El día 16 del Inkfest trajo un desafío completamente nuevo para Jeff The Killer. Mientras deambulaba por los límites del bosque de Ficrol, un crujido extraño rompió el silencio a su alrededor. Jeff giró la cabeza con un gesto de desdén, esperando encontrarse con algún otro idiota que intentara asustarlo. Pero lo que vio en la penumbra lo dejó intrigado.
Una figura alta y delgada, con la piel estirada y ojos brillantes, lo observaba desde las sombras. Un **skinwalker**.
—Oh, genial... ¿otro de estos? —murmuró Jeff, manteniendo su calma habitual, aunque sus ojos brillaban con curiosidad.
El skinwalker dio un paso adelante, su rostro cambiando lentamente, adoptando diferentes formas humanas en cuestión de segundos, como si intentara decidir cuál era más apropiada para interactuar con él. Jeff se quedó quieto, evaluando sus opciones. Podría destrozarlo y seguir con su día, pero algo en la criatura capturaba su interés.
—Entonces, ¿qué eres? ¿Vas a intentar matarme o solo estás aquí para pasar el rato? —preguntó Jeff, sarcástico, pero con una sonrisa torcida.
La criatura no respondió con palabras, sino con un gruñido bajo, pero no hizo ningún movimiento agresivo. De hecho, parecía más curiosa que hostil.
—Hmm, interesante. Vale, hagamos esto divertido. Te dejo vivo si logras seguirme el ritmo... y quién sabe, tal vez podamos ser "amigos". —Jeff sonrió de forma perturbadora, alzando una ceja, desafiando al skinwalker a mantenerse cerca mientras se adentraba más en el bosque.
Durante el resto del día, el skinwalker lo siguió, imitando sus gestos y movimientos, siempre a una distancia prudente, como si estudiara a Jeff. Aunque la idea de tener un nuevo "compañero" no era exactamente lo que Jeff había planeado, encontrar a una criatura tan fascinante que no intentaba matarlo (aún) lo divertía.
—Bien, sigamos jugando, a ver cuánto aguantas, amiguito.
#Inkfest DIA 16
Una figura alta y delgada, con la piel estirada y ojos brillantes, lo observaba desde las sombras. Un **skinwalker**.
—Oh, genial... ¿otro de estos? —murmuró Jeff, manteniendo su calma habitual, aunque sus ojos brillaban con curiosidad.
El skinwalker dio un paso adelante, su rostro cambiando lentamente, adoptando diferentes formas humanas en cuestión de segundos, como si intentara decidir cuál era más apropiada para interactuar con él. Jeff se quedó quieto, evaluando sus opciones. Podría destrozarlo y seguir con su día, pero algo en la criatura capturaba su interés.
—Entonces, ¿qué eres? ¿Vas a intentar matarme o solo estás aquí para pasar el rato? —preguntó Jeff, sarcástico, pero con una sonrisa torcida.
La criatura no respondió con palabras, sino con un gruñido bajo, pero no hizo ningún movimiento agresivo. De hecho, parecía más curiosa que hostil.
—Hmm, interesante. Vale, hagamos esto divertido. Te dejo vivo si logras seguirme el ritmo... y quién sabe, tal vez podamos ser "amigos". —Jeff sonrió de forma perturbadora, alzando una ceja, desafiando al skinwalker a mantenerse cerca mientras se adentraba más en el bosque.
Durante el resto del día, el skinwalker lo siguió, imitando sus gestos y movimientos, siempre a una distancia prudente, como si estudiara a Jeff. Aunque la idea de tener un nuevo "compañero" no era exactamente lo que Jeff había planeado, encontrar a una criatura tan fascinante que no intentaba matarlo (aún) lo divertía.
—Bien, sigamos jugando, a ver cuánto aguantas, amiguito.
#Inkfest DIA 16
El día 16 del Inkfest trajo un desafío completamente nuevo para Jeff The Killer. Mientras deambulaba por los límites del bosque de Ficrol, un crujido extraño rompió el silencio a su alrededor. Jeff giró la cabeza con un gesto de desdén, esperando encontrarse con algún otro idiota que intentara asustarlo. Pero lo que vio en la penumbra lo dejó intrigado.
Una figura alta y delgada, con la piel estirada y ojos brillantes, lo observaba desde las sombras. Un **skinwalker**.
—Oh, genial... ¿otro de estos? —murmuró Jeff, manteniendo su calma habitual, aunque sus ojos brillaban con curiosidad.
El skinwalker dio un paso adelante, su rostro cambiando lentamente, adoptando diferentes formas humanas en cuestión de segundos, como si intentara decidir cuál era más apropiada para interactuar con él. Jeff se quedó quieto, evaluando sus opciones. Podría destrozarlo y seguir con su día, pero algo en la criatura capturaba su interés.
—Entonces, ¿qué eres? ¿Vas a intentar matarme o solo estás aquí para pasar el rato? —preguntó Jeff, sarcástico, pero con una sonrisa torcida.
La criatura no respondió con palabras, sino con un gruñido bajo, pero no hizo ningún movimiento agresivo. De hecho, parecía más curiosa que hostil.
—Hmm, interesante. Vale, hagamos esto divertido. Te dejo vivo si logras seguirme el ritmo... y quién sabe, tal vez podamos ser "amigos". —Jeff sonrió de forma perturbadora, alzando una ceja, desafiando al skinwalker a mantenerse cerca mientras se adentraba más en el bosque.
Durante el resto del día, el skinwalker lo siguió, imitando sus gestos y movimientos, siempre a una distancia prudente, como si estudiara a Jeff. Aunque la idea de tener un nuevo "compañero" no era exactamente lo que Jeff había planeado, encontrar a una criatura tan fascinante que no intentaba matarlo (aún) lo divertía.
—Bien, sigamos jugando, a ver cuánto aguantas, amiguito.
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