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    "Cómo domar a tu Monstruo (sin darte cuenta)"

    Akane escuchaba atenta mientras sus ojos se llenaban de emoción al escuchar el relato de su compañera del kinder, con graan dramatismo digno de una pelicula palomera de horror. La niña juraba que había visto un monstruo aterrador en el bosque durante un campamento con su familia. La pequeña mitad ogresa y demonio sintió que algo en esa historia hacia que le picara la curiosidad. ¿Y si no era un monstruo, sino otro ser especial como ella? ¡Tenía que averiguarlo!

    Esperó pacientemente el día perfecto para su aventura: sus madres no estarían en casa por la tarde, así que podría darse el lujo de escaparse un rato. Cuando finalmente llegó el momento, fingió entrar a casa como toda niña responsable y en cuanto el autobús escolar desapareció de vista, ¡pum! Se acomodo su mochila amarilla en la espalda, partió al bosque con la emoción zumbándole en el pecho.

    El lugar era más grande de lo que imaginaba, pero ella se sentía una exploradora experta. Caminó y caminó, revisando cada rincón con sus pequeños ojos astutos, hasta que empezó a dudar ¿Y si su amiga se había confundido? Justo en ese instante, un ruido extraño rompió el silencio. Akane pegó un salto, tragó saliva y miró hacia lo más profundo del bosque. Ahí estaba. Una enorme criatura la observaba, inmóvil.

    "¡Era real!" Sin dudar, corrió hacia el supuesto monstruo, pero algo extraño pasó. La criatura, un majestuoso lobo de pelaje castaño, abrió los ojos con terror y salió corriendo como si hubiera visto a algo más aterrador que un monstruo. “¡Espera, no corras!”, gritó Akane, pero el lobo no escuchó. Así que ella aceleró, sin notar que ahora corría más rápido de lo que cualquier niña humana podría. Antes de darse cuenta, lo alcanzó.

    El lobo temblaba. ¿Le tenía miedo? Akane inclinó la cabeza, confundida, y luego decidió hacer lo más lógico para una niña de seis años: se acercó con calma y lo abrazó. “Tranquilo, ya somos amigos,” murmuró con dulzura. El lobo dejó escapar un respiro largo y, sin darse cuenta, Akane había domado a la gran bestia.
    Ahora solo quedaba un pequeño problema. Si lo llevaba a casa… ¿qué dirían sus madres?
    "Cómo domar a tu Monstruo (sin darte cuenta)" Akane escuchaba atenta mientras sus ojos se llenaban de emoción al escuchar el relato de su compañera del kinder, con graan dramatismo digno de una pelicula palomera de horror. La niña juraba que había visto un monstruo aterrador en el bosque durante un campamento con su familia. La pequeña mitad ogresa y demonio sintió que algo en esa historia hacia que le picara la curiosidad. ¿Y si no era un monstruo, sino otro ser especial como ella? ¡Tenía que averiguarlo! Esperó pacientemente el día perfecto para su aventura: sus madres no estarían en casa por la tarde, así que podría darse el lujo de escaparse un rato. Cuando finalmente llegó el momento, fingió entrar a casa como toda niña responsable y en cuanto el autobús escolar desapareció de vista, ¡pum! Se acomodo su mochila amarilla en la espalda, partió al bosque con la emoción zumbándole en el pecho. El lugar era más grande de lo que imaginaba, pero ella se sentía una exploradora experta. Caminó y caminó, revisando cada rincón con sus pequeños ojos astutos, hasta que empezó a dudar ¿Y si su amiga se había confundido? Justo en ese instante, un ruido extraño rompió el silencio. Akane pegó un salto, tragó saliva y miró hacia lo más profundo del bosque. Ahí estaba. Una enorme criatura la observaba, inmóvil. "¡Era real!" Sin dudar, corrió hacia el supuesto monstruo, pero algo extraño pasó. La criatura, un majestuoso lobo de pelaje castaño, abrió los ojos con terror y salió corriendo como si hubiera visto a algo más aterrador que un monstruo. “¡Espera, no corras!”, gritó Akane, pero el lobo no escuchó. Así que ella aceleró, sin notar que ahora corría más rápido de lo que cualquier niña humana podría. Antes de darse cuenta, lo alcanzó. El lobo temblaba. ¿Le tenía miedo? Akane inclinó la cabeza, confundida, y luego decidió hacer lo más lógico para una niña de seis años: se acercó con calma y lo abrazó. “Tranquilo, ya somos amigos,” murmuró con dulzura. El lobo dejó escapar un respiro largo y, sin darse cuenta, Akane había domado a la gran bestia. Ahora solo quedaba un pequeño problema. Si lo llevaba a casa… ¿qué dirían sus madres?
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  • La luna ascendía lenta sobre el dosel de los árboles, filtrando su luz plateada entre las hojas. El bosque, que para otros sería un lugar de misterio o temor, para ella era hogar. Artemisa caminó descalza sobre la hierba húmeda, su capa arrastrándose suavemente tras de sí.

    Se detuvo frente a un viejo roble, cuyas raíces parecían haber nacido antes del tiempo. Se sentó con naturalidad, recostando la espalda contra su tronco, cerrando los ojos por un instante. El viento susurraba nombres que solo ella comprendía.

    Uno a uno, los habitantes del bosque fueron acercándose. Un zorro se enroscó junto a su costado, un búho se posó sobre una rama cercana, y un ciervo joven se acomodó a sus pies. Incluso los más tímidos —liebres, ardillas, hasta un pequeño lobo solitario— se acercaron en silencio, buscando su calor, su calma.

    Ella no dijo palabra. Solo respiró hondo, con los párpados cerrados y una leve sonrisa en los labios. Dormir bajo el cielo abierto, con la noche como cobija y el bosque como guardián… no había lugar más sagrado para la diosa de la Luna.
    La luna ascendía lenta sobre el dosel de los árboles, filtrando su luz plateada entre las hojas. El bosque, que para otros sería un lugar de misterio o temor, para ella era hogar. Artemisa caminó descalza sobre la hierba húmeda, su capa arrastrándose suavemente tras de sí. Se detuvo frente a un viejo roble, cuyas raíces parecían haber nacido antes del tiempo. Se sentó con naturalidad, recostando la espalda contra su tronco, cerrando los ojos por un instante. El viento susurraba nombres que solo ella comprendía. Uno a uno, los habitantes del bosque fueron acercándose. Un zorro se enroscó junto a su costado, un búho se posó sobre una rama cercana, y un ciervo joven se acomodó a sus pies. Incluso los más tímidos —liebres, ardillas, hasta un pequeño lobo solitario— se acercaron en silencio, buscando su calor, su calma. Ella no dijo palabra. Solo respiró hondo, con los párpados cerrados y una leve sonrisa en los labios. Dormir bajo el cielo abierto, con la noche como cobija y el bosque como guardián… no había lugar más sagrado para la diosa de la Luna.
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  • Quiero invitar a salir a cierto lobo a salir, pero recordé que soy demasiado tímido y ahora no se si mandarle un mensaje para que venga a este café y socialicemos....
    -sorbito de bebida nervioso-
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    ☾༺ El lobo siempre será el malo si solo escuchamos el cuento de Caperucita. ༻☽

    #seductiveSunday
    #comunidad3D
    #3D
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  • 𒉽 Tengo muchas cosas en mi cabeza, pensé que venir a patinar me ayudaría, pero ya puedo sentir las miradas sobre mi...
    No dejo de sentirme como un conejo pasando entre fauces de lobos y cazadores...
    𒉽 Tengo muchas cosas en mi cabeza, pensé que venir a patinar me ayudaría, pero ya puedo sentir las miradas sobre mi... No dejo de sentirme como un conejo pasando entre fauces de lobos y cazadores...
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  • Cara de: Preparado para buscar personas que sean como yo (Lobos). . . Gracias a la señorita Lia sé como buscarlas ahora debo encontrarlas

    - Se reza a si mismo - Dios Christopher ayudame a encontrar a mas lobos, quiero conocer a mas de mi raza, amen
    Cara de: Preparado para buscar personas que sean como yo (Lobos). . . Gracias a la señorita Lia sé como buscarlas ahora debo encontrarlas - Se reza a si mismo - Dios Christopher ayudame a encontrar a mas lobos, quiero conocer a mas de mi raza, amen
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  • El chico lobo había regresado una vez a la Biblioteca de la Sede de los Caballeros de Favonius, un lugar lleno de conocimiento para muchos y temido por otros, no por el lugar sino por la Bibliotecaria que resguardaba el recinto, la gente temía lo estricta que era Lisa con el cuidado de sus libros, no toleraba un retraso y ni hablar de manchar o dañar de alguno de los ejemplares.

    El albino llevaba años siendo educado por Lisa desde hace mucho tiempo, la figura materna más cercana que tenía tanto en modales como en conocimiento básico ha sido instruido por ella.

    Confiado como siempre en sus buenos reflejos siempre bajaba corriendo los escalones de la biblioteca como un niño, se movía entre los pasillos buscando a su maestra y, al ver que no se encontraba de nuevo, su energía bajó, caminando se regresó por donde llegó y salió de la sede. Con un suspiro caminó hasta la fuente que se encontraba cerca al buen cazador y se sentó en la orilla pensando en qué hacer, ya había jugado, comido, ya había estado con su manada de lobos.
    El chico lobo había regresado una vez a la Biblioteca de la Sede de los Caballeros de Favonius, un lugar lleno de conocimiento para muchos y temido por otros, no por el lugar sino por la Bibliotecaria que resguardaba el recinto, la gente temía lo estricta que era Lisa con el cuidado de sus libros, no toleraba un retraso y ni hablar de manchar o dañar de alguno de los ejemplares. El albino llevaba años siendo educado por Lisa desde hace mucho tiempo, la figura materna más cercana que tenía tanto en modales como en conocimiento básico ha sido instruido por ella. Confiado como siempre en sus buenos reflejos siempre bajaba corriendo los escalones de la biblioteca como un niño, se movía entre los pasillos buscando a su maestra y, al ver que no se encontraba de nuevo, su energía bajó, caminando se regresó por donde llegó y salió de la sede. Con un suspiro caminó hasta la fuente que se encontraba cerca al buen cazador y se sentó en la orilla pensando en qué hacer, ya había jugado, comido, ya había estado con su manada de lobos.
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  • //Cualquiera puede incorporarse al rol si quiere. Tanto los que ya iniciaron historia una vez con Shinobu como gente nueva. Entiendo que algunos se podrán sentir perdidos con la historia de este pequeño lobo, después de todo llevaba mucho trayecto hecho en la cuenta original que me eliminaron x'D Si queréis saber algo, solo preguntad.

    Estuvo ya un tiempo planificando qué hacer con todos los problemas que parecían perseguirle. Ciertamente su tío ya no supondría una molestia como solía, pues gracias a un gran amigo del joven lobo, le dieron una lección que nunca olvidaría y con la que se asegurarían de que no volviera a tocar un solo cabello del muchacho.
    Sin embargo parece que a los mafiosos a los que el tío de Shinobu les debía muchísimo dinero (y a los cuales el chico tuvo que estar devolviendo dicho dinero trabajando para ellos cuando el susodicho sujeto desapareció), no les pareció que fueran a sacar nada rentable de un hombre que quedó moribundo y qué, a demás, no tenía ni un mendrugo de pan que llevarse a la boca.

    ¿En qué tocaba todo esto a Shinobu? Bueno, volvía a ser el objetivo de esos hombres para cobrar la deuda ya que era el aval de la misma.

    No iba a permitir que volvieran a hacerle la vida imposible y poco a poco fue recabando más y más información sobre cada uno de los miembros importantes de aquella organización. Algunas veces se ponía en contacto con sus más cercanos, de forma discreta, para que no se preocupasen y supieran que seguía vivo y a salvo. No faltaba mucho para poner en marcha el plan... Uno bastante arriesgado en realidad.

    La puesta del Sol en el horizonte, tiñendo de colores rosados y morados el cielo, colores que se reflejaban en las cristalinas agua de aquella playa en la que se encontraba. Pues sí, no había parado de moverse de un lado a otro mientras recopilaba la información necesaria. Aún así necesitaba un poco de tiempo para relajarse a veces y, sobre todo, mentalizarse. Después de todo la jugada podría ser maestra o salir estrepitosamente mal. Fuera como fuese debía zanjar eso sin importar qué.

    Allí se encontraba, solitario, sentado en la arena sintiendo la fresca brisa en su rostro, ese relajante aroma a mar.

    -Estaría bien que todos los días fueran así...- Murmuró.
    //Cualquiera puede incorporarse al rol si quiere. Tanto los que ya iniciaron historia una vez con Shinobu como gente nueva. Entiendo que algunos se podrán sentir perdidos con la historia de este pequeño lobo, después de todo llevaba mucho trayecto hecho en la cuenta original que me eliminaron x'D Si queréis saber algo, solo preguntad. Estuvo ya un tiempo planificando qué hacer con todos los problemas que parecían perseguirle. Ciertamente su tío ya no supondría una molestia como solía, pues gracias a un gran amigo del joven lobo, le dieron una lección que nunca olvidaría y con la que se asegurarían de que no volviera a tocar un solo cabello del muchacho. Sin embargo parece que a los mafiosos a los que el tío de Shinobu les debía muchísimo dinero (y a los cuales el chico tuvo que estar devolviendo dicho dinero trabajando para ellos cuando el susodicho sujeto desapareció), no les pareció que fueran a sacar nada rentable de un hombre que quedó moribundo y qué, a demás, no tenía ni un mendrugo de pan que llevarse a la boca. ¿En qué tocaba todo esto a Shinobu? Bueno, volvía a ser el objetivo de esos hombres para cobrar la deuda ya que era el aval de la misma. No iba a permitir que volvieran a hacerle la vida imposible y poco a poco fue recabando más y más información sobre cada uno de los miembros importantes de aquella organización. Algunas veces se ponía en contacto con sus más cercanos, de forma discreta, para que no se preocupasen y supieran que seguía vivo y a salvo. No faltaba mucho para poner en marcha el plan... Uno bastante arriesgado en realidad. La puesta del Sol en el horizonte, tiñendo de colores rosados y morados el cielo, colores que se reflejaban en las cristalinas agua de aquella playa en la que se encontraba. Pues sí, no había parado de moverse de un lado a otro mientras recopilaba la información necesaria. Aún así necesitaba un poco de tiempo para relajarse a veces y, sobre todo, mentalizarse. Después de todo la jugada podría ser maestra o salir estrepitosamente mal. Fuera como fuese debía zanjar eso sin importar qué. Allí se encontraba, solitario, sentado en la arena sintiendo la fresca brisa en su rostro, ese relajante aroma a mar. -Estaría bien que todos los días fueran así...- Murmuró.
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    Soy hija de un híbrido, el primer híbrido, el Híbrido Original... y soy hija de una mujer lobo que nunca dejó de luchar por los que amaba. Soy sobrina de una bruja milenaria que sacrificó todo por su familia, y también de un hombre que creyó que el poder de la familia podía salvarnos, y no tengo tan claro que no se equivocara... Nací de una conocida línea sanguínea de monstruos y mártires, de héroes que sangraron y villanos que amaron a su manera.

    No soy normal. Nunca lo he sido, a decir verdad. He sido muchas cosas: un bebé milagro gestado bajo el amparo de una laguna cósmica, una niña con demasiada oscuridad en el alma, una nueva Mikaelson en un mundo que teme nuestro nombre... y ahora, una chica que solo intenta no repetir los errores de quienes vinieron antes, ni los suyos propios...

    Dicen que no puedes escapar de tu legado. Tal vez tengan razón. Pero cada día intento escribir mi historia... no solo con lo que soy, sino con lo que elijo ser.


    #Personajes3D #3D #Comunidad3D
    Soy hija de un híbrido, el primer híbrido, el Híbrido Original... y soy hija de una mujer lobo que nunca dejó de luchar por los que amaba. Soy sobrina de una bruja milenaria que sacrificó todo por su familia, y también de un hombre que creyó que el poder de la familia podía salvarnos, y no tengo tan claro que no se equivocara... Nací de una conocida línea sanguínea de monstruos y mártires, de héroes que sangraron y villanos que amaron a su manera. No soy normal. Nunca lo he sido, a decir verdad. He sido muchas cosas: un bebé milagro gestado bajo el amparo de una laguna cósmica, una niña con demasiada oscuridad en el alma, una nueva Mikaelson en un mundo que teme nuestro nombre... y ahora, una chica que solo intenta no repetir los errores de quienes vinieron antes, ni los suyos propios... Dicen que no puedes escapar de tu legado. Tal vez tengan razón. Pero cada día intento escribir mi historia... no solo con lo que soy, sino con lo que elijo ser. #Personajes3D #3D #Comunidad3D
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  • El Demonio ha llegado.
    Categoría Otros
    <Rol para: Joon Bokkel >

    De entre tantos problemas, tantos dolores de cabeza, había uno en particular que estuvo jodiendo mucho a la CIA, no solo porque era uno de los asesinos a sueldo más buscado, sino porque parecía conseguir cualquier tipo de información también, rompiendo cualquier tipo de seguridad. No sabían si eran por contactos o por cuenta propia, pero el Demonio Azul no iba con juegos. Además, no dejaba nada a descuido, solo lo que quería que otros vieran. Eso lo hacía aún más molesto.

    Los asesinatos comenzaron en una nueva ciudad. Al principio se creyó que solo era alguna pelea entre pandillas o mafias, enviando mensajes y advertencias. Sin embargo, los asesinatos tenían una firma en particular. Un modus operandi que no dejaba dudas.

    Primero, los cuerpos encontrados estaban en lugares públicos, dispuestos de manera que pareciera que estaban sentados esperando o similar, al inicio nadie se daba cuenta que eran cadáveres, hasta que se fijaban mejor en la ropa, completamente teñida de un color carmesí oscuro, como si hubieran sido sumergidas en la sangre de las víctimas para dar un acabado uniforme. Luego, más a detalle, el hecho que sus cuellos estaban cortados desde la nuca, pero dejando apenas una capa de piel y carne que más o menos lograba sostener la cabeza en lugar. Hasta los huesos de la cervical tenían un corte limpio, justo en la unión de la segunda y tercer vértebra.

    Aunque todos se veían con ojos cerrados, al abrirlos se podían ver que los globos oculares estaban completamente en blanco, pero no de forma que uno podría dejarlos a voluntad, no. Era notorio que primero eran arrancados para luego ser colocados de nuevo, al revés. Lo que siempre faltaba eran los nervios oculares.

    Finalmente, en la espalda, la zona lumbar, una marca de una cara sonriente.

    Y los asesinatos fueron progresivos, primero uno a la semana, luego dos, hasta que llegaron tres e incluso con más de dos víctimas en ocasiones. Los últimos dos fueron encontrados en una estación de metro.

    Finalmente, terminaron por enviar a Felix. Él sabía absolutamente todo lo que se podía de ese asesino, tanto detalle como pudo encontrar. Y es que parecía guiarlo una rabia profunda cada vez que se trataba del Demonio Azul. Nadie quería dar con la persona más que él. Y a saber, quizás hasta ni lo quería tras las rejas, si no que muerto.

    Llegó a la escena de la estación un miércoles por la mañana, con su mochila colgando sobre sus hombros. Un aspecto algo descuidado (las ojeras en su rostro decían que no durmió en semanas) y su cabello algo alborotado. Ciertamente, no era alguien que le importaban mucho las apariencias.

    Se acercó con pasos silenciosos, mostrando la credencial que colgaba de su cuello, hasta llegar a donde estaban los cuerpos, sentados al lado del otro. Aunque apenas parecía mostrar emoción, el resto de su cuerpo estaba rígido y el fuego en sus ojos grises era intenso.
    <Rol para: [nightfall_boy] > De entre tantos problemas, tantos dolores de cabeza, había uno en particular que estuvo jodiendo mucho a la CIA, no solo porque era uno de los asesinos a sueldo más buscado, sino porque parecía conseguir cualquier tipo de información también, rompiendo cualquier tipo de seguridad. No sabían si eran por contactos o por cuenta propia, pero el Demonio Azul no iba con juegos. Además, no dejaba nada a descuido, solo lo que quería que otros vieran. Eso lo hacía aún más molesto. Los asesinatos comenzaron en una nueva ciudad. Al principio se creyó que solo era alguna pelea entre pandillas o mafias, enviando mensajes y advertencias. Sin embargo, los asesinatos tenían una firma en particular. Un modus operandi que no dejaba dudas. Primero, los cuerpos encontrados estaban en lugares públicos, dispuestos de manera que pareciera que estaban sentados esperando o similar, al inicio nadie se daba cuenta que eran cadáveres, hasta que se fijaban mejor en la ropa, completamente teñida de un color carmesí oscuro, como si hubieran sido sumergidas en la sangre de las víctimas para dar un acabado uniforme. Luego, más a detalle, el hecho que sus cuellos estaban cortados desde la nuca, pero dejando apenas una capa de piel y carne que más o menos lograba sostener la cabeza en lugar. Hasta los huesos de la cervical tenían un corte limpio, justo en la unión de la segunda y tercer vértebra. Aunque todos se veían con ojos cerrados, al abrirlos se podían ver que los globos oculares estaban completamente en blanco, pero no de forma que uno podría dejarlos a voluntad, no. Era notorio que primero eran arrancados para luego ser colocados de nuevo, al revés. Lo que siempre faltaba eran los nervios oculares. Finalmente, en la espalda, la zona lumbar, una marca de una cara sonriente. Y los asesinatos fueron progresivos, primero uno a la semana, luego dos, hasta que llegaron tres e incluso con más de dos víctimas en ocasiones. Los últimos dos fueron encontrados en una estación de metro. Finalmente, terminaron por enviar a Felix. Él sabía absolutamente todo lo que se podía de ese asesino, tanto detalle como pudo encontrar. Y es que parecía guiarlo una rabia profunda cada vez que se trataba del Demonio Azul. Nadie quería dar con la persona más que él. Y a saber, quizás hasta ni lo quería tras las rejas, si no que muerto. Llegó a la escena de la estación un miércoles por la mañana, con su mochila colgando sobre sus hombros. Un aspecto algo descuidado (las ojeras en su rostro decían que no durmió en semanas) y su cabello algo alborotado. Ciertamente, no era alguien que le importaban mucho las apariencias. Se acercó con pasos silenciosos, mostrando la credencial que colgaba de su cuello, hasta llegar a donde estaban los cuerpos, sentados al lado del otro. Aunque apenas parecía mostrar emoción, el resto de su cuerpo estaba rígido y el fuego en sus ojos grises era intenso.
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