Interferencia
—Dana Valentine, la CEO y fundadora de Hyperion... qué figura más misteriosa. Para el ojo público, una billonaria reservada e introvertida de quien a duras penas se sabía algo, y que se le veía, con suerte, una vez al año en público.
"Hackear a Hyperion" era visto como algo tan fantasioso en nuestro círculo, que se volvió una especie de dicho interno. "¿Qué te pasa hoy, hackeaste a Hyperion?" solían preguntarle a uno cuando lo veían más animado que de costumbre, por dar un ejemplo.
Y es que ganarse la lotería todos los días durante un año consecutivo resultaría más fácil que hackear a Hyperion. Su seguridad era de otra dimensión... literalmente. Un ejercicio de futilidad era, tanto así, que ya nadie se molestaba siquiera en intentarlo.
Algo que descubrí yo mismo, es que Hyperion tampoco se molestaba en buscar represalias a quienes lo intentábamos. Nos veían como menos que insectos seguramente, y con justa razón.
Así fue como "hackear a Hyperion" se convirtió en parte de mi rutina, un chiste interno, un tic nervioso, un ritual, llamémosle de cualquier modo. Todos los días gastaba tiempo, dinero y recursos intentándolo, y todos los días fallaba. ¿Por qué? No sé, estoy un poco loco.
Pero lo que separa a los locos de los genios es sólo un día... y ese día, el día en el que el sistema entero de Hyperion detectó que algo hizo falta, por un instante breve, menos de un segundo... hubo una vulnerabilidad.
El día en el que Dana Valentine, o D.A.N.A. como la conocía un selecto grupo de individuos, murió. El día en el que pude extraer algo de ahí, apenas un par de líneas de texto, pues la vulnerabilidad no duró más de un segundo... sólo unas líneas de texto que cambiaron todo lo que creía conocer. —
"Hackear a Hyperion" era visto como algo tan fantasioso en nuestro círculo, que se volvió una especie de dicho interno. "¿Qué te pasa hoy, hackeaste a Hyperion?" solían preguntarle a uno cuando lo veían más animado que de costumbre, por dar un ejemplo.
Y es que ganarse la lotería todos los días durante un año consecutivo resultaría más fácil que hackear a Hyperion. Su seguridad era de otra dimensión... literalmente. Un ejercicio de futilidad era, tanto así, que ya nadie se molestaba siquiera en intentarlo.
Algo que descubrí yo mismo, es que Hyperion tampoco se molestaba en buscar represalias a quienes lo intentábamos. Nos veían como menos que insectos seguramente, y con justa razón.
Así fue como "hackear a Hyperion" se convirtió en parte de mi rutina, un chiste interno, un tic nervioso, un ritual, llamémosle de cualquier modo. Todos los días gastaba tiempo, dinero y recursos intentándolo, y todos los días fallaba. ¿Por qué? No sé, estoy un poco loco.
Pero lo que separa a los locos de los genios es sólo un día... y ese día, el día en el que el sistema entero de Hyperion detectó que algo hizo falta, por un instante breve, menos de un segundo... hubo una vulnerabilidad.
El día en el que Dana Valentine, o D.A.N.A. como la conocía un selecto grupo de individuos, murió. El día en el que pude extraer algo de ahí, apenas un par de líneas de texto, pues la vulnerabilidad no duró más de un segundo... sólo unas líneas de texto que cambiaron todo lo que creía conocer. —
—Dana Valentine, la CEO y fundadora de Hyperion... qué figura más misteriosa. Para el ojo público, una billonaria reservada e introvertida de quien a duras penas se sabía algo, y que se le veía, con suerte, una vez al año en público.
"Hackear a Hyperion" era visto como algo tan fantasioso en nuestro círculo, que se volvió una especie de dicho interno. "¿Qué te pasa hoy, hackeaste a Hyperion?" solían preguntarle a uno cuando lo veían más animado que de costumbre, por dar un ejemplo.
Y es que ganarse la lotería todos los días durante un año consecutivo resultaría más fácil que hackear a Hyperion. Su seguridad era de otra dimensión... literalmente. Un ejercicio de futilidad era, tanto así, que ya nadie se molestaba siquiera en intentarlo.
Algo que descubrí yo mismo, es que Hyperion tampoco se molestaba en buscar represalias a quienes lo intentábamos. Nos veían como menos que insectos seguramente, y con justa razón.
Así fue como "hackear a Hyperion" se convirtió en parte de mi rutina, un chiste interno, un tic nervioso, un ritual, llamémosle de cualquier modo. Todos los días gastaba tiempo, dinero y recursos intentándolo, y todos los días fallaba. ¿Por qué? No sé, estoy un poco loco.
Pero lo que separa a los locos de los genios es sólo un día... y ese día, el día en el que el sistema entero de Hyperion detectó que algo hizo falta, por un instante breve, menos de un segundo... hubo una vulnerabilidad.
El día en el que Dana Valentine, o D.A.N.A. como la conocía un selecto grupo de individuos, murió. El día en el que pude extraer algo de ahí, apenas un par de líneas de texto, pues la vulnerabilidad no duró más de un segundo... sólo unas líneas de texto que cambiaron todo lo que creía conocer. —
Tipo
Grupal
Líneas
3
Estado
Disponible

