Se acerca a la barra con paso felino. Apoyando los codos, se inclina para observar a uno y otro lado, buscando.

--- ¿Aló~?

— Saludos, desconocido. ¿Qué vas a beber? —Pregunta al recién llegado, apareciendo por la puerta de la trastienda.

--- Oh, dios~ ---aliviado, baja de la barra para tomar asiento en un taburete--- Juro que estaba a esto de deshacerme en lágrimas ---sonríe con picardia mirando al otro a los ojos--- Un daiquirí de piña sería espectacular ¿Puedes?

— El punto no es si puedo —declara, yendo a preparar el trago pedido—. ¿Siempre eres tan dramático?

-Baja del ático vistiendo una camisa de varón blanca y debajo de esta un short de color gris tan corto que la camisa cubre la prenda-

Su sonrisa crece con evidente diversión, sus ojos siguiendo cada movimiento del otro.

--- Solo cuando estoy sobrio, ¿Sabes lo que significa? Que eres el indicado para solucionarlo.

— Si tú lo dices... —responde, con pocas ganas, mientras toma una botella de ron y un par de limas de la heladera, de espaldas a la barra, a Nathan y a Skylar—. ¿Es tu primera vez aquí?

--- ¿No confías en un perfecto desconocido? Eso es cruel ---bromea echando una mirada fugaz a la mujer, le saluda con un guiño tan atrevido como el outfit que ella trae, aunque el propio (un suéter ajustado, plateado, una minifalda y botas a la rodilla color rosa metálico) podría estar a la altura.

Pronto el varón vuelve a reclamar su atención.

--- Así mismo. Acabo de quemar una de las pocas primeras veces que me quedan ¿Por qué lo preguntas? ¿Hay descuento para clientes frecuentes?

-Sólo saluda agitando su mano derecha y se acerca a Tolek saludándole de igual manera y va a la cocina para prepararse su acostumbrada taza de té-

— Porque tengo buena memoria y no recordaba tu cara —responde, acercándosele de nueva cuenta para dejarle la copa con el daiquirí en frente, momento en que ve a Skylar—. Buenas, Sky —le saluda.

Desde fuera del bar, el rugido del motor de la moto se hace presente, rompiendo el silencio por varios segundos. Luego, el sonido se apaga abruptamente, tras eso, entra por la puerta dando tres golpes pequeños en esta.

—Paz, otra vez —dice al entrar, con un toque de molestia en su voz, aunque su tono tiene un deje bromista, como si quisiera restarle importancia.

--- Tienes buena memoria, pero preguntaste ---toma la copa y aventura un pequeño trago; no le gustan los sabores amargos, pero la fruta disfraza eficientemente el alcohol sin cancelar el delicioso picor en la garganta. Le agrada el trago y su expresión lo evidencia.

— Hey, Gervont —saluda al que acaba de llamar a la puerta antes de entrar, antes de volver a dirigir la mirada a Nathan—. Sí, bueno... Ya me estoy haciendo viejo, empiezo a fallar más a menudo —se excusa—. Y la verdad es que tengo la cabeza ocupada en otras cosas, podría haberle puesto sal en lugar de azúcar a tu daiquirí y ni siquiera lo hubiera notado —bromea.

—Apuesto a qué el tampoco. —Añade, riendo, antes de sentarse en la banqueta frente a la barra.

—¿Qué tal tu día, Tolek?—Pregunta, mientras deja en la barra el casco de la moto y las llaves de la misma.

Levanta el dedo índice y corazón de una mano, correspondiendo el saludo del recién llegado con la mirada divertida, pero luce horrorizado ante la confesión del sujeto tras la barra.

--- Oh, no se bromea con eso ---comparte con el otro hombre su mirada de indignación--- Es muy pronto para pasar por alto semejante atrocidad, pero en un par de horas, si el ambiente es bueno... ---su sonrisa juguetona y sugerente aflora una vez más.

-Sale con su taza de té y se sienta en una banqueta cruzando una pierna sobre la otra y bebé un sorbo-

— Ocupado. Ocupado como si fuera empleado público mal pagado, sólo que no lo soy —responde a Gervont, mientras voltea en busca de una botella de vodka. Es así como escucha más dramatismo de parte de Nathan, cosa que le arranca una sonrisa—. No sabes lo que estás pidiendo, este lugar puede ponerse demasiado caótico de un segundo a otro. Pero ya ha pasado un tiempo desde la última vez que sucedió, quizás estemos a salvo.

Espero que no haya caos, el caos me causa miedo... -Vuelve a tomar de su té-

--- Si que estás viejo si no encuentras divertido un poco de caos ---apaga la risa con un buen sorbo a su trago, medio atragantándose al oír a la mujer. La mira a ella, de reojo, con su mejor cara de circunstancia.

¿Qué? -Le observa de arriba a abajo con una expresión neutral en su cara-

Recupera la sonrisa y pretende ignorancia al notar que su accidental fechoría ha pasado inadvertida.

--- Luces genial. Tu look es muy genial. Tengo que decirlo. Mis dieces para ti.

—Yo no encuentro divertido el caos y tengo apenas 25 años. —Dice, con un tono de voz bajo, algo extrañado.

Luego, dirige la mirada a Skylar y le saluda con la mano, para no interrumpir su conversación con el chico.

— Ya tuve suficiente caos en mis 43 años como para cinco docenas de vidas... —masculla, casi hablando para sí mismo mientras prepara un black russian.

--- Oh, vamos. ¿Qué es esto? ¿Un asilo? ¿No tienen ni un poquito de hambre de aventura?

Tolek, si pasa el caos ¿me podré seguir escondiendo detrás de ti? -Nota que le queda un poco de té, el cual procede a añadirle más cucharadas de azúcar-

Sonríe de medio lado oyendo como la mujer coquetea con el sujeto tras la barra.

--- Bueno, a todo se le puede sacar algo de provecho ---comenta en tono casual mirando hacia otro lado.

¿Provecho? Cuando ocurre algo que me da miedo, me escondo detrás de él. -Señala a Tolek-

Mira con toda intensión y alevosía al bartender.

--- Te entiendo. Yo también lo haría.

Sin recibir respuesta a su saludo, alza las cejas, algo sorprendido, pero decide no darle importancia y gira la mirada hacia delante, observando las botellas alineadas detrás de la barra. Con un gesto relajado, coge el cigarro que tenía apoyado en la oreja y lo deja en el cenicero mientras rebusca en sus bolsillos el mechero.

Tras varios segundos de búsqueda, lo encuentra y enciende el cigarrillo, dándole una calada lenta.

Nota el gesto de Gervont, no necesita leerle la mente para imaginar de qué se trata.

--- Ella es linda, ¿No? ¿Te gustaría que se escondiera detrás de ti?

-Se acerca a Gervont y le golpea la frente con el dedo- ¿te hiciste el tatuaje? Quiero ver, quiero ver.

Bebe de su trago sin responder ni a Skylar ni a Nathan, permitiendo que el momento sea de Gervont que ha notado lo callado que ha quedado después de que Skylar le pasara por alto.

Algo extrañado por las confianzas con las que habla el chico, niega con la cabeza, claramente molesto, pero decide no hacer ningún comentario al respecto.

—Pues sí, creo que ha quedado genial —dice respondiendo a Skylar, mientras se levanta de la butaca. Con calma, se inclina y sube la parte del tobillo de su pantalón, dejando al descubierto el tatuaje recién hecho, cubierto por una especie de plástico protector que brilla bajo la luz del bar.

--- Uff... ---rueda los ojos con la seca negativa por parte del enamorado silencioso--- Hubiera sido una buena idea traer una bascula para pesar los humores que cargan aquí ---piensa en voz alta volviendo a beber.

-Sonríe animada mirando lo que se hizo y aplaude un par de veces celebrando por el tatuaje que él se hizo- Pues se ve bonito, cuando te quites el plástico se verá espectacular y te tomaré una foto.

Se echa unas risas a causa del comentario de Nathan sin alejarse demasiado el vaso con el trago de los labios.

— Gervont suele ser el más ligero de ánimos aquí, pero hoy parece que le ha tocado un día pesado —comenta.

Los aplausos le desencajan. Mira al bartender y susurra sin intensión real de mantener ningún secreto.

--- ¿Y ella es la...? ---gira el indice derecho a la altura de la sien para completar la frase.

—Oye, chaval, ¿es tu primera vez en este bar o es tu primera vez en un bar en general? —pregunta con una mezcla de incredulidad y paciencia.

—Como ha dicho Tolek, suelo ser un hombre muy calmado, pero estás siendo bastante impertinente —añade, mirándolo con seriedad.

-Se alza de hombros y luego va a la cocina para sacar su platito con manzanas y mantequilla de maní. Come un trozo de fruta mientras observa a Germont dirigirse al recién llegado-

--- ¿Y cuál es mi crimen, señor juez? ---mira a Gervont con una sonrisa cargada de desafío--- ¿Te intimida mi impertinencia? No tienes porque ---se arrima un poco hacia él y su voz es casi un susurro--- No soy competencia, no me van las mujeres, ni locas ni cuerdas.

-Sigue comiendo de su manzana y le convida a Tolek-

— No, gracias. Arruinaría el sabor del vodka —rechaza la manzana sin alzar la voz, aunque si alza el vaso como para explicarse mejor, antes de volver a mirar a Nathan.

Cuando él se acerca, da una calada al cigarro y deja caer las cenizas sobre la cabeza de Nathan, sin decir nada. Lo observa, con una sonrisa tranquila en el rostro.

—Créeme, no lo dudaba —dice, mirándolo de arriba a abajo. Tras esto, se aleja del chico y vuelve a sentarse en la banqueta.

-Asiente un par de veces y sigue comiendo de su manzana con su mantequilla de maní-

Se aparta tan pronto nota el gesto, aún así resulta incapaz de evitar que la ceniza caiga en su cabello quemando algunas hebras castañas.

--- ¿Qué demonios pasa contigo? ---sisea mientras se sacude el cabello con energía y notoria ansiedad que parece congelarse en un instante cuando, cabizbajo y entre sus bucles revueltos, le echa una mirada afilada--- Debe ser duro mirarte al espejo cada día sabiendo que no importa cuánto te decores y presumas seguirás siendo insuficiente.

Alza las cejas al ver que Gervont le quema el cabello a Nathan, cosa que le parece exagerada... y que sólo grafica cuan molesto le ha puesto que Skylar pasara de su saludo. De algún modo, siente que Gervont está mostrando sus verdaderos colores que nada tienen que ver con el hippie que decía ser.

-Deja de comer la manzana y deja el plato en la cocina. Para luego observar algo aterrorizada el accionar de Gervont. Decide subir al ático cerrando la puerta-

Observa cómo el cabello de Nathan comienza a quemarse levemente, y alza las cejas, sorprendido por lo inesperado de la situación. Mientras Skylar sube al ático, aterrorizada, su mirada se desvía hacia ella por un instante, antes de volver al chico. Los insultos empiezan a llover por parte de Nathan, pero él los ignora, respirando hondo para no alimentar el caos.—Oye, no pretendía... —comienza a decir, levantando una mano en un gesto de calma, pero se detiene en seco. Niega con la cabeza, sabiendo que una disculpa no serviría de nada en ese momento.

Deja que el silencio se alargue un momento. Le escucha sincero, le siente sincero, y le ve terriblemente ingenuo. La ironía curva sus labios en una media sonrisa, despectiva, porque es verdad, ninguna sinceridad y ninguna disculpa logrará que pase por alto la ofensa hacia su cabello.

--- ¿Y qué pretendías? ¿Acariciarme con tu basura?

Sacudiéndose una vez más lo que antes eran rizos bien definidos y ahora es una abultada maraña, recoge todo su cabello amarrándola con la coleta que traía en la muñeca izquierda entre otros accesorios.

Niega con la cabeza ante la pregunta, sin pronunciar palabra, mientras baja la mirada, claramente avergonzado por la situación. Con movimientos lentos, apaga el cigarro en el cenicero y se queda mirando las botellas alineadas tras la barra. Apoya la barbilla en sus manos, entrelazando los dedos, su postura derrotada.

—Perdí los papeles, lo siento —murmura en un tono bajo, casi inaudible, como si las palabras le costaran salir.

Observa y escucha el intercambio entre Gervont y Nathan mientras se encuentra con la espalda apoyada suavemente en las estanterías, ya con una sola ceja alzada, preguntándose si habrá alguna cámara oculta en alguna parte o si está viviendo una telenovela.

No le quita los ojos de encima. La firmeza en su mirada desentona con la delicadeza de su apariencia.

--- Las disculpas son egoístas, lavan las culpas del culpable y no le dan nada al damnificado. Si en verdad te arrepientes, compénsame.

Aún con el rastro de vergüenza en su rostro, su expresión cambia por completo al escuchar lo dicho por Nathan.

—¿Qué te compense? —pregunta, claramente sorprendido.

—Como mucho podría pagarte el peluquero, no sé qué más pretendes que haga —añade, mirándolo con incredulidad, sin saber si debería tomarse la petición en serio o no.

-Baja del ático vistiendo pantalones negros anchos, zapatos planos y una camiseta gris igual de grande. Observa la escena entre ellos dos cruzando sus brazos con ambas cejas levantadas-

--- Solo yo toco mi cabello ---niega y, con un gesto, señala las botellas que el otro tanto miraba--- Invitame un trago. Y que sea bueno, dulce y fuerte ---su tono es determinado, habla muy en serio.

Tiene que aguantarse la risa al escuchar la indignación de Nathan por lo del cabello.

-Resopla girando la mirada para luego acomodar su camiseta enseñando el hombro derecho para caminar con dirección a la calle-

Se queda boquiabierto tras la propuesta de Nathan, sin saber cómo reaccionar. Lentamente aparta la mirada, aún desconcertado, dirigiéndola hacia Tolek en busca de apoyo o algún tipo de explicación.—¿Le pones de mi parte una piña colada con vodka? —pregunta con una mezcla de incredulidad y humor, intentando desviar la tensión del momento.

— La piña colada ya lleva ron, ¿Quieres que además le agregue vodka? —Indaga, dudoso.

—Te podrías emborrachar antes con un tiramisú que con una piña colada —dice con una ligera sonrisa.

—Sí, añádele vodka —añade con un gesto despreocupado.

Puede ver, por el rabillo del ojo, la forma en que mujer exhibe su ofuscación y su cuerpo.

--- Tanta inseguridad duele ---murmura antes de devolver su atención a los hombres y el trago que parecen estar planeando--- Y granadina, por favor ---en verdad quiere un trago DULCE.

Y granadina. —Repite, señalando a Nathan, justo después de que el lo dijera.

-Regresa de la calle con una bolsa, en realidad fue a hacer algunas compras, saca de la bolsa una barra de chocolate. Se sienta de nuevo donde estaba y parte una porción para comer despacio-

— Mira, Gervont. Te haré un favor... —declara, antes de dejar su vaso a un lado para tomar la botella de vodka con la que se preparó el black russian previamente y luego va a la heladera en busca de la botella de jugo de naranja.

Agradado por la cooperación de Gervont y ligeramente sorprendido por la respuesta de Tolek, sus ánimos mejoran rápidamente.

Espera su trago con cierta expectativa.

-Sigue comiendo de su chocolate hasta terminar. Coloca sus codos sobre la mesa de la barra observando solo la interacción entre ellos-

Esperando a que Tolek saque el jugo de naranja de la heladera, gira la mirada hacia Nathan y, con una sonrisa, coloca una mano en su hombro para iniciar la conversación.—No hemos... o he —se detiene un momento, rascarse la nuca mientras se ríe suavemente— empezado con buen pie. Soy Gervont, ¿cómo te llamas?

Su tono es amistoso, intentando romper el hielo y hacer que la tensión inicial entre ellos se disipe un poco.

Prepara un vodka sunrise, un trago equilibradamente dulce y sin tantos riesgos como añadirle vodka a una piña colada. Lo sirve frente a Nathan.

--- No me toques, por favor ---marca el limite inclinando el cuerpo ligeramente hacia el lado contrario, solo lo suficiente para romper el contacto de la mano de Gervont--- Soy Jonathan, Nathan para los amigos y no estoy del todo seguro de que puedas llamarme así. Sigo demasiado molesto para hacer migas contigo ¿Por qué mejor no le invitas un trago a la chica caliente? ---mira a Tolek cuando siente el vaso cerca. Lo agradece con un guiño y agrega para ambos--- No estoy seguro de querer ver qué más hará para llamar su atención. Ya estuvo victima, sexy, y ahora golosa ¿Qué sigue en la lista?

Caliente y una mierda, imbécil. ¿Por qué no haces un favor y te tomas el trago en silencio? -Responde molesta por referirse a ella de ese modo-

La sonrisa vuelve a su rostro cuando escucha y luego mira a la mujer.

--- Oh, miren. Ahí está. "Badass", lo siguiente en la lista es badass. Clásico.

Maricon... - Masculla enfadada mientras Deshace su cruce de piernas-

--- Gracias por notarlo ---alza su trago en dirección a la mujer antes del primer trago--- Empiezo a entender porque no les gusta el caos. No les gusta nada lo que son, ¿Verdad?

Lejos de querer volver a la misma situación, saca una bolsa de plástico con hierba y comienza a preparar un porro. Vierte la hierba sobre una hoja de papel de liar, coloca un pequeño filtro en un extremo y lo enrolla con cuidado. Finalmente, lo cierra y pasa la lengua por encima, listo para encenderlo. Lo enciende y da una calada larga, evadiendo la pregunta de Nathan.

Ya no contiene la risa cuando Nathan enumera las facetas de Skylar, mientras va de regreso a su sitio y agarra su trago.

— Hay momentos y momentos. En lo personal, me atrae el caos, pero detesto que tiende a dejar un rastro de indignaciones y orgullos heridos, o sillas y mesas destruidas. Y como dueño de este lugar, de pronto todo el mundo viene a mí a que arregle sus corazones o muebles rotos.

--- ¿Eres el dueño? ---mira al sujeto tras la barra--- Eso explica porque un sunrise en lugar de la piña rosa ---literalmente creció dentro de un antro, no sabe las tablas de multiplicar pero si, de memoria, toda la coctelería de este lado del globo--- Pues tendré que disculparme por eso, supongo ---agrega mirando a la mujer de reojo--- Imagino que gastas toneladas de tape en ella.

Se levanta de la butaca, dejando el porro apoyado entre los labios. Introduce el brazo por la visera del casco de la moto, dejando que este cuelgue del repliegue de su brazo. Luego, agarra las llaves de la moto y comienza a caminar lentamente hacia la salida.

—Nos vemos, paz —dice, justo antes de salir por la puerta.

— Se asoma por el acceso principal; la lluvia había empapado su abrigo por lo que no demoró en deshacerse de el para después colgarlo en uno de los percheros junto a la pared, miraría de reojo el interior del bar notando un par de rostros nuevos; se acomodaría el cabello hacia atrás y caminaría hasta la barra para tomar asiento en uno de los banquillos.—

— No hay suficiente tape para ella, sobre todo porque ella misma lo rechaza —responde, refiriéndose a Skylar.

Luego, observa sin sorprenderse de la forma en que Gervont se retira del bar.

— Y ahí va otro —aduce.

— ¿Qué vas a pedir tú, desconocido? —Pregunta a Abel.

--- Demonios, ahí van mis tragos gratis. Estaba seguro de poder hacerle explotar otra vez ---fanfarronea, pues no tenía ni tiene ningún plan en particular, al ver que Gervont atraviesa la puerta, pero el dueño recupera su atención con la indiscreción que comparten--- Entonces no es tape lo que quiere. ¿Probaste besándola?

Bebe de su trago echando un vistazo al recién llegado.

— Hey, Old-Fashioned, por favor. — Mencionó mientras sacaba una cajetilla de Lucky Strike y su lighter, encendería uno de estos llenando sus pulmones de humo.— ¿No está Skylar? — Mencionó mientras dejaba escapar el humo hacia un costado, se rremangaría las mangas de la camisa.—

-Alza la mano en señal de saludo hacia Abel y luego suelta un largo bostezo mientras se cubre la boca con la mano izquierda.-

— No. Tenemos un pacto, no habrá jamás nada de eso entre nosotros —declara, con seguridad en la voz, mientras se dirige a preparar el old-fashioned para el recién llegado a quien no tarda en responder—. Sí está —dice, señalándola con un gesto de la cabeza.

--- ¿Y ambos estuvieron de acuerdo con eso? ---adora el chisme--- ¿Por qué? Joder, no entiendo a la gente casta.

— Pensaba que te habías ido a la playa, a tomar el sol. —Observó a la mujer y mencionó en un tono algo irónico, siempre le había llamado la atención la palidez de la bartender, tiró las cenizas dentro del recipiente de cristal más cercano.—

¿Ah sí? ¿Tú crees? -Menciona con el mismo tono.- Si me pusiera morena, las cicatrices no serían bonitas... -Gira el dedo índice y gira la mirada.-

Estaba a punto de responderle a Nathan, pero se queda con las palabras en la boca mientras Abel y Skylar hablan, y ya después retoma.

— Por eso. Sigue demasiado perturbada.

Vuelve la mirada, expresión de circunstancia para con la mujer, entendiéndolo todo.

--- Qué nivel...

— ¿Si? y yo que te iba a llevar a pasar un fin de semana a la costa. — Ahí estaba nuevamente, su tono burlón, mentía obviamente, apenas tenía tiempo para mantener el negocio.— Un poco de bloqueador solar y unas margaritas, solucionan tus problemas, momentáneamente.

¿Ah sí? ¿Puedes llevar a tu hija? Seremos una familia feliz. -Responde sonriendo con un falso encanto y luego suspira aburrida.-

— ... Touché. — No tenía argumentos en aquel instante para ello; ciertamente estaba algo preocupado con aquel tema de su hija, había omitido aquel pequeño detalle con algunas personas.— Su madre jamás la dejaría venir; últimamente es... — Ladeó la cabeza y volvió a fumar, exhalaría a un costado, no le agradaba hablar mal de ella.— muy sobreprotectora.

Deja el old-fashioned frente al sujeto desconocido sin decir una palabra para no interrumpirles la charla, y en gran parte porque no quiere formar parte de esta, antes de regresar a su black russian.

Cuando no las madres... algunas sobreprotectoras y algunas que permiten que abusen de sus hijas. Seguro quiere que le sueltes un billete para que aunque sea le acaricies el cabello. -Cierra los ojos por un momento.-

Al dar el último trago de su cóctel, se despereza estirando los brazos por sobre la cabeza. Su suéter, ceñido al cuerpo, se alza junto a sus hombros dejando su abdomen plano, trigueño, a la vista por un momento.

--- Supongo que esto es todo por hoy. Aplaudo tu talento, cantinero. Ya sabes a quién cobrarle.

— Hasta otra, Jonathan —le despide.