstruyendo esas hermosas estrellas. A veces recibía castigos de su padre cuando cometía algún error, pero siempre fue un trabajador incansable. Ya adulto y con el tiempo suficiente para explorar, decidió viajar a la Tierra, el lugar más hermoso y fascinante de todos.
En realidad, ¡ama mucho a su familia! Siempre siguió los consejos que le dieron, y los aplica con cariño en la Tierra. Además, tiene un afecto profundo por sus primos, quienes siempre han sido su apoyo. Sin embargo, al haber dependido tanto de ellos, ahora se encuentra en una encrucijada: no sabe ni siquiera cómo vivir solo e independiente. ¿Debería empezar a trabajar?
Gracias a su padre, ahora tiene papeles que certifican que terminó el secundario, pero la realidad es que apenas sabe contar en el idioma humano, ¡y mucho menos hacer frente a las exigencias del mundo terrenal!