La sutil ironía, morir para renacer. Maldito por haber traído vergüenza a su familia, deberá vivir para morir cien veces, solo entonces descansará. Joker es tan solo el nombre de quien vaga perdido en un mundo que reconoce de otra vida, una que se arrebató a sí mismo con tal de arrancar el dolor, un fantasma en un tangible frasco, una estación sin inicio ni final.
𝐄𝐥 𝐜𝐨𝐦𝐢𝐞𝐧𝐳𝐨 : Banri, el doncel.
Nacido en una honorable familia, portaba en sus genes la peculiaridad que pocos nacidos varones podrían ostentar. En un tiempo en donde el verdadero milagro de la vida era tan solo portado por las féminas, Banri nació Doncel, un biológicamente hombre capaz de dar a luz debido a un metabolismo peculiar que por generaciones eligió a solo un pequeño cada cientos de años.
Fue criado con total control, jamás se le dejó respirar sin que sus padres, específicamente su progenitor masculino se enterara hasta del más mínimo movimiento. Confinándolo a la vida hogareña donde se le decretaron una cantidad absurda de leyes, reglas y hábitos con tal de que tras alcanzar la edad apropiada, algún honorable lo desposara, trayendo consigo honor y gloria a la sangre de sus ancestros.
Pese a las restricciones con las que creció, su personalidad encantadora, delicada y alegre nunca se apagó, como una pequeña chispa que corría entre los templos, siempre escuchando a los ancianos, dejándose mimar por las ancianas y enamorando a las señoras que deseaban tener un hijo portador de tal delicadeza en un equilibrio sin igual con la femenina belleza.
Cada que sus padres debían viajar largas distancias, sus pasos lo llevaban hasta los bosques profundos de las tierras cercanas, allí cazaba junto a su arco, llevando hasta el pueblo faisanes regordetes que saciaban el hambre de una que otra familia. Debido a su entrega con las personas y a su alma caritatiba, un extranjero fijaría sus ojos en la noble criatura, ofreciéndole libertad a cambio de un matrimonio arreglado. Grandes viajes, experiencias, cariño y amor fueron prometidos. No bastó mucho para que el inocente ser cayese perdidamente enamorado de aquel que le ofreció tantos sueños en tan poco tiempo.
Su padre dio la bendición para el matrimonio, los títulos nobles del futuro esposo de su hijo le sedujeron lo suficiente para que, tras el ir y venir de las sirvientas del hogar, la boda se realizara esa misma noche. Tras el beso que sellaría todo, las risas y la felicidad se perdería tras, por la boca del mismo extranjero, se enteraría de sus planes reales, embaucar al jovencito con oscuros propósitos.
Sin más alternativas, una daga se clavó justo al centro de su pecho, a pesar de sus deseos y sueños, su vida fue arrebatada por sí mismo tras el desprestigio al honor que resultó de su unión. No había alternativa para él en aquel entonces.
Todo el pueblo lamentó lo sucedido, el hambre pronto asoló no solo a los estómagos de las personas, también el corazón de quienes extrañaron las inocentes risas y la inusual belleza femenina de su buen señorito.
Lo que nadie podría llegar a pensar, sería en que debido a su muerte, al engaño, la tragedia, sería maldito con una nueva vida muchísimos años después. Los suficientes para que ni él mismo lograra tener más que sueños de lo que alguna vez fue una vida pasada.
𝐍𝐮𝐞𝐯𝐚 𝐯𝐢𝐝𝐚; ▍ ❘❘❘❘❙⠀: No memories
Tras un grave accidente, despertó en la sala de un hospital, la tibia caricia del sol lo despertó con dificultad y, como una hoja en blanco, su historia comenzaría una vez más. Sin nombres, familia, ni amigos, adoptó el nombre "Joker", y trataría de incorporarse a un tiempo muy diferente.
Debido a su pérdida de memoria, no conoce nada de sí mismo y trabaja en diferentes oficios para poder subsistir en la actualidad.
¿Qué le deparará la vida a partir de ahora? ¿Tendrá la misma suerte que en su vida pasada? ¿Será que por fin conocerá la bondad de un amor? ¿Vagará perdido? Lo cierto es que su esencia fue lo único que no se modificó, además de su preferencia por una imagen sutil, de largos cabellos y un talento sin igual para el arte del dibujo, cosa que le permite vagar entre la creatividad, dando origen a una pasión sin igual por el arte del carboncillo y la pintura.