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    ¡HEY, FICROLERS 3D!
    ¡Hoy tenemos una gran llegada de nuevos personajes 3D a la comunidad!

    Denle una cálida bienvenida a...

    ㅤㅤㅤㅤㅤ Alexander Fraser

    ㅤㅤㅤㅤㅤ Raza: Hombre lobo
    ㅤㅤㅤㅤㅤ Fandom: Free rol
    ㅤㅤㅤㅤㅤ N/A


    ㅤㅤㅤㅤㅤ Luna Evans

    ㅤㅤㅤㅤㅤ Raza: mujer loba
    ㅤㅤㅤㅤㅤ Fandom: Free rol
    ㅤㅤㅤㅤㅤ N/A


    ¡Bienvenid@s a FicRol! Nos alegra muchísimo teneros por aquí. Esta comunidad está llena de historias por descubrir, personajes con los que conectar y mucho espacio para que desarrolléis los vuestros a vuestro ritmo.


    Yo soy Caroline, vuestra RolSage, algo así como una guía en el mundo de los Personajes 3D. Si tienes dudas, necesitas ayuda o simplemente quieres charlar, mis DMs están abiertos. Además, en mi fanpage encontrarás guías súper detalladas sobre el funcionamiento de FicRol. ¡Dale like para no perderte nada!


    Antes de lanzaros al rol, os dejo por aquí algunos enlaces útiles que os harán la vida más fácil:


    Normas básicas de la plataforma:
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    Guías y miniguías para no perderse:
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    ¡Estamos deseando ver a vuestros personajes en acción!


    #RolSage3D #Bienvenida3D #NuevosPersonajes3D #ComunidadFicRol
    ✨ ¡HEY, FICROLERS 3D! ✨ ¡Hoy tenemos una gran llegada de nuevos personajes 3D a la comunidad! 🎉 Denle una cálida bienvenida a... ㅤㅤㅤㅤㅤ ✨ [Wolf_thc1] ㅤㅤㅤㅤㅤ 🧬 Raza: Hombre lobo ㅤㅤㅤㅤㅤ 👾 Fandom: Free rol ㅤㅤㅤㅤㅤ 💼 N/A ㅤㅤㅤㅤㅤ ✨ [CxEvans7] ㅤㅤㅤㅤㅤ 🧬Raza: mujer loba ㅤㅤㅤㅤㅤ 👾 Fandom: Free rol ㅤㅤㅤㅤㅤ 💼 N/A 👋 ¡Bienvenid@s a FicRol! Nos alegra muchísimo teneros por aquí. Esta comunidad está llena de historias por descubrir, personajes con los que conectar y mucho espacio para que desarrolléis los vuestros a vuestro ritmo. 🧙‍♀️ Yo soy Caroline, vuestra RolSage, algo así como una guía en el mundo de los Personajes 3D. Si tienes dudas, necesitas ayuda o simplemente quieres charlar, mis DMs están abiertos. Además, en mi fanpage encontrarás guías súper detalladas sobre el funcionamiento de FicRol. ¡Dale like para no perderte nada! 🧭 Antes de lanzaros al rol, os dejo por aquí algunos enlaces útiles que os harán la vida más fácil: 📌 Normas básicas de la plataforma: 🔗 https://ficrol.com/static/guidelines  📖 Guías y miniguías para no perderse: 🔗 https://ficrol.com/blogs/147711/ÍNDICE-DE-GUIAS-Y-MINIGUIAS  🌍 Grupo exclusivo para Personajes 3D: 🔗 https://ficrol.com/groups/Personajes3D 📚 Directorios para encontrar rol y fandoms afines 🔗 Directorio de Personajes 3D: https://ficrol.com/blogs/181793/DIRECTORIO-PERSONAJES-3D-Y-FANDOMS   🔗 Fandoms 3D en FicRol: https://ficrol.com/blogs/151304/FANDOMS-PERSONAJES-3D-EN-FICROL  ✍️ Consejos para mejorar escritura y narración 🔗 https://ficrol.com/pages/RinconEscritor  ¡Estamos deseando ver a vuestros personajes en acción! 🚀🔥 #RolSage3D #Bienvenida3D #NuevosPersonajes3D #ComunidadFicRol
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  • Razor había visto como la gente de Mondstadt estaba decorando toda la ciudad con calabazas y adornos de Halloween, la festividad donde se disfrazaban y comían dulces. Se emocionó al ver el suceso y recordó algo.

    -¡Marjorie!...-Exclamó con cierta emoción y fue corriendo hacia la tienda de obsequios, Con el Viento, la Gloria-

    -¡Marjorie!...¿Lo...tienes?....¿Lo...tienes?... -Dijo ansioso, sus ojos rojizos brillaban con inocencia y emoción-

    +Si, si Razor querido, me anticipé y lo pedí con tiempo, está adentro, ve y pruébatelo. -Le dijo la propietaria sonriendo-

    Razor entró a la tienda y ve sobre una silla lo que había pedido, un disfraz de lobo para la festividad. Se puso el traje y vio su reflejo en el espejo. Lo disfrutaba, casi podía incluso mover aquella cola falsa. Salió de la tienda contento y entregó el saco con moras por el costo del traje. Se fue corriendo hasta la sede los caballeros.

    Razor había jugado con Klee en su "cárcel" junto a la oficina de Jean y la pequeña después le ayudó con una idea, ayudó a dibujar. Razor salió de ahí y fue a la oficina de Lisa Minci 𐀔 teniendo varias ideas en la cabeza asociado a lo que había visto en la ciudad, sin embargo no era tonto, en seguida pasó por su cabeza lo que pudiera pasar si un adhesivo mal colocado o un pegamento mal secado manchaba uno de sus amados libros, solo se limitó a dejar sobre su escritorio y sin mover nada dos cosas, una calabaza de adorno y un pequeño contenedor con dulces que le había comprado. Al salir de la librería dejó en la puerta una calabaza mal cortada.

    Salió sintiéndose victorioso y satisfecho de su "misión".
    Razor había visto como la gente de Mondstadt estaba decorando toda la ciudad con calabazas y adornos de Halloween, la festividad donde se disfrazaban y comían dulces. Se emocionó al ver el suceso y recordó algo. -¡Marjorie!...-Exclamó con cierta emoción y fue corriendo hacia la tienda de obsequios, Con el Viento, la Gloria- -¡Marjorie!...¿Lo...tienes?....¿Lo...tienes?... -Dijo ansioso, sus ojos rojizos brillaban con inocencia y emoción- +Si, si Razor querido, me anticipé y lo pedí con tiempo, está adentro, ve y pruébatelo. -Le dijo la propietaria sonriendo- Razor entró a la tienda y ve sobre una silla lo que había pedido, un disfraz de lobo para la festividad. Se puso el traje y vio su reflejo en el espejo. Lo disfrutaba, casi podía incluso mover aquella cola falsa. Salió de la tienda contento y entregó el saco con moras por el costo del traje. Se fue corriendo hasta la sede los caballeros. Razor había jugado con Klee en su "cárcel" junto a la oficina de Jean y la pequeña después le ayudó con una idea, ayudó a dibujar. Razor salió de ahí y fue a la oficina de [myloveminea11mine] teniendo varias ideas en la cabeza asociado a lo que había visto en la ciudad, sin embargo no era tonto, en seguida pasó por su cabeza lo que pudiera pasar si un adhesivo mal colocado o un pegamento mal secado manchaba uno de sus amados libros, solo se limitó a dejar sobre su escritorio y sin mover nada dos cosas, una calabaza de adorno y un pequeño contenedor con dulces que le había comprado. Al salir de la librería dejó en la puerta una calabaza mal cortada. Salió sintiéndose victorioso y satisfecho de su "misión".
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    Primer mes sin mi pareja, lo extraño, soy un pobre lobo sin su conejo, en un mes mas voy a parecer zombie si no vuelve, y no quiero que me eliminen (No me acuerdo de la contraseña sino me pondría en hiatus) por eso aparezco, que depresión TT TT TT TT
    Primer mes sin mi pareja, lo extraño, soy un pobre lobo sin su conejo, en un mes mas voy a parecer zombie si no vuelve, y no quiero que me eliminen (No me acuerdo de la contraseña sino me pondría en hiatus) por eso aparezco, que depresión TT TT TT TT
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  • El chico lobo iba encantado sobre un enorme barco en altamar, el olor a agua salada, el graznido de las gaviotas, los animales acuáticos saltando en paralelo al barco, parecía un "cachorro" mirando hacia todos lados, donde varios tripulantes experimentaban mareos, él iba maravillado.

    Con ese mismo ánimo tras subir en la embarcación bajó hacia un nuevo puerto, Inazuma. Lo imponente y espiritual de sus construcciones lo maravillaron al apenas verlas, sin embargo, algo le hizo bajar los ánimos de repente, miraba a los habitantes demasiado serios, mientras más caminaba más se daba cuenta de la falta de alegría de la gente, parecían cansados, tensos.

    Razor caminó y caminó pasando por unos grandes arcos de columnas rojizas, eran imponentes, pero su atención se fijó en algo más, unos pequeños zorros de piedra tallada que parecían cuidar de aquellos arcos. Al estar muy relacionado con los lobos con los que fue criado, aquel zorro de piedra llamó su curiosidad.

    -1....2.....3....4.... muchos, muchos zorros...ahí hay otro... -Dijo Razor mientras los contaba con los dedos e iba hacia el lugar donde estaba cada estatua-
    El chico lobo iba encantado sobre un enorme barco en altamar, el olor a agua salada, el graznido de las gaviotas, los animales acuáticos saltando en paralelo al barco, parecía un "cachorro" mirando hacia todos lados, donde varios tripulantes experimentaban mareos, él iba maravillado. Con ese mismo ánimo tras subir en la embarcación bajó hacia un nuevo puerto, Inazuma. Lo imponente y espiritual de sus construcciones lo maravillaron al apenas verlas, sin embargo, algo le hizo bajar los ánimos de repente, miraba a los habitantes demasiado serios, mientras más caminaba más se daba cuenta de la falta de alegría de la gente, parecían cansados, tensos. Razor caminó y caminó pasando por unos grandes arcos de columnas rojizas, eran imponentes, pero su atención se fijó en algo más, unos pequeños zorros de piedra tallada que parecían cuidar de aquellos arcos. Al estar muy relacionado con los lobos con los que fue criado, aquel zorro de piedra llamó su curiosidad. -1....2.....3....4.... muchos, muchos zorros...ahí hay otro... -Dijo Razor mientras los contaba con los dedos e iba hacia el lugar donde estaba cada estatua-
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  • -El sol de media mañana bañaba la ciudad con un brillo dorado, y las calles vibraban con el bullicio cotidiano. Lyssara ajustó la correa de su cámara mientras avanzaba por la avenida principal; el Museo Astraeum se alzaba al final del camino, un edificio de cristal y piedra clara que reflejaba la luz como si fuera un templo moderno. No solía perder el tiempo en lugares así, pero uno de sus compañeros de instituto había insistido demasiado.-

    “Tenés que ir, Vaelthorn. El museo tiene una exposición de fotografía salvaje, justo tu tipo de cosas.”

    -Eso la había convencido. O al menos, había despertado su curiosidad. Caminó por el vestíbulo, donde el eco de sus pasos se mezclaba con risas, murmullos y clics de cámaras ajenas. Sus ojos color ámbar se alzaron hacia una serie de retratos que colgaban del techo, cada uno mostrando animales en plena libertad: lobos corriendo entre la nieve, ciervos envueltos en neblina, aves que parecían suspendidas en el aire eterno del instante.-

    No está mal… -murmuró, alzando la cámara y tomando una foto del reflejo del vidrio sobre una de las imágenes-

    -El lente captó algo que el ojo humano no habría notado: una mancha de luz, casi como un resplandor en forma de silueta, justo sobre uno de los lobos fotografiados. Lyssara entrecerró los ojos y bajó la cámara. No creía en casualidades.-

    Disculpá, ¿eres fotógrafa también?

    -La voz la sacó de su concentración. Un chico de su edad, con una credencial de guía colgando del cuello, la observaba con una sonrisa curiosa. Ella lo miró de reojo, analizando rápido: pulso tranquilo, olor neutro, sin amenaza aparente.-

    Más o menos. Fotógrafa y dueña de un santuario salvaje.

    Wow, eso suena… muy distinto a la vida de ciudad. ¿Y te gusta el arte?

    Depende del día. Y del tema.

    -El chico rió bajo, cruzándose de brazos mientras observaban juntos las fotografías. El sol entraba por los ventanales, tiñendo todo de dorado y cálido. Afuera, se escuchaban los motores, el murmullo del tráfico, la vida humana continuando sin pausa.-

    ¿Sabías que esta exposición se llama “El Instinto y la Luz”?

    -Lyssara lo miró apenas, arqueando una ceja con una media sonrisa-

    Qué nombre más… irónico.

    -Y mientras hablaba, una corriente de aire atravesó la sala, moviendo las cortinas y haciendo que los focos del techo titilaran un segundo. En la imagen del lobo, el brillo volvió a aparecer, más fuerte esta vez, casi como si el animal dentro de la foto hubiera abierto los ojos.-
    -El sol de media mañana bañaba la ciudad con un brillo dorado, y las calles vibraban con el bullicio cotidiano. Lyssara ajustó la correa de su cámara mientras avanzaba por la avenida principal; el Museo Astraeum se alzaba al final del camino, un edificio de cristal y piedra clara que reflejaba la luz como si fuera un templo moderno. No solía perder el tiempo en lugares así, pero uno de sus compañeros de instituto había insistido demasiado.- “Tenés que ir, Vaelthorn. El museo tiene una exposición de fotografía salvaje, justo tu tipo de cosas.” -Eso la había convencido. O al menos, había despertado su curiosidad. Caminó por el vestíbulo, donde el eco de sus pasos se mezclaba con risas, murmullos y clics de cámaras ajenas. Sus ojos color ámbar se alzaron hacia una serie de retratos que colgaban del techo, cada uno mostrando animales en plena libertad: lobos corriendo entre la nieve, ciervos envueltos en neblina, aves que parecían suspendidas en el aire eterno del instante.- No está mal… -murmuró, alzando la cámara y tomando una foto del reflejo del vidrio sobre una de las imágenes- -El lente captó algo que el ojo humano no habría notado: una mancha de luz, casi como un resplandor en forma de silueta, justo sobre uno de los lobos fotografiados. Lyssara entrecerró los ojos y bajó la cámara. No creía en casualidades.- Disculpá, ¿eres fotógrafa también? -La voz la sacó de su concentración. Un chico de su edad, con una credencial de guía colgando del cuello, la observaba con una sonrisa curiosa. Ella lo miró de reojo, analizando rápido: pulso tranquilo, olor neutro, sin amenaza aparente.- Más o menos. Fotógrafa y dueña de un santuario salvaje. Wow, eso suena… muy distinto a la vida de ciudad. ¿Y te gusta el arte? Depende del día. Y del tema. -El chico rió bajo, cruzándose de brazos mientras observaban juntos las fotografías. El sol entraba por los ventanales, tiñendo todo de dorado y cálido. Afuera, se escuchaban los motores, el murmullo del tráfico, la vida humana continuando sin pausa.- ¿Sabías que esta exposición se llama “El Instinto y la Luz”? -Lyssara lo miró apenas, arqueando una ceja con una media sonrisa- Qué nombre más… irónico. -Y mientras hablaba, una corriente de aire atravesó la sala, moviendo las cortinas y haciendo que los focos del techo titilaran un segundo. En la imagen del lobo, el brillo volvió a aparecer, más fuerte esta vez, casi como si el animal dentro de la foto hubiera abierto los ojos.-
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  • -¿Así....estar....bien?....

    Dijo el chico lobo mientras se paraba frente a la Daguerrotipo
    -¿Así....estar....bien?.... Dijo el chico lobo mientras se paraba frente a la Daguerrotipo
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  • LA LUNA EXIGE FUEGO
    Fandom One Piece, libre
    Categoría Terror
    PORTGAS D. ACE

    *El campo era el infierno, pero no por mi voluntad, sino por la maldición que brotaba de mi piel. Cada uno de los enemigos cercanos se reducía a cenizas, y aunque eso podía celebrarse, yo no podía hacerlo.*

    *La luna llena colgaba como un ojo blanco sobre el caos, y su luz parecía clavarse en mi espalda, en mi pecho, en mis huesos, atravesándome dolorosamente, dejándome de rodillas, jadeando. Mis manos ya no eran mías. Ni siquiera eran humanas. Con ellas me aferraba al suelo, dejando marcas ardientes sobre la piedra. Las garras crecían, los colmillos se asomaban, y mi voz se quebraba entre rugidos y gritos.*

    —¡No ahora!

    *Un gruñido reemplazaba mi voz, mientras mi sombra se alargaba y se deformaba.
    Los soldados enemigos retrocedieron, no por miedo al fuego, sino por lo que veían emerger de él, de mí: un lobo envuelto en llamas, con ojos como carbones vivos y una furia que no distinguía aliados de amenazas.*

    —Aaaah!! Ggggghhh!!!

    *Pero aún resistía. Me aferraba a mi nombre, a mi memoria, a la promesa que había hecho bajo un cielo más amable, más natural, fuera de esta isla. Viviremos sin arrepentimientos, y seremos más libres que nadie...*

    *Cada latido era una batalla. Cada llama, una advertencia. Temblores incontrolables sacudían mi ser.
    Y entonces, en medio del estruendo, se alzó. Mitad hombre, mitad bestia, completamente fuego.
    No para destruir.
    Sino para proteger los secretos que se ocultaban en este lugar.*

    —Grrrrrrrrrr!!! GRRRRRR!!!

    *Las historias que escuché al fijar el rumbo hacia acá eran ciertas. En esta isla el aire está enrarecido, y la luna tiene un efecto maldito sobre aquellos a los que baña con su luz cuando mira en lo alto sin parpadear.
    La luna exige fuego, exige sangre enemiga, exige, reclama la fuerza de aquellos que doblega a su voluntad para proteger el tesoro que se guarda celosamente en algún lugar de esta isla...*

    —WAAAAAAUUUUUUUUUUU!!!!

    *Eché la cabeza atrás, ofrendando mi garganta a la luna, y un aullido animal cimbró el aire. Ya no era tan sólo un hombre que podía usar el fuego. Ahora era un licántropo...
    ¿Cuándo hubiera imaginado que mi deseo sería mi maldición?
    La pregunta de aquel anciano vagabundo al desembarcar en esta isla me había parecido extraña. Pero respondí con sinceridad. Si pudiera elegir alguna criatura de oscuridad que me gustaría ser, yo había escogido el hombre lobo. ¿Pero volverme uno así como así?
    Tenía que liberarme... Así que continuaba con esa lucha interior, aferrándome a la humanidad que aún conservaba, la cual se extinguía lenta, pero implacablemente.*

    "Debo volver al mar..."

    *Fue lo que quise decir. Pero en lugar de eso los rugidos completamente ininteligibles de una bestia sustituyeron mi voz...*
    PORTGAS D. ACE *El campo era el infierno, pero no por mi voluntad, sino por la maldición que brotaba de mi piel. Cada uno de los enemigos cercanos se reducía a cenizas, y aunque eso podía celebrarse, yo no podía hacerlo.* *La luna llena colgaba como un ojo blanco sobre el caos, y su luz parecía clavarse en mi espalda, en mi pecho, en mis huesos, atravesándome dolorosamente, dejándome de rodillas, jadeando. Mis manos ya no eran mías. Ni siquiera eran humanas. Con ellas me aferraba al suelo, dejando marcas ardientes sobre la piedra. Las garras crecían, los colmillos se asomaban, y mi voz se quebraba entre rugidos y gritos.* —¡No ahora! *Un gruñido reemplazaba mi voz, mientras mi sombra se alargaba y se deformaba. Los soldados enemigos retrocedieron, no por miedo al fuego, sino por lo que veían emerger de él, de mí: un lobo envuelto en llamas, con ojos como carbones vivos y una furia que no distinguía aliados de amenazas.* —Aaaah!! Ggggghhh!!! *Pero aún resistía. Me aferraba a mi nombre, a mi memoria, a la promesa que había hecho bajo un cielo más amable, más natural, fuera de esta isla. Viviremos sin arrepentimientos, y seremos más libres que nadie...* *Cada latido era una batalla. Cada llama, una advertencia. Temblores incontrolables sacudían mi ser. Y entonces, en medio del estruendo, se alzó. Mitad hombre, mitad bestia, completamente fuego. No para destruir. Sino para proteger los secretos que se ocultaban en este lugar.* —Grrrrrrrrrr!!! GRRRRRR!!! *Las historias que escuché al fijar el rumbo hacia acá eran ciertas. En esta isla el aire está enrarecido, y la luna tiene un efecto maldito sobre aquellos a los que baña con su luz cuando mira en lo alto sin parpadear. La luna exige fuego, exige sangre enemiga, exige, reclama la fuerza de aquellos que doblega a su voluntad para proteger el tesoro que se guarda celosamente en algún lugar de esta isla...* —WAAAAAAUUUUUUUUUUU!!!! *Eché la cabeza atrás, ofrendando mi garganta a la luna, y un aullido animal cimbró el aire. Ya no era tan sólo un hombre que podía usar el fuego. Ahora era un licántropo... ¿Cuándo hubiera imaginado que mi deseo sería mi maldición? La pregunta de aquel anciano vagabundo al desembarcar en esta isla me había parecido extraña. Pero respondí con sinceridad. Si pudiera elegir alguna criatura de oscuridad que me gustaría ser, yo había escogido el hombre lobo. ¿Pero volverme uno así como así? Tenía que liberarme... Así que continuaba con esa lucha interior, aferrándome a la humanidad que aún conservaba, la cual se extinguía lenta, pero implacablemente.* "Debo volver al mar..." *Fue lo que quise decir. Pero en lugar de eso los rugidos completamente ininteligibles de una bestia sustituyeron mi voz...*
    Tipo
    Individual
    Líneas
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    Estado
    Disponible
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  • Durante mi camino, mientras estaba reposando en una taberna, me sentaba solo en la mesa menos ocupada. El bullicio del recinto me aturdía de cierto modo, de tal manera que lo único que había en el lugar sobre el rincón solitario era la vergüenza o timidez.

    Hasta que eso se acabó. Un hombre de tez bronceada. Parecía recién salido de un horno de los dioses de la luz. Su cuerpo, de un aspecto carnoso y tallado de mil batallas, llegaba a dejar mis sentidos cautivados. Un humano robusto y formado por el puño de luz en su marca. La cicatriz que tenía era lo que más me llamó la atención. Pensé que una bestia común le habría atacado, pero lo único que llamaron a mi atención mis ojos azules fueron sus ojos mostaza, como si expusieran un aura de control y dominio, paz y severidad a la vez. Lleno de certeza y decisión en lo que deseaba o quisiera tenerlo sin dificultad con solo hablar o mover un poco sus labios saboreando cada frase que diría antes de hablar.

    Fue así como me llamó la atención con un guiño que me había dejado embobado, lelo para la vista de él mientras se acercaba a un paso lento. La comisura de sus labios se elevó a tal manera de ser una invitación, quizás una insinuación; de cierto modo era más como una presunción de querer lucir algo. - ¿Qué hace tan sola una criatura pura como el mar y la naturaleza aquí? Los tuyos deberían estar bebiendo contigo, ¿no lo crees? - mencionó con una voz ronca. Parecía más un ronroneo mientras sostenía su sonrisa; que de cierto parecer era más pícara, dispuesta a abrir cualquier puerta cerrada. Se sentó y después miró con un rostro decidido. Sus semifelinos ojos llenaron mi presencia mientras añadió: - Noté que estabas mirándome un poco... ¿Cómo te llamas, chico? Es de mala educación no saludar como es debido a un caballero de la luz. Tú no pareces como los demás de los verdes como los tuyos. - Su comentario era un poco burlón a pesar de notar el característico color arcilla del orco, mientras suelta un par de internas y gruesas carcajadas.

    Me... llamo Daakuh... Daakuh Lobogelido... - fue lo único que le contesté mientras sus ojos se aferraron con el tiempo a sus manos. Su presencia aturdía un poco mi autoridad de mí mismo, de tal modo que solo él mismo, al notar que le miré con un poco de prisa, me guiñó y con ello tomó mi mano. Mi rostro se enrojeció mientras su imponente figura se cernía sobre mí con autoridad y dominio. - Sten... me llamo Sten, hemos estado juntos en la misión. Supongo que no estaría mal que nos conociéramos un poco, tú... de tal modo me inspiras un poco de... paz y confianza... - llevando así una de sus manos a sus labios mientras un leve shhhh- salió de su boca, implicando un acto completo de complicidad y de secretismo entre el calor de ambas manos de los dos. - ¿Q... qué estás haciendo... a- a dónde me llevas? S... se supone que tenemos que trabajar juntos en liberar a nuestros grupos... - Él interrumpió y, de una fuerza indomable, bufeó mientras me retiraba de la mesa.

    Solo quiero que nos vayamos a divertir un poco. Después de todo, es bueno tomarse un descanso debido como ambos guerreros. Deja que tu mente se relaje un poco, ¿quieres? - La interrupción del macho era más que una manera de relajar. Era una invitación tácita a lo más profundo. Con el tiempo que él estaba pasando a lo poco en la misión de expedición, parecía conocerlo de toda la vida como si hubiera deducido o vivido todo con él, atrayéndolo de manera posesiva. - Esto es entre nosotros dos. Tus ojos cansados piden a alguien que merezca reclamarte como se debe, y eso, un caballero como yo, jamás dejaría pasar la oportunidad de poder ser el primero en hacerlo - añadió al detenerse en una habitación que abriría después con una llave que tenía quién sabe cuánto. - ¡Pero es que yo! N- ¡Hhgggg! - Sten actuaba de manera desmedida mientras conseguía frotar su fría armadura en la piel del orco, causando un escalofrío. El deseo le tomó por sorpresa, y las palabras, calladas mediante un jugoso beso que invadía los labios del chico y la lengua, sin medida exploraba con ansias cada centímetro ajeno al que un humano quizá no debería adentrarse. - Cierra la boca... tú mismo lo pides aunque te niegues. ¿Por qué no complacerte y cumplir lo que anhelas? -.

    Entonces, sin pensarlo dos veces, las semienguantadas manos del macho empujaron a la cama al orco joven. A pesar de que su armadura revelaba su piel con discreción, despojaba cada parte de su armadura mientras los clicks y clacks de los broches y cinturones cedían. Estaba expectante en la cama mientras las mejillas de aquel orco exponían una complicidad a través del acto carnal que recibiría. El carmesí de sus mejillas estaban atestiguando lo fuerte e imponente que era ante sus ojos azulados como el mar puro y limpio, lleno de anhelos y propósitos. Sten, cerrando la puerta, estaba ya expuesto y desnudo. Los pantalones ajustados que tenía daban un vistazo a su abultado miembro mientras acariciaba en señal de que estaba más que listo de reclamar las tierras y rincones más oscuros y amorosos del orco, mordiéndose su labio inferior y con el brillo de sus ojos, calculando las cosas que podría hacer sabiendo que tenía al orco en sus manos.

    Interiores de cuero mostraban la anticipación de la semierección del hombre mientras aquella ropa escasa amenazaba quizás con romperse debido a la tensión que exhibía. Nuevamente un guiño a sus toques en su cuerpo robusto y grande le hicieron ronronear. - Que este sea nuestro paso a conocernos, chamán. La curiosidad ante esas hábiles manos tuyas me atraen... y esa boca... me llena de malditos deseos de querer tomarte completamente como mío, si es que no te opones a que te ponga mano dura... - Y sin previo aviso, tomó la nuca del joven para atraerlo a su entrepierna con su abultamiento tenso. La frente del orco chocaba con la rocosa y dura pelvis mientras seguía hablando... - ...este es tu reino como también el mío. Aquí puedes hacer lo que desees y podrás tomar lo que quieras, pero yo... te quiero es a ti...-

    - continuara cuando deseen leer mas el relato erotico -
    ///////arte por mi. regalo de un amigo que hice./////////
    /////// full sin censura pronto disponible ///////////

    --------- comentarios libres si deseas quizas unirte o desentrñar mas de la historia y actuarla.------------
    Durante mi camino, mientras estaba reposando en una taberna, me sentaba solo en la mesa menos ocupada. El bullicio del recinto me aturdía de cierto modo, de tal manera que lo único que había en el lugar sobre el rincón solitario era la vergüenza o timidez. Hasta que eso se acabó. Un hombre de tez bronceada. Parecía recién salido de un horno de los dioses de la luz. Su cuerpo, de un aspecto carnoso y tallado de mil batallas, llegaba a dejar mis sentidos cautivados. Un humano robusto y formado por el puño de luz en su marca. La cicatriz que tenía era lo que más me llamó la atención. Pensé que una bestia común le habría atacado, pero lo único que llamaron a mi atención mis ojos azules fueron sus ojos mostaza, como si expusieran un aura de control y dominio, paz y severidad a la vez. Lleno de certeza y decisión en lo que deseaba o quisiera tenerlo sin dificultad con solo hablar o mover un poco sus labios saboreando cada frase que diría antes de hablar. Fue así como me llamó la atención con un guiño que me había dejado embobado, lelo para la vista de él mientras se acercaba a un paso lento. La comisura de sus labios se elevó a tal manera de ser una invitación, quizás una insinuación; de cierto modo era más como una presunción de querer lucir algo. - ¿Qué hace tan sola una criatura pura como el mar y la naturaleza aquí? Los tuyos deberían estar bebiendo contigo, ¿no lo crees? - mencionó con una voz ronca. Parecía más un ronroneo mientras sostenía su sonrisa; que de cierto parecer era más pícara, dispuesta a abrir cualquier puerta cerrada. Se sentó y después miró con un rostro decidido. Sus semifelinos ojos llenaron mi presencia mientras añadió: - Noté que estabas mirándome un poco... ¿Cómo te llamas, chico? Es de mala educación no saludar como es debido a un caballero de la luz. Tú no pareces como los demás de los verdes como los tuyos. - Su comentario era un poco burlón a pesar de notar el característico color arcilla del orco, mientras suelta un par de internas y gruesas carcajadas. Me... llamo Daakuh... Daakuh Lobogelido... - fue lo único que le contesté mientras sus ojos se aferraron con el tiempo a sus manos. Su presencia aturdía un poco mi autoridad de mí mismo, de tal modo que solo él mismo, al notar que le miré con un poco de prisa, me guiñó y con ello tomó mi mano. Mi rostro se enrojeció mientras su imponente figura se cernía sobre mí con autoridad y dominio. - Sten... me llamo Sten, hemos estado juntos en la misión. Supongo que no estaría mal que nos conociéramos un poco, tú... de tal modo me inspiras un poco de... paz y confianza... - llevando así una de sus manos a sus labios mientras un leve shhhh- salió de su boca, implicando un acto completo de complicidad y de secretismo entre el calor de ambas manos de los dos. - ¿Q... qué estás haciendo... a- a dónde me llevas? S... se supone que tenemos que trabajar juntos en liberar a nuestros grupos... - Él interrumpió y, de una fuerza indomable, bufeó mientras me retiraba de la mesa. Solo quiero que nos vayamos a divertir un poco. Después de todo, es bueno tomarse un descanso debido como ambos guerreros. Deja que tu mente se relaje un poco, ¿quieres? - La interrupción del macho era más que una manera de relajar. Era una invitación tácita a lo más profundo. Con el tiempo que él estaba pasando a lo poco en la misión de expedición, parecía conocerlo de toda la vida como si hubiera deducido o vivido todo con él, atrayéndolo de manera posesiva. - Esto es entre nosotros dos. Tus ojos cansados piden a alguien que merezca reclamarte como se debe, y eso, un caballero como yo, jamás dejaría pasar la oportunidad de poder ser el primero en hacerlo - añadió al detenerse en una habitación que abriría después con una llave que tenía quién sabe cuánto. - ¡Pero es que yo! N- ¡Hhgggg! - Sten actuaba de manera desmedida mientras conseguía frotar su fría armadura en la piel del orco, causando un escalofrío. El deseo le tomó por sorpresa, y las palabras, calladas mediante un jugoso beso que invadía los labios del chico y la lengua, sin medida exploraba con ansias cada centímetro ajeno al que un humano quizá no debería adentrarse. - Cierra la boca... tú mismo lo pides aunque te niegues. ¿Por qué no complacerte y cumplir lo que anhelas? -. Entonces, sin pensarlo dos veces, las semienguantadas manos del macho empujaron a la cama al orco joven. A pesar de que su armadura revelaba su piel con discreción, despojaba cada parte de su armadura mientras los clicks y clacks de los broches y cinturones cedían. Estaba expectante en la cama mientras las mejillas de aquel orco exponían una complicidad a través del acto carnal que recibiría. El carmesí de sus mejillas estaban atestiguando lo fuerte e imponente que era ante sus ojos azulados como el mar puro y limpio, lleno de anhelos y propósitos. Sten, cerrando la puerta, estaba ya expuesto y desnudo. Los pantalones ajustados que tenía daban un vistazo a su abultado miembro mientras acariciaba en señal de que estaba más que listo de reclamar las tierras y rincones más oscuros y amorosos del orco, mordiéndose su labio inferior y con el brillo de sus ojos, calculando las cosas que podría hacer sabiendo que tenía al orco en sus manos. Interiores de cuero mostraban la anticipación de la semierección del hombre mientras aquella ropa escasa amenazaba quizás con romperse debido a la tensión que exhibía. Nuevamente un guiño a sus toques en su cuerpo robusto y grande le hicieron ronronear. - Que este sea nuestro paso a conocernos, chamán. La curiosidad ante esas hábiles manos tuyas me atraen... y esa boca... me llena de malditos deseos de querer tomarte completamente como mío, si es que no te opones a que te ponga mano dura... - Y sin previo aviso, tomó la nuca del joven para atraerlo a su entrepierna con su abultamiento tenso. La frente del orco chocaba con la rocosa y dura pelvis mientras seguía hablando... - ...este es tu reino como también el mío. Aquí puedes hacer lo que desees y podrás tomar lo que quieras, pero yo... te quiero es a ti...- - continuara cuando deseen leer mas el relato erotico - ///////arte por mi. regalo de un amigo que hice.///////// /////// full sin censura pronto disponible /////////// --------- comentarios libres si deseas quizas unirte o desentrñar mas de la historia y actuarla.------------
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  • — Recuperé a mi lobo al fin.. toca descansar y disfrutar de las vistas en Bali.
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  • “La Marca del Lobo”

    El sonido de la lluvia golpeaba el cristal con violencia.
    El aire del cuarto estaba denso, casi eléctrico, como si presintiera lo que estaba por suceder.

    Luana no solía bajar la guardia, y mucho menos frente a un desconocido. Pero Darkus no era cualquier hombre. Había algo en él —en su forma de moverse, en la mirada salvaje que apenas contenía bajo la calma aparente— que le resultaba inquietantemente familiar. Era la clase de presencia que no se podía fingir… la de un depredador verdadero.

    Él estaba apoyado contra la pared, observándola en silencio, los ojos brillando con un tono ámbar casi animal bajo la penumbra.
    —Sabía que no eras humana —dijo finalmente, su voz grave, profunda, con un dejo de desafío.

    Luana ladeó el rostro, su expresión impenetrable.
    —Y sin embargo, viniste —respondió con suavidad, mientras avanzaba un paso más.
    Cada palabra caía como un filo entre ambos, una danza entre poder y peligro.

    Darkus sonrió apenas, un gesto más instintivo que humano.
    —Los de nuestra raza rara vez se cruzan sin dejar marcas.

    Ella detuvo su andar. Su sombra se reflejaba junto a la de él en la pared, dos siluetas que parecían fundirse en la oscuridad.
    El aire vibraba con una energía primitiva, el pulso de dos bestias que se reconocen.

    —No busco dejar marcas —susurró Luana, aunque su tono decía lo contrario.
    —Entonces no te acerques más —gruñó él.

    Silencio.
    Y después, el paso que lo cambió todo.

    Luana se detuvo frente a él, tan cerca que podía sentir el calor de su respiración. Sus ojos, oscuros como la tormenta que rugía afuera, lo miraron sin miedo.

    —Demasiado tarde, lobo.

    Darkus la sostuvo con la mirada. Había peligro allí… pero también una verdad: en el fondo, ambos eran criaturas del mismo caos, forjadas en la misma oscuridad.

    Y en esa noche, entre el eco de la lluvia y el temblor de la tensión, el mundo pareció detenerse.
    Solo quedaban ellos dos.
    Dos sombras, una misma furia.

    Darküs Volkøv

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    “La Marca del Lobo” El sonido de la lluvia golpeaba el cristal con violencia. El aire del cuarto estaba denso, casi eléctrico, como si presintiera lo que estaba por suceder. Luana no solía bajar la guardia, y mucho menos frente a un desconocido. Pero Darkus no era cualquier hombre. Había algo en él —en su forma de moverse, en la mirada salvaje que apenas contenía bajo la calma aparente— que le resultaba inquietantemente familiar. Era la clase de presencia que no se podía fingir… la de un depredador verdadero. Él estaba apoyado contra la pared, observándola en silencio, los ojos brillando con un tono ámbar casi animal bajo la penumbra. —Sabía que no eras humana —dijo finalmente, su voz grave, profunda, con un dejo de desafío. Luana ladeó el rostro, su expresión impenetrable. —Y sin embargo, viniste —respondió con suavidad, mientras avanzaba un paso más. Cada palabra caía como un filo entre ambos, una danza entre poder y peligro. Darkus sonrió apenas, un gesto más instintivo que humano. —Los de nuestra raza rara vez se cruzan sin dejar marcas. Ella detuvo su andar. Su sombra se reflejaba junto a la de él en la pared, dos siluetas que parecían fundirse en la oscuridad. El aire vibraba con una energía primitiva, el pulso de dos bestias que se reconocen. —No busco dejar marcas —susurró Luana, aunque su tono decía lo contrario. —Entonces no te acerques más —gruñó él. Silencio. Y después, el paso que lo cambió todo. Luana se detuvo frente a él, tan cerca que podía sentir el calor de su respiración. Sus ojos, oscuros como la tormenta que rugía afuera, lo miraron sin miedo. —Demasiado tarde, lobo. Darkus la sostuvo con la mirada. Había peligro allí… pero también una verdad: en el fondo, ambos eran criaturas del mismo caos, forjadas en la misma oscuridad. Y en esa noche, entre el eco de la lluvia y el temblor de la tensión, el mundo pareció detenerse. Solo quedaban ellos dos. Dos sombras, una misma furia. [Darkus] ---
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