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*||No comparto información de usuaria.
*||Charlas off solo para manejar detalles de las tramas.
*||Si agregas, evita el saludo y ve directo al rol. Si yo te agrego, haré lo mismo.
*||No hago sexrol sin trama, y a menos que esta lo amerite.
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- Tipo de personaje
2D
- —Sé que venir a estas tierras fue una decisión propia, pero... ¿Quién diría que me quedaría completamente sola?——Sé que venir a estas tierras fue una decisión propia, pero... ¿Quién diría que me quedaría completamente sola?—¡Inicia sesión para reaccionar, comentar y compartir!
- Tenlo en cuenta al responder.|| Recomiendo ampliamente a este caballero. Estoy amando la historia! Gracias!|| Recomiendo ampliamente a este caballero. Estoy amando la historia! Gracias!ROL OFF:
¡Hola amiguitos!
¡Espero que la estén pasando muy bien!
Ahora que han agregado y tengo su atención les quiero comentar algunas cosas rápidas.
1. El que agrega inicia. Si no sabes cómo, puedes comentar en las imágenes que voy subiendo, ó mándame Mensaje Privado para ponernos de acuerdo.
2. Respeto ante todo, y nada de metarrol o manipulación negra.
3. Disculpen la actitud de Percival, es un tonto puro de corazón y a veces ingenuo.
4. Paciencia si llego a tardar en responder, la vida a fuera es pesada por lo que no sé si tardaré mucho o poco. Cualquier cosa les aviso.
5. Battle, fantasía, medieval, fantasía oscura, slice of life, epic, gore, acción o aventura son los que mayor manejo. Si alguien quiere una escolta ¡No duden en llamarme!
6. Si llegase alguien a ser mi Master, entonces le daré prioridad al Master. Aunque no olvido a los demás. Aquí dejo los requisitos para ser mi Master:
_______1. Apegarse al reglamento anterior.
_______2. Tener un objetivo claro por el cual buscar
_________obtener el Santo Grial.
_______3. Suficiente paciencia para
_________soportar sus tonteras.
_______4. Ser un Mago capaz de proporcionar
_________Mana en grandes cantidades.
_______5. Ser fuerte.
_______6. Alimentarse bien.
_______7. No hablar del club de la pelea.
_______8. Recuerda la regla 7.
_______9. Recuerda la regla 1.
GRACIAS POR SU TIEMPO EN LEER ¡jUGUEMOS! - El caballero y la sacerdotisa--Toda su vida había vivido para el servicio de los dioses. Desde que nació, una ceguera inexplicable le negó el amor de una madre, el cobijo de una familia, pues creían que era una maldición.
Fue abandonada a los pies de un inmenso árbol, con los ojos vendados y colgando de su manita, una pequeña piedra blanca de río envuelta con una correa de cuero, con Ansuz grabada en ella.
Creció de un lugar a otro, hasta que finalmente encontró un hogar definitivo en un Hof abandonado que ella misma acondicionó, atrayendo poco a poco a algunos miembros de las aldeas cercanas que buscaban el consejo de los Dioses.
Finalmente, con el paso de los años, Astrid se volvió popular entre las comunidades cercanas, hasta que un día, fue llevada -Casi a la fuerza- a las costas para abordar uno de los barcos exploradores hasta que llegó a Britania.
Astrid no se opuso, pues noches antes, segura estaba, de haber escuchado al mismo padre Odín dirigirle algunas palabras, prometiéndole siempre guiarla en su misión.
Escuchó al cuervo que desde entonces no la abandonaba y que en sus momentos de mayor necesidad, estaba siempre presente, y aunque Astrid fuese incapaz de ver, podía percibir, que todo lo que le estaba sucediendo, tenía un propósito.
Una vez hubo llegado a Britania, le fue construida una pequeña choza donde Astrid se dedicaba a predicar la palabra de Odín a los niños y mujeres que eran llevadas como botín tras algunos saqueos e “incursiones” a los llamados fuertes de piedra.
Pero… una tarde todo cambió. Cuando la lluvia de la tarde comenzó a caer, fuerte, agitando los techos de paja y madera hasta que de pronto, el calor y el olor a quemado llenaron el ambiente.
Las mujeres gritando por ayuda y el grito de guerra de algunos hombres se mezclaron con el fuerte ruido de la tormenta cayendo sobre ellos, perturbaron a Astrid que en un intento por ayudar, salió del Hof para correr alrededor.
Un fuerte agarre la tomó del brazo y la arrastró fuera del campo de batalla —¡Quédate aquí! —Le gritó un hombre, a quien no pudo identificar. Astrid, incapaz de reconocer el terreno, caminó a tientas entre los arbustos y los árboles, cayendo en cuenta que se había adentrado en el bosque. Los gritos y el sonar de las espadas al estrellarse unas con otras se fue apagando, hasta que finalmente tuvo que aceptar que se había perdido en un país y un lugar totalmente desconocido para ella.-
--Toda su vida había vivido para el servicio de los dioses. Desde que nació, una ceguera inexplicable le negó el amor de una madre, el cobijo de una familia, pues creían que era una maldición. Fue abandonada a los pies de un inmenso árbol, con los ojos vendados y colgando de su manita, una pequeña piedra blanca de río envuelta con una correa de cuero, con Ansuz grabada en ella. Creció de un lugar a otro, hasta que finalmente encontró un hogar definitivo en un Hof abandonado que ella misma acondicionó, atrayendo poco a poco a algunos miembros de las aldeas cercanas que buscaban el consejo de los Dioses. Finalmente, con el paso de los años, Astrid se volvió popular entre las comunidades cercanas, hasta que un día, fue llevada -Casi a la fuerza- a las costas para abordar uno de los barcos exploradores hasta que llegó a Britania. Astrid no se opuso, pues noches antes, segura estaba, de haber escuchado al mismo padre Odín dirigirle algunas palabras, prometiéndole siempre guiarla en su misión. Escuchó al cuervo que desde entonces no la abandonaba y que en sus momentos de mayor necesidad, estaba siempre presente, y aunque Astrid fuese incapaz de ver, podía percibir, que todo lo que le estaba sucediendo, tenía un propósito. Una vez hubo llegado a Britania, le fue construida una pequeña choza donde Astrid se dedicaba a predicar la palabra de Odín a los niños y mujeres que eran llevadas como botín tras algunos saqueos e “incursiones” a los llamados fuertes de piedra. Pero… una tarde todo cambió. Cuando la lluvia de la tarde comenzó a caer, fuerte, agitando los techos de paja y madera hasta que de pronto, el calor y el olor a quemado llenaron el ambiente. Las mujeres gritando por ayuda y el grito de guerra de algunos hombres se mezclaron con el fuerte ruido de la tormenta cayendo sobre ellos, perturbaron a Astrid que en un intento por ayudar, salió del Hof para correr alrededor. Un fuerte agarre la tomó del brazo y la arrastró fuera del campo de batalla —¡Quédate aquí! —Le gritó un hombre, a quien no pudo identificar. Astrid, incapaz de reconocer el terreno, caminó a tientas entre los arbustos y los árboles, cayendo en cuenta que se había adentrado en el bosque. Los gritos y el sonar de las espadas al estrellarse unas con otras se fue apagando, hasta que finalmente tuvo que aceptar que se había perdido en un país y un lugar totalmente desconocido para ella.-TipoIndividualLíneasCualquier líneaEstadoDisponible - —No necesito ver, para saber que Odín está conmigo y la oscuridad se vuelve una ilusión, pues su luz brilla en mi interior. ——No necesito ver, para saber que Odín está conmigo y la oscuridad se vuelve una ilusión, pues su luz brilla en mi interior. —
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