—Y por ello es que había decidido no confiar otra vez... Está claro que no pertenezco más que a la naturaleza. Miraba aquellas aves, acariciando su plumaje suavemente antes de ayudarles a emprender el vuelo, suspirando un poco. No se lamentaba, de nada serviría, aunque tampoco iba a negar que la incertidumbre le era molesta. —Prefiero volver a las montañas.

—Sesshomaru no ha dicho nada de mi canción para él... ¿Le habrá desagradado? Se quedó pensativo en ello, avergonzado por quizá haber hecho el ridículo pero terminando por recostarse para descansar.

Paseaba por los alrededores de su hogar en el bosque, observando que todo permanecía igual aunque, a decir verdad, él no se sentía igual desde que conoció a aquellos hombres. Era extraño, pero le agradaba la sensación de, finalmente, saber que tenía a alguien quizá esperándole. Terminó por tomar asiento bajo la sombra de un árbol, rebuscando en su traje la pequeña flauta de bambú que había dejado de tocar desde hace años, tomando aire suficiente antes de empezar con aquella melodía. https://www.youtube.com/watch?v=j0YU-9NQjTY

Suspirando, abrazaba su almohada, pensativo en la clase de relación que se supone tenía con aquellos dos hombres. Realmente quería adaptarse, pero todo era tan agolpado que no podía evitar ponerse nervioso. —¿Será... que no soy buena pareja? Luego de siglos, supongo que es normal... Además de que el trato era mínimo, casi siquiera los veía, así que eso le volvía aún más difícil el poder acoplarse a ellos como le gustaría.

De repente ha visto ponys y sexo, demasiado sexo. —¿Qué... Qué está pasando? Está confundido, no va a mentir. Tiene poco que llegó a esa familia pero no logra entender que sucede, menos tras tanto tiempo viviendo alejado de todo.

Estaba tan cómodo como pocas veces en la cama, levantándose al notar que el sol ya estaba demasiado alto por la luz que entraba, sorprendido, atontado y despeinado. —¿Tan... tarde es? ¿Cuánto había dormido? Se levantó con cuidado para ir a arreglarse y empezar, aunque tarde, su rutina del día.